El cine cubano se encuentra de plácemes. Por estos días, comienzan a refrescarnos los aires de la edición 34 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Momento que todo cinéfilo espera para poder apreciar la diversidad y calidad de más de 560 obras de 46 países.
Un momento imprescindible lo ocupa la cinematografía del patio, siempre en la mirilla de cualquier espectador curioso que se pasee tranquilamente por cualquiera de las arterias del festival. En esta ocasión, la isla presenta una selección que se destaca por la presencia de jóvenes realizadores y por el manejo de determinadas problemáticas sociales de la Cuba actual.
En el apartado de largometraje de ficción se encuentra Irremediablemente juntos de Jorge Luis Sánchez. Un filme que se centra en la relación amorosa de dos jóvenes que deben enfrentarse al racismo, las incomprensiones y prejuicios de sus respectivas familias para poder estar juntos. Se vende, otro de los largometrajes presentes en este apartado, es el tercero de Jorge Perugorría y narra una historia de humor negro protagonizada por Daylenis Fuentes, Jorge Perugorría, Yuliet Cruz, Mirtha Ibarra y Mario Balmaseda.
A su vez el director cubano Daniel Díaz Torres, entregará una historia que conjuga las expectativas de una mujer, sus sueños de ser actriz y el mundo, no tan feliz, de la prostitución. La película de Ana, según su director en entrevista a Cubacine: “Tiene que ver con el concepto de la prostitución; que no es solo un problema de intercambio sexual, como algunas veces lo manejamos.”
En la categoría de opera prima, junto a Penumbras, de Charlie Medina, se destaca Melaza de Carlos Lechuga. En la primera, estamos en presencia de una obra de la autoría de Amado del Pino con guión del propio Lechuga, donde la fotografía y el guión juegan un papel imprescindible en la relación entre un pelotero, una prostituta y un posadero. Es una historia de fracasos y frustraciones, pero también de soluciones inciertas.
En otro sentido, para Carlos Lechuga, el cine es sencillamente humanista. Y en Melaza, también protagonizada por Yuliet Cruz junto a Armando Miguel Gómez, nos propone un relato donde la frustración ha de ser superada: “A medida que la trama se desarrolla, los personajes son como dos moscas que vuelan alrededor de una caldera de melaza, y aunque tratan de escapar, se quedan empotrados dando vueltas y volviendo al inicio sin poder escapar”, explica su director.
En el apartado de cortometrajes y mediometrajes, Cuba presentará la cinta multipremiada Camionero de Sebastián Cordero; Lavadora de Yoel Infante Corbacho; y Los anfitriones de Miguel Ángel Moulet, escogida este año para competir en la sección Cinefundation del Festival de Cannes.
El documental cubano también estará representado. Aquí destaca La Certeza, de Armando Capó, la cual apuesta por hurgar en las motivaciones fundamentales de la fe y la existencia humana. Junto a esta, están Awairy de Valeria Ariñez; El Evangelio según Ramiro de Juan Carlos Sáenz de Calahorra; Escenas previas de Aleksandra Maciuszek; y De agua dulce de Damián Saínz.
En el Concurso de Animación entraron La luna en el jardín de Yemelí Cruz y Adanoe Lima, una realización basada en el libro Jardín de la poetisa cubana Dulce María Loynaz y Lavando calzoncillos de Víctor Alfonso Cedeño.
Por último, para este festival el cine cubano pondrá a concursar cinco guiones donde se destacan los de Abel Arcos y Esteban Insausti. Además, estarán en competencia seis carteles.
Con una larga tradición y un gran seguimiento por parte del público latinoamericano y cubano, el festival busca cristalizar una vez más los lazos entre las distintas estéticas del continente. Al parecer, sin olvidar tampoco que el cine es también joven y reflexivo.