Por estos días suena en discotecas, programas de radio y TV nacionales, así como en otros espacios nocturnos, un tema titulado Baila loco en el cual se unen el cuarteto vocal Sexto Sentido y uno de los representantes del hip-hop cubano apodado El Misha. Baila loco llega a las pantallas cubanas transformado en un original videoclip.
Su director, aunque muy joven, ostenta una carrera relevante en el mundo del videoclip cubano. Reconocido en eventos nacionales como la Muestra de Jóvenes Realizadores y el Festival de Cine Pobre de Gibara, subió al escenario en varias ocasiones durante la gala de premiación del Proyecto Lucas el año pasado y alcanzó el premio a Mejor video del año por Buscando la inspiración (2012), de M Alfonso. Joseph Ros se distingue por la sólida concepción de sus relatos audiovisuales así como por la meticulosa dirección de arte, junto al dominio de los elementos expresivos de la fotografía y el montaje, todo con la finalidad de crear una atmósfera afín al intérprete que defiende cada tema musical.
En este caso, Ros está a cargo de la realización de los dos primeros videoclips que se producirán para apoyar la promoción del disco Brujas, el más reciente fonograma del grupo Sexto Sentido. Los audiovisuales son: “Baila loco y Brujas –que le da título al disco–. Baila loco, en el cual interviene El Misha, cuenta con la colaboración de Habana Queens. Brujas, encierra el concepto del disco como tal, que es la cuerda más electrónica, más pop; con una estética diferente a lo que ha hecho Sexto Sentido hasta el momento. Baila loco es un tema muy movido donde hay una presencia de la danza bastante fuerte y es mi primer video de música bailable”.
Sobre los avatares de la realización de ambos relata a OnCuba: “Este es un disco que llevaba listo desde hace tiempo. Antes de que se realizara la gira de Sexto Sentido por Europa, nosotros estábamos valorando hacer otros videos que no eran exactamente estos. Pensamos en Estamos locos y Na na na eh (Mátame); pero a partir del encuentro de Sexto sentido y Habana Queens se decidió realizar audiovisuales más bailables. Entonces, se escogieron Brujas, que es el single del disco; y Baila loco, que es el más bailable, una fusión con reguetón”.
“Para realizar los videos, primero hubo que pasar por el proceso de casting para seleccionar a la nueva integrante del grupo. El comienzo de la publicidad del disco se atrasó, al coincidir con el momento del cambio de integrante, cuando se iba la integrante Eliene Castillo y entraba Karla Vicens. Fue un proceso de casting que convocó a cien muchachas durante varios días, con sesiones eliminatorias, incluso. Después de ese proceso se comenzó a trabajar, primero con la integrante nueva y luego en función de los videos, que previamente llevaron un trabajo intenso de coreografía y ensayo”.
Según comenta el realizador, ambos videos pasaron a la etapa de postproducción simultáneamente, pero se priorizó la terminación de Baila loco para estrenarlo durante las vacaciones de verano en Cuba y así explotar la esencia bailable del tema musical.
“Baila loco es un video que está hecho para eso, un tema hecho para discotecas, para bailar, amén de ciertos valores estéticos que tiene, que van en función de la cosa más pop, de un trabajo simbólico simple pero atractivo. Se emplea una iconografía algo recurrente –pero creo que logramos mostrarlo de una manera diferente–: es lo que podemos denominar como ‘música medicinal’. O sea, hay una ambulancia de donde sale el cuerpo de baile, uno de los pacientes es El Misha, y al final se convierte todo en una gran fiesta; pero a nivel de vestuario y dirección de arte tratamos de hacer cosas diferentes a los lugares comunes en que se cae cuando hay enfermeras en un videoclip, que puede llegar a ser algo bastante manido. Creo que logramos distanciarnos bastante de eso”.
Joseph Ros se acerca recurrentemente a representantes de la canción –fundamentalmente trovadores–, la música alternativa, el pop y hasta la música instrumental; encuentros de los que han resultado productos audiovisuales como su opera prima La palmada (La Unión, 2007); luego Reinas de la noche (Ernesto Blanco, 2009); más tarde Frío (Raúl Torres, 2011), Me gusta (Isis Flores, 2012), Canción triste (Joaquín Clerch, 2012), Aquí y ahora (Tesis de Menta, 2012), Una vida pecadora (Erick Sánchez, 2012); y recientemente Desde aquí (D’coraSon, 2013).
Él, al igual que Sexto Sentido, amplía de algún modo su campo de acción cuando dirige un video de reguetón: “Yo tengo una filosofía y es que, realmente, el realizador de videoclips –el buen realizador de videoclips– es capaz de hacer cualquier cosa. A veces parece que determinados géneros tienen pautas muy marcadas en la iconografía y la visualidad, yo creo que eso realmente no es tan así. Pienso que hay que tratar de ser orgánico con el género que estás trabajando, pero eso no te limita artísticamente de hacer nada. Así trato de hacer en estos dos videos. Han tenido un trabajo de concepción riguroso y creo que están bastante logrados”.
Sobre la confluencia de dos estéticas y maneras de hacer muy singulares, tanto desde lo musical como desde lo visual, amplía: “Ellas están buscando algo diferente dentro de su estética. Han pasado de ser las cuatro muchachas pasivas, más a lo jazz, hacia una proyección más agresiva. De hecho, el nombre del disco ya está trasmitiendo muchas cosas. Y eso me permitió adaptarlas a ciertos códigos que también a mí me gusta hacer: a mí me gusta trabajar con la danza, lo había hecho antes en espectáculos pero no lo había llevado nunca a un videoclip. En el caso de Brujas, que sí tiene un trabajo visual más plástico, más que ver quizás con las cosas que la gente conoce mías, hay todo un trabajo de recreación visual con elementos surrealistas, con el terror, pero llevado a la imagen sensual de Sexto Sentido”.
Concluye el realizador apuntando uno de los aspectos que, considera, definen al cuarteto y que intenta trasmitir al público con el fin de seducirlos del mismo modo que estas cuatro intérpretes lo atraen a él: “La agrupación siempre ha tenido como sello la sensualidad. Son cuatro mujeres bonitas, con una imagen interesante, hermosa. Eso es fácil de moldear; o sea, lo mueves un poco más para acá, o un poco más para allá; por ejemplo, quizás: en lugar de ser un poco más pasivas, son un poco más agresivas, atrevidas. Pero al final mantienen, dentro del disco incluso, parte de su trabajo estético en cuanto a sonido. Son cadenciosas, melódicas, delicadas. Pienso que ese es uno de los atractivos fundamentales que ellas tienen, además de su trabajo vocal –que al menos en estos dos temas no es tan fuerte, porque deciden darle paso un poco más al concepto musical electrónico–: el hecho de no perder la sensualidad”.