Cuando hace casi un lustro estuve en Venezuela, un amigo me encargó la búsqueda de algún libro del escritor venezolano Aquiles Nazoa (Caracas, 17 de mayo de 1920 – Maracay, 25 de abril de 1976). En las librerías que consulté no tenían ningún título del también poeta, periodista, ensayista y humorista. Entonces fue cuando un joven vendedor de libros en plena calle me sugirió que fuera debajo del puente de la avenida Fuerzas Armadas, en el corazón de Caracas.
“Si no consigues allí el libro que estás buscando, desiste porque no lo vas a encontrar en ninguna otra parte de Venezuela”, afirmó categóricamente.
Llegué al mismísimo puente y pregunté. El caos por el tráfico en una de las vías más transitadas del país impedía ubicar librería alguna por todo aquello.
Debajo del puente está el Paseo de la Resistencia Literaria, donde el bullicio de arriba no contamina la parsimonia. Se trata de decenas de kioscos con vendedores de libros usados y un sector con mesas para jugar ajedrez.
Hace más de tres décadas se instalaron allí estos amantes de la lectura y, tiempo después, aparecieron sillas, mesas y tableros para los seguidores del deporte de las 64 casillas.
Recuerdo haber conversado con un hombre, de unos 50 años, que seguía atento el match de ajedrez entre un hombre y un niño. Me contó que este sitio le quedaba de paso entre su casa y su trabajo.
“Ya es parte de mi rutina diaria salir por la tarde de la oficina y, antes de llegar a la casa, hacer una parada aquí y jugar alguna partida. Eso me desestresa”, confesó.
Charlé también con uno de los libreros. Me interesó cómo se mantenían las ventas en medio de la crisis económica. “Por supuesto que la gente prioriza comer antes que leer. Aun así, es increíble que siguen comprando libros aquí. No nos faltan los lectores porque, además, nuestros precios son más bajos que en la librerías. También llegan personas para vender los libros que tenían guardados por años o sencillamente intercambiarlos por otros difíciles de encontrar. Pero cuando no se venda más, seguirán visitando el Paseo de la Resistencia Literaria igual, porque es como tu barrio, donde te sientas en una esquina con tus vecinos”, me explicó con una sonrisa que aún tengo fresca en la memoria.
Me recomendó llevar una de las primeras ediciones de Humor y Amor, recopilación de algunas poesías humorísticas, teatro y breves narraciones de Aquiles Nazoa, el responsable de que haya llegado a uno de los lugares más fotogénicos y atrapantes de mi recorrido por la capital venezolana.