El gobierno de Estados Unidos enfatizó este lunes que la frontera terrestre con México se encuentra cerrada para el procesamiento de pedidos de asilo político tras la firma de acuerdos con los países centroamericanos para acoger primero a los refugiados.
En una escueta rueda de prensa telefónica, el asistente especial del presidente Donald Trump, el cubano americano Mauricio Claver-Carone, dijo que las autoridades migratorias han logrado cerrar los “huecos” legales que había en la frontera y que a partir de ahora todo solicitante de asilo político en Estados Unidos debe presentarse en la embajada estadounidense en esos países centroamericanos e iniciar los trámites ahí.
Washington ha firmado recientemente acuerdos bilaterales con Honduras, Guatemala y El Salvador para que puedan acoger a la masa de emigrantes que desean solicitar el asilo en Estados Unidos. Aunque Claver-Carone no abordó en especifico la situación a que quedan relegados los cubanos que se encuentran en esos países, y en México también, subrayó que es una política que se aplica a todos los que se presenten en la frontera.
“La única vía permisible para emigrar a Estados Unidos es aplicando a una visa en esos países y si hay alguna causa bajo las normas internacionales de buscar el asilo, hay que hacerlo en el país de tránsito”, dijo el funcionario de la administración republicana. Es más, puntualizó, “si van a buscar a asilo (en Estados Unidos) tienen que volver al primer país, porque no se va a permitir que permanezcan en Estados Unidos”.
Claver-Carone no especificó cómo Estados Unidos pretende apoyar a los países centroamericanos a recibir a los posible refugiados o inmigrantes, cuanto tiempo permanecerán a la espera de ingresar a Estados Unidos pero reveló que los países involucrados están trabajando en una estrategia conjunta.
“Vamos a brindar ayuda para absorber si es necesario a personas que pasan por esos países. El proceso tendrá que comenzar en Honduras, Guatemala o El Salvador. Aunque no tenemos la perspectiva de que sean grandes números (pero) en lo que sea vamos a trabajar conjuntamente”, explicó. La idea es que Estados Unidos contribuya a la creación de infraestructuras en esos países no solo para crear condiciones de desarrollo que permitan crear oportunidades de empleo y disminuir la necesidad de inmigrar. Pero también crear una estructura que permita recibir a los que pretenden llegar a Estados Unidos en busca de oportunidades o asilo lo cual, sin embargo se encuentra aún en una fase de preparación.
Según cálculos de organizaciones de atención a los inmigrantes, al menos en la frontera norte mexicana se encuentran alrededor de 2,000 cubanos esperando ingresar a Estados Unidos o ser atendidos por un juez de inmigración en los casos de asilo político.