Hace dos décadas Xóchitl Galán y Fito Hernández, integrantes del Dúo Karma, ensayaban cargados de sueños para su primera presentación en el museo del Cerro, en La Habana. Solo familiares y amigos acudieron entonces. Hoy, a 10 mil km de distancia, llenan teatros y centros culturales, y en las calles de Buenos Aires niñas y niños les piden un autógrafo o una foto, como reconocimiento espontáneo a su obra musical.
La más reciente obra de arte creada por esta pareja cubana es Firmamento, un disco-libro, una circularidad de sonidos, rítmos, fantasías, trazos, colores, versos, historias que vuelan entre Cuba y Argentina, y cruzan también otros mares.
Con el talento de ambos, gracias a un minucioso trabajo por encima de los obstáculos de una producción completamente independiente, y con la colaboración de músicos argentinos y cubanos (como Silvio Rodríguez), vió la luz Firmamento a mitad de 2018
Así comenzó a desandar esta nueva propuesta por hogares, jardines de infantes, plataformas digitales, radios, programas de TV y conciertos en escenarios colmados de público en Uruguay, Argentina y Colombia.
Súmese a este éxito que en la reciente edición del certamen Cubadisco, Firmamento ganó los premios a mejor Música para niños y Mejor en Diseño. Entonces, con un manojo de curiosidades y canciones, converso con Xóchitl y Fito.
¿Qué es Firmamento?
Firmamento es un disco-libro que invita a abrir ventanas. Está dedicado a la curiosidad, al reflejo ancestral por la contemplación de la noche y los astros, la avidez por hacerse preguntas, la diversidad e infinitud del cosmos que habitamos. Lo sistémico, lo circular, lo cíclico, lo que contiene en múltiples capas.
Reúne canciones que escribimos especialmente para él y otras que habían nacido tiempo atrás con estas mismas inquietudes. La fascinación por la astronomía que, desde niños, nos impulsaba a hacernos preguntas y a imaginar mundos desconocidos fue uno de los motores que impulsó el disco.
Queríamos que la poesía, tanto textual como visual, guiaran el rumbo de esta travesía, que las canciones no fuesen etiquetadas como “música para niños” de manera absoluta, que los arreglos tuviesen la cubanía desde la cual pensamos musicalmente este disco. Hay muchos géneros de la música cubana, sones, chachachá, conga, también mezclas de varios géneros caribeños y otras sonoridades más exóticas que se van entretejiendo de manera fluida y armónica.
¿Cómo fue la mutación de un disco a un libro-disco?
Al comienzo de todo el proceso, en el momento que estábamos enfrascados en la parte musical del disco y recién comenzábamos a pensar en su estética visual, lo que nos venía a la cabeza era, como escenario de fondo, el cosmos con su profusión de puntos de luz. También teníamos definidos ya una idea de las ilustraciones: dibujos a lápiz con colores brillantes y trazos espiralados, por capas, como acentuando esa circularidad que es una de las esencias de Firmamento.
Comencé (cuenta Xóchitl) de a poco, a dibujar en la tableta gráfica siempre pensando en el formato digipack, con un librillo del tamaño estándar para CD, pero fue apareciendo cada vez más una necesidad de mayor amplitud, un espacio más abierto donde los textos pudieran ser recreados en ilustraciones con lunas habitadas por peces y pájaros en pleno vuelo. Gatos-universos que contienen ciudades y océanos. Astros suspendidos en la inmensidad del cosmos.
De algún modo, aunque resulte raro explicarlo, muchas de estas imágenes habían sido el punto de partida para crear las canciones antes de haberlas dibujado siquiera.
La idea fue mutando, creciendo y enriqueciéndose, hasta convertirse en un trabajo más integral que incluiría la música del disco, todo un mundo audiovisual con las ilustraciones animadas que pudieran estar presentes en la puesta escénica y donde el soporte sería un libro ilustrado con tapa dura, donde además de poder recrear a rienda suelta el imaginario que nos llevó a las canciones, incluimos un glosario de términos para despejar la noche y solo dos fotos (donde salimos nosotros e intervenidas) donde jugamos con citas de nuestra cultura cubana como es el caso de la foto de la última página, que hace alusión a la obra Primavera del pintor cubano Jorge Arche.
Ya con la decisión tomada de hacer un libro, cumplíamos también nuestro deseo de seguir transitando el mundo editorial, y esta vez de manera independiente. Antes habíamos editado los títulos Te cuento del camino lo que vi (Pequeño Editor 2017) y Big Ben (Pequeño Editor 2018).
Disfrutamos cada paso del proceso editorial con una pasión tremenda, sentimos que fue un aprendizaje invaluable que nos dejó con unos enormes deseos de seguir este camino maravilloso. Son tantos detalles para tener en cuenta, desde la elección del papel, el gramaje, la textura, etcétera. Resolver todos los retos que aparecieron desde que tomamos la decisión hasta que abrimos el primer libro recién salido de imprenta con el inolvidable perfume de la tinta envolviéndolo todo y confirmando un nuevo nacimiento.
Para completar visualmente Firmamento, está el clip animado del tema que le da nombre, donde Fito animó cada ilustración de manera tal que puede ser disfrutado mientras se hojea el libro. Y se traslada esta visualidad a la puesta escénica con el apoyo del trabajo del grupo PIE, quienes armaron con las animaciones distintas pantallas para mapping y proyecciones durante la presentación en vivo del disco. Se generó un trabajo integral donde la música, la imagen y lo literario se complementan creando una unidad.
Diría que Firmamento es más que un disco/libro encerrado en un género musical y perfilado a un tipo de público en particular. Es trabajo que permite el goce de grandes y chicos. Se puede comprobar en sus presentaciones en vivo, al ver la reacción de un público familiar no está claro quién acompañó a quién: si la mamá o el papá al niño o la niña, o viceversa. Es más, varias veces vi en escenarios tanto de Cuba como de Argentina, a grupos de tres o cuatro adultos acompañando a un solo niño. ¿Ha sido esta una cuestión de actitud del Dúo Karma a la hora de afrontar sus composiciones, sus espectáculos, sus discos..?
Pensamos que esto va sucediendo de forma natural hace ya algún tiempo. Y efectivamente aquí con Firmamento se hace más visible.
El adulto es quien elige la música que escucha el niño, de manera que no se puede quedar fuera del juego, tiene que sentirse genuinamente seducido o emocionado con la música que luego seleccionará para que escuche su hijo o su alumno.
El hecho de poder compartir un espacio de goce entre niños y adultos fortalece y crea nuevos lazos. Siempre que la música se haga con toda la complejidad y rigor que precise, que no se minimice y se respete al niño, esto será viable. Y lo mismo vale para las temáticas, los textos y la gráfica. Que la constante sea la poesía, y no perder de vista el humor. Que los elementos lúdicos que le aporten a un tema otros matices puedan ser explorados y experimentados, que no se fuercen didactismos, que el vuelo sea infinito y que la belleza sea buscada a toda costa. Que el arte en sí mismo prevalezca.
Esos son los principios que intentamos aplicar y con los que nos sentimos más a gusto, más en el camino correcto.
¿Cómo fue el proceso de grabación de este disco hecho entre Cuba y Argentina, con músicos de ambos países y con diferentes formaciones?
Una vez elegidas las canciones que estarían incluidas, nos pusimos a trabajar en los arreglos musicales, parte que estuvo a cargo de Fito, y que es algo que disfruta a plenitud. Escribir para ensambles de viento, trabajar arreglos como el de “Chachachá con tereré” con una sonoridad de los años 50, o el arreglo de “Universo” que es más volado, más atmosférico.
Fue una etapa creativa intensa y en la que teníamos muchas expectativas. Una vez terminado este proceso pasamos a la siguiente fase: viajamos a La Habana para concretar las grabaciones con excelentes músicos cubanos, a los que queremos y admiramos muchísimo y que se entusiasmaron con la idea y le pusieron todo el swing. Todos ellos han hecho y están haciendo historia en la escena musical cubana desde hace algún tiempo, con sus proyectos independientes o en los ensambles a los que pertenecen, así que además de haber disfrutado al máximo esta etapa, fue un lujazo tenerlos en el disco.
Yaroldy Abreu en las percusiones, Gastón Joya en el bajo, Enid Rosales en el tres, Janio Abreu en los clarinetes, Franqui Corbea en las percusiones orientales (tabla india, santur, darbuka), Thommy Lowry en las trompetas, Yuniet Lombida en los saxos, Abraham Castillo en el fagot, Dania Pérez en el corno francés, Marlon Bello en el trombón, Alejandro Aguiar en la paila y en esta parte del proceso el grabador y cómplice fue Reinier López, con quien tenemos excelente química de trabajo.
Con Rey habíamos grabado anteriormente discos como En Guarandinga por toda Cuba y Mundo Sonajero, así que fue muy cómodo y placentero el proceso. Ya de regreso en Buenos Aires completamos las grabaciones. Fito grabó las guitarras, ukeleles, cavaquiños y ambos pusimos las voces y percus corporales que aparecen en un par de temas.
Dos músicos maravillosos de estos sures estuvieron invitados, Gabriel Spiller en el drums, botellas, espátulas y accesorios y Martín Telechanski en guitarra eléctrica, este último además fue quien estuvo a cargo de las grabaciones en Buenos Aires y mezcló y masterizó el disco. Con Martín nos pasa lo mismo que con Rey, hay muy buena química que hace que el trabajo sea muy fluido y que lleguemos a lograr el sonido soñado. Con Martín habíamos grabado previamente el CD ¡Vámonos de viaje!
Ha sido nuevamente un placer trabajar con tan talentosos maestros del sonido, con un grado de obsesión por el detalle que compartimos y que hace que el disco quede lo más cercano a lo que imaginamos.
Silvio Rodríguez es, quizás, el invitado más entrañable en Firmamento. ¿Cómo pensaron su intervención en el tema que da título al disco?
Siempre decimos que Firmamento es un gran cumplidor de sueños, que nos impulsó a transitar por lugares que aunque eran soñados no habíamos intentado hasta el momento. El sueño más grande que cumplimos con Firmamento fue la participación especial de Silvio.
Cuando compusimos la canción, muchísimo antes de pensar en grabar el disco, había como un sonido silviano, una esencia de Silvio en el tema, (influencia inevitable en nuestras vidas y canciones) y pensamos que sería hermoso contar con su participación.
Cuando ya estábamos en el proceso de mezcla nos animamos y lo invitamos. Con un gesto absolutamente generoso y hermoso aceptó. Así que valiéndonos de la ayuda fundamental de amigos queridos armamos una red para enviarle las pistas para que pudiera grabar ya que la internet no era suficientemente poderosa para enviar archivos tan pesados, y para recibir su trabajo lo mismo, fue custodiado tan preciado tesoro desde los estudios Ojalá en La Habana hasta el barrio de Boedo en Buenos Aires, por nuestra querida María Santucho, entre otras cosas, hermosa culpable de que andemos por Argentina.
Cuando escuchamos por vez primera lo que Silvio había grabado se nos desbordó la emoción. Además de lo que nos provoca escuchar su voz cantando un tema nuestro, todo lo que implica. Su música fue parte fundamental de la banda sonora con la que crecimos. Y cuando nos hicimos trovadores Silvio se resignificó. Su influencia y obra han calado hondo en nuestro camino por la belleza poética y musical, su sabiduría y su consecuencia.
Pero, además, de todo esto su participación en el tema fue increíble, enriquecedora. No sólo había cantado en las estrofas haciendo una tercera voz, sino que hizo unos bellísimos contrapuntos a tres voces en los coros finales, que son hermosos y que le dan una vida tremenda al tema. Nuestro corazón más que agradecido. Sueño cumplidísimo.
La discografía y trabajo del Dúo Karma ha sido casi en su totalidad autosugestionada. Tras más de una década de experiencia, ¿qué pros y contra pueden contarnos del bregar por ese mundo independiente, al margen de las compañías disqueras?
Desde el primer disco de estudio que fue En guarandinga por toda Cuba, trabajo a seis manos que compartimos con nuestra querida Rita del Prado, elegimos el camino de la producción independiente. Ya hoy no sabríamos trabajar de otra manera. Esta elección tuvo que ver con el deseo intenso de dar curso a una idea que teníamos muy clara, y no dejar que se tronchara esperando que bajaran discográficas o productores del cielo, cual ángeles salvadores. Estas son épocas donde la tecnología ha alcanzado un nivel de acercamiento al artista y que permite lograr el mismo acabado que los discos producidos por reconocidas discográficas.
En aquellos años (2008), donde comenzamos con la producción del material En Guarandinga…, los tres nos animamos e impulsamos con nuestros ahorros y con muchísimas horas de trabajo la grabación, la producción gráfica y luego la fabricación de la primera tirada, todo esto de manera independiente.
Los primeros indicios de que habíamos hecho muy buena elección fue que obtuvo el Gran Premio Cubadisco 2010. Era la primera vez que un disco de música para niños ocupaba el Gran Premio. Así como el premio de Diseño, el de música para niños y una nominación en calidad de grabación dentro de este certamen.
Fue un gran aprendizaje, una escuela con experiencias a las que hemos ido dándole forma y adaptándolas a los nuevos tiempos a través de los años. Luego vinieron los discos Mundo Sonajero, ¡Vámonos de viaje!” y ahora el disco-libro Firmamento, todos hechos de manera independiente, premiados y licenciados en Cuba.
Trabajar de esta forma da la libertad absoluta para crear y generar obras tal cual uno las sueña. No existe la presión de los tiempos, ni de la forma final que tendrá el trabajo. Las libertades creativas que proporciona son las que hace que se logren trabajos muy especiales y que respondan al criterio del artista. Uno elige con qué músicos y grabadores trabaja, si precisa un productor musical o un diseñador o no. En este camino cada vez más nos implicamos en cada rubro que intercepta a un disco desde la producción musical, ejecutiva, el diseño, el formato, la reproducción, la distribución, etc.
El único límite y quizá dificultad que tiene la producción independiente está en el factor económico. El productor independiente tiene que ajustar su vuelo creativo con el presupuesto con el que cuenta. Lo ideal, luego de tener listo el material, en el caso de Cuba, es poder licenciarlo con algún sello discográfico, es la manera de distribuirlo en la isla, de recuperar algo de la inversión y además ya queda fabricado, el disco físico. Aunque cada vez más en el mundo se escuchan los discos a través de las plataformas digitales y el objeto físico tiende a desaparecer, salvo si la gráfica tiene un plus, libro, objeto etcétera. Son adaptaciones que habrá que seguir considerando en los caminos de la producción discográfica independiente.
En nuestro caso, además de lo que se refiere a discos, la producción independiente de las presentaciones es algo a lo que hemos apostado desde hace ya unos cuantos años. Vemos todo lo referente al dúo como una unidad donde la expresión escénica de la puesta en vivo está totalmente ligada a la estética de los materiales que generamos, tanto los audiovisuales, los discos, los libros, otros objetos, todo parte de un mismo criterio y las maneras de trabajar. Para ello contamos con gente maravillosa con la que trabajamos desde hace algún tiempo, cabe mencionar el apoyo de Gabriela Fernández Gavilán que completa nuestro equipo de producción y hace que fluya y se fortalezca la propuesta del dúo y que sea cuidado cada detalle.
Firmamento se alzó en la reciente edición del Cubadisco con los premios a mejor Música para niños y Mejor en Diseño. Hay una preocupación del dúo Karma, de estar presente siempre en Cuba aunque desde hace algunos años pasen más el tiempo en escenarios fuera de la isla. ¿Qué importancia le atribuyen a esa presencia?
Desde siempre hemos mantenido el vínculo y el intercambio con Cuba. Con nuestras raíces. Aunque en los últimos años se han ampliado nuestros caminos y hoy tenemos dos hogares en dos puntos tan distantes entre sí, esta distancia se acorta y viene siendo un canto de ida y vuelta.
Cubadisco es un certamen que respetamos mucho por la calidad de los músicos y especialistas que integran el jurado cada año. Si bien los premios, en general, tienen un carácter subjetivo, dependen muchas veces y en gran medida del gusto o inclinación de quienes lo dan, para nosotros los premios Cubadisco son un reconocimiento que agradecemos y valoramos. El hecho de que todos nuestros trabajos discográficos hayan sido tenidos en cuenta, premiados y nominados, es muy grato, es un reconocimiento a nuestra labor como músicos y productores.
Esta vez se alzó Firmamento con el premio de Música para niños y el de Diseño. Y lo estamos celebrando con mucha satisfacción. Es una manera de seguir impulsando en nuestro país la música que hacemos. Que siga circulando en los medios cubanos.
Es más, nuestro sueño es llegar con Firmamento a los teatros cubanos. ¡Qué lindo sería poder hacer una gira por la isla! En estos momentos estamos saboreando las presentaciones en vivo. La primera fue en Montevideo, luego vino Buenos Aires y ojalá que Cuba sea la próxima parada.
En la puesta en vivo seguimos con el criterio minimalista que siempre han tenido nuestras presentaciones donde la música y la interacción con el público son el estímulo principal, sin embargo esta vez la presencia de proyecciones y mapping en distintas pantallas y objetos-pantalla, hace que la sensación sea como estar dentro de una película o el mismo libro. Nos acompañan en todas las canciones las ilustraciones animadas de cada página del libro. Gracias al trabajo del grupo PIE. Tecnológicamente tiene sus requerimientos pero soñamos con poder compartirlo con el público cubano en algún momento.
Por lo pronto otra de las grandes alegrías y nuevas noticias sobre Firmamento en Cuba es que pronto verá la luz en en la isla a través del sello Colibrí pues lo hemos licenciado con ellos. Así que el vínculo sigue fluyendo y por muy buen sendero.
Vivo en Chile. A mi nieto, siempre le pusimos y le gustó la música de Karma. Aún hoy la oye.