Nunca es suficiente para saberlo presente. Él, de esos artistas que hasta los más jóvenes reconocen su manera perfecta de delinear figuras, de los cubanos más reconocidos internacionalmente en el panorama de las artes plásticas, de los que esperó más de 15 años para montar su primera exposición en la Galería Pierre, ubicada en el corazón de París y tan genial que fue llamado “primo” por Pablo Picasso. Este hombre es un cubano de todos los tiempos, este fue Wifredo Lam.
Su Isla vuelve a celebrar tanto talento. Los 110 años de su natalicio se conmemoran en el Centro de Arte Contemporáneo de Cuba con la exposición Wifredo Lam: entre la pintura y el grabado, la cual reúne unos 72 cuadros de este destacado pintor, de ellos 68 proceden del tesauro del Museo Nacional de Bellas Artes y cuatro son litografías de la serie El fuego verde, que han sido prestadas por Alexys Leyva, Kcho.
La muestra, inaugurada el pasado 12 de diciembre, exhibe series como Los altares, Retratos HH, Los ocres y Los sienas, algunas obras del período de Haití, y también tintas, pasteles, temperas, collage y álbumes de grabados, comprendidos sobre todo entre 1941 y 1976, período en que el creador estableció una poética bien configurada.
Días antes de la apertura de la muestra, se desarrolló en el Centro actividades en homenaje a la impronta del más universal de los pintores cubanos, con la participación de los intelectuales Pablo Armando Fernández y Adelaida de Juan.
Para homenajear al autor de La Jungla también se incluyó la proyección de los documentales En la encrucijada del mundo 1902-1946; En busca de la unidad perdida 1946-1982; Wifredo y los poetas y Polvo de átomos, producidos por Seven Doc de Francia, dirigidos por los realizadores Fabrice Maze y Barbro Schultz Lundestam y donados al Centro Wifredo Lam por el importante coleccionista Gilbert Brownstone. Los primeros audiovisuales son materiales cronológicos que recrean la vida y la obra del pintor cubano, desde su nacimiento el 8 de diciembre de 1902 en la villaclareña Sagua la Grande, hasta su muerte acaecida el 11 de septiembre de 1982, en París.
En el caso de Wifredo y los poetas remite a los años 60, en los que Lam trabajó el grabado y la litografía, muy vinculado a escritores y poetas como André Breton, Antonin Artaud, Aimé Césaire, Gherasim Luca, Alain Jouffroy y Jean-Dominique Rey, entre otros artífices. Mientras que Polvo de átomos, plasma la época en que vivió el maestro en Albisola Mare, Italia, en la que realizó más de trescientas cerámicas en el taller San Giorgio.
La expo permanecerá abierta al público hasta el 23 de febrero y hasta esa fecha se estarán proyectando los documentales a los que se suman sus similares Wifredo Lam, de Humberto Solás y Ya era otoño en París, de Jorge Aguirre. Un regalo para los cubanos de hoy.