El avileño Rusney Castillo muestra hasta este momento un crecimiento vertiginoso como pelotero y tal es así, que en apenas tres Series Nacionales se ha convertido en pieza clave dentro del béisbol cubano para los retos que se avecinan. Es muy completo, rápido entre las bases, batea con facilidad y es capaz de llevar la pelota más allá de las cercas, a lo que suma un excelente brazo.
Gracias a su seriedad como persona y su calidad como atleta se ha ganado un puesto en los jardines del equipo Cuba, área donde hay un semillero de jugadores talentosos a lo largo y ancho del país. Ahí se codea con colosos como Frederich Cepeda, Alfredo Despaigne y Alexei Bell.
A fuerza de batazos se ganó el respeto en nuestro Pasatiempo Nacional mientras que en la arena internacional mostró credenciales con su desempeño en el Mundial de Panamá en el 2011, donde acaparó titulares al ser el líder de los bateadores con 512 (41-21). Allí fue incluido además como uno de los jardineros en el elenco Todos Estrellas de la justa, sin importar que vistiera por primera vez la camisa del equipo nacional.
Luego, para no dejar margen a las dudas, guió a los Tigres de Ciego de Ávila en su camino a la corona durante la 51 contienda beisbolera.
Ahora sus metas son grandes. Sabe que jugar en el III Clásico Mundial será un gran reto y aun más cuando está conciente de que toda la afición tiene esperanzas cifradas en él.
“Yo asumo esa responsabilidad a través del entrenamiento y la preparación, dando además todo para integrar el equipo al clásico que es el sueño mío en este momento”.
La cita de marzo para Castillo, “es un certamen muy competitivo, para nadie es un secreto que es el evento más fuerte que hay en el mundo, estoy listo para salir adelante y para darlo todo al equipo”, sentenció.
El entrenamiento en el Estadio Latinoamericano se ha hecho novedoso y Rusney lo califica de “muy fuerte y exigente, tenemos un director como Víctor (Mesa) que exige mucho y prepara a los atletas como tiene que ser”.
Si de algo goza el muchacho de la tierra de la piña es de versatilidad, cualidad que es puesta a prueba por estos días al ser colocado en varias funciones, las que él asume bien, “yo trato siempre de hacer mi función en el equipo, si me ponen de segundo (bate) segundo y si es primero primero, igual pasa en los jardines, trato de jugar las tres posiciones para dar mi aporte a la solución de cualquier problema en el equipo”, concluyó.