En los principales polos de playa del país, con la llegada de los meses de julio y agosto, los más tórridos del calendario cubano, ya no es demasiado alarmante la baja en el número de visitantes extranjeros con costumbre de visitar el país en la temporada invernal.
Esto se debe a que el turismo nacional ha empezado a ocupar cada vez más un lugar importante como consumidor de las ofertas en esta etapa del año.
El turismo cubano se ha convertido en el segundo de mayor presencia en el verano en balnearios como Varadero y Jardines del Rey, fundamentalmente en los Cayos Coco y Guillermo, según indican especialistas del sector de turismo en las provincias de Matanzas y Ciego de Ávila, respectivamente.
En el 2010 se produjeron más de 7 millones de pernoctaciones de turistas nacionales en las diferentes variantes de hospedaje a su disposición según informa la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).
Ello puede tenerse como un indicador del lugar que va alcanzando el consumidor del país dentro de las ofertas de la industria del ocio. Tal es así que ya para el primer semestre del presente año, cuando aún la etapa veraniega no estaba en pleno apogeo, se registró un aumento del 30 por ciento en la cifra de vacacionistas cubanos.
En este sentido el Ministerio del Turismo de Cuba se propuso concluir el año con más de 2 millones 920 mil visitantes. Esta cifra puede ser alcanzada si consideramos que se llegó a los 2 millones, novena vez consecutiva, el 27 de agosto, 20 días antes que en 2011. En los primeros ocho meses del año la puesta en práctica de políticas de exploración y penetración de nuevos mercados emisores, entre ellos países sudamericanos como Argentina y Brasil u otros como Rusia, está dando resultados alentadores.
El logro de esta cifra también se asienta en el crecimiento del indicador luego de la visita del Papa Benedicto XVI a Cuba a finales de marzo, lo que provocó que ascendieran los números luego de su descenso a inicios de año producto de la crisis que viven las principales economías europeas, entre ellas la inglesa, la italiana y en peor situación, la española.
Lo cierto es que ya los turistas nacionales van alcanzando un lugar predominante en el disfrute de las ofertas del país. Por lo tanto este tipo de visitante tendrá que tomarse muy en cuenta dentro de los planes de expansión y consolidación que se llevan a cargo en el sector del turismo en la Isla.