El presidente Donald Trump dijo este sábado que abandonará un importante acuerdo para el control armamentista que Estados Unidos suscribió con la Unión Soviética debido a que Rusia lo está violando y le impide a Washington desarrollar nuevas armas.
El vicecanciller ruso Serguei Ryabkov dijo que “éste sería un paso muy peligroso”.
El retiro de Estados Unidos “provocará la más grave condena de todos los miembros de la comunidad internacional comprometidos con la seguridad y la estabilidad”, dijo Ryabkov en declaraciones a la agencia noticiosa Tass.
Por su parte, el secretario de Defensa británico Gavin Williamson dijo que el Reino Unido respalda de manera “absolutamente resuelta” el anuncio de Trump.
En declaraciones al diario Financial Times, Williamson dijo que Moscú se ha “burlado” del tratado.
El acuerdo firmado en 1987 ayuda a proteger la seguridad de Estados Unidos y sus aliados en Europa y Oriente. Prohíbe a Estados Unidos y a Rusia la posesión, producción y lanzamientos de prueba de misiles desde tierra con alcance de entre 482 a 5,470 kilómetros.
“Rusia ha violado el acuerdo. Lo han estado violando desde hace muchos años”, declaró Trump al término de un acto de campaña en Elko, Nevada. “No vamos a permitirles violar un acuerdo nuclear, que se salgan y hagan armas, y que nosotros no podamos hacerlo”.
El convenio ha restringido a Estados Unidos en el desarrollo de nuevas armas, pero el país comenzará a hacerlas a menos que Rusia y China acepten no poseerlas ni crearlas, declaró el presidente. China no es parte del acuerdo.
“Tendremos que desarrollar esas armas, a menos de que Rusia venga con nosotros, China venga con nosotros, todos vengan con nosotros y digan seamos inteligentes, no permitamos que ninguno de nosotros desarrolle esas armas, pero si Rusia lo hace y China lo hace, y nosotros respetamos el pacto, eso es inaceptable”, apuntó.
El asesor de Seguridad Nacional John Bolton viajó el sábado a Rusia, Azerbaiyán, Armenia y Georgia. Su primera escala es la capital rusa, donde se reunirá con altos funcionarios rusos, como el ministro del exterior Sergei Lavrov y el secretario del consejo de Seguridad, Nikolai Patrushev.
La vista de Bolton a Rusia tendrá lugar en medio de un enfriamiento de las relaciones entre Moscú y Washington debido a la crisis en Ucrania, la guerra en Siria y la presunta intromisión rusa en la contienda presidencial de 2016 y las próximas elecciones legislativas en Estados Unidos.
El mandatario no abundó en detalles sobre las infracciones, pero en 2017, funcionarios de seguridad nacional de la Casa Blanca dijeron que Rusia había desplegado un misil crucero en violación al tratado. Previamente, el gobierno del presidente Barack Obama acusó a los rusos de violar el pacto con el desarrollo y prueba de un misil crucero prohibido.
Rusia ha rechazado reiteradamente alguna violación del acuerdo y acusó a Estados Unidos de no acatarlo.
El secretario de Defensa, James Mattis, había dejado entrever previamente que la propuesta del gobierno de Trump de incluir un misil crucero lanzado desde el mar en el arsenal atómico de Estados Unidos podría fortalecer la postura de Washington para intentar convencer a Moscú de volver a acatar los términos del tratado armamentista.
El Ministerio del Exterior de Rusia dijo en febrero que su país unicamente consideraría el uso de armas nucleares en respuesta a un ataque con armas atómicas y de destrucción masiva, o en caso de una agresión no nuclear que ponga en peligro la sobrevivencia de la nación rusa.
“Estamos volviendo lentamente a la situación de la guerra fría como lo fue al final de la Unión Soviética, con consecuencias bastante similares, pero que ahora podría ser peor porque (el presidente ruso Vladimir) Putin pertenece a una generación que no tienen una guerra en su historial”, dijo Dmitry Oreshkin, analista político ruso independiente. “Esta gente no se asusta tanto frente a una guerra como la de los tiempos de Brezhnev. Creen que la amenaza adecuada asustará fácilmente a Occidente”.