A los 35 años, la vida en los diamantes no es la misma para el slugger cubano Kendrys Morales, quien afronta el ineludible paso del tiempo y una baja ofensiva que limita muchísimo sus opciones de mantenerse activo en un roster de Grandes Ligas.
El último trago amargo llegó este lunes, luego de que los Atléticos de Oakland designaran para asignación al antillano, quien había llegado a la novena californiana hace solo unos meses en un canje con los Azulejos de Toronto.
“Desafortunadamente, tenemos que dejarlo ir”, dijo el manager Bob Melvin a MLB Network Radio, donde reconoció las virtudes de Kendrys en el clubhouse.
The Athletics have reinstated Mark Canha from the injured list and designated Kendrys Morales for assignment.
— Oakland A's Communications (@AthleticsPR) May 13, 2019
“Te digo algo, este chico no ha puesto los mejores números, pero es un gran compañero”, precisó Melvin en declaraciones que reproduce ESPN.
El mentor fue optimista respecto al futuro de Kendrys al decir que alguien lo va a reclamar, y también destacó la actitud del cubano, quien, cuando no jugó, se mantuvo alentando al equipo lanzamiento por lanzamiento.
“Desafortunadamente, no tenemos espacio para él en este momento, pero realmente disfrutamos nuestro tiempo con él. Es un verdadero profesional”, apuntó Melvin.
Morales ha tenido un arranque muy lento en la presente campaña, con solo tres extrabases (un jonrón) en más de 100 turnos oficiales y una pobre línea ofensiva de .204/.310/.259, guarismos por debajo de las expectativas de Oakland, que sumó al antillano buscando poder tras la lesión de Matt Olson en la primavera.
El pasado curso, con Toronto, Kendrys exhibió línea de 249/.331/.438, pegó 21 jonrones y remolcó 57 carreras, para aumentar sus totales históricos a más de 200 vuelacercas y más de 700 impulsadas en las Mayores.
En su carrera de 13 años en las Mayores, Kendrys ha pegado al menos 21 jonrones en siete oportunidades, dos veces ha remolcado más de 100 carreras y en seis ocasiones ha conseguido más de 130 inatrapables.
Durante su trayectoria, ha vestido la camiseta de seis elencos, y muchos consideran que su mejor etapa fue al inicio, cuando jugaba para los Angelinos de Los Ángeles.
Ciertamente, allí saltó al estrellato con una brillante campaña en el 2009, en la cual logró sus topes personales para una temporada en jonrones (34), jits (173), impulsadas (108), anotadas (86) y dobles (43). Además, ese año concluyó quinto en la votación del Jugador Más Valioso.
#Athletics puso a Kendrys Morales en asignación. Veterano de 35+ en último año de contrato y baja producción: La combinación más riesgosa actualmente en la MLB.
— Enrique Rojas/ESPN (@Enrique_Rojas1) May 13, 2019
No obstante, pudiera decirse que su mejor año fue el 2015, cuando ganó la Serie Mundial con los Reales de Kansas City y, en el orden individual, se llevó el Bate de Plata (22 jonrones, 41 dobles, 106 impulsadas y línea de .290/.362/.485).
Con los Reales, en tan solo dos temporadas, pegó 52 vuelacercas, remolcó 199 carreras y anotó 146, con promedios de .277/.344/.476.
Retomar esos tiempos le costará mucho al gran slugger caribeño, quien ha peleado en las Mayores como un auténtico guerrero, sobre todo después de sufrir una grave lesión en el 2010 que lo alejó de los diamantes por casi dos años.
Muchos hasta llegaron a pensar que Morales nunca regresaría, o que lo haría para un breve paseo de despedida, pero se equivocaron. En la presente década, el cubano ha demostrado su calidad con el madero y ha puesto números que lo colocan entre los mejores bateadores de la Isla en las Grandes Ligas.
Durante los próximos 10 días, Kendrys vivirá un período corto de incertidumbre, pues los Atléticos pueden buscar un canje o colocarlo en waivers y ver si algún equipo lo reclama. Si eso no sucede, lo más probable es que quede vaya a la agencia libre, descartando casi por completo la posibilidad de que se quede jugando en las Menores.
Un final inevitable para todo deportista. Pero ahí está Kendrys. Con sus números, con su anillo de Serie Mundial con un equipo plebeyo en las Grandes Ligas, Los Reales del KC, que se uniforma de azul y su mascota es también un león como su antiguo equipo habanero. Con su actitud ejemplar en el terreno y fuera. Nunca protagonista de un escándalo extradeportivo, como si su apellido hiciera honor a su moral ejemplar. Y aún así, todavía no le decimos “adiós”. Ya será el día en que los aficionados del beisbol en Cuba le daremos una ovación en el estadio del cerro.