Cuando Aroldis Chapman decidió continuar su carrera lejos de Cuba, sin saberlo, tomó el camino de la especialización y, probablemente, de la longevidad. En la Isla, no se había definido su rol y cuesta creer que con las locuras de planificación del pitcheo nacional se hubiera llegado a estabilizar por completo como el relevista de un inning que es hoy.
En el béisbol profesional, en cambio, visualizaron bastante rápido que, por sus características, el holguinero estaba destinado a dedicar su vida a los relevos. Ciertamente, primero lo probaron de abridor (acumuló 20 aperturas en las Menores entre Louisville, Carolina y Dayton, sucursales de los Rojos de Cincinnati), pero a la larga le dieron la misión de relevar y lo prepararon para ser un cerrador de élite.
Ha pasado mucho tiempo desde aquellas primeras incursiones de Chapman en Estados Unidos, donde se ha consolidado como apagafuegos de altura, con seis selecciones al Juego de las Estrellas, 273 rescates y un impresionante promedio de 14.8 ponches por cada nueve entradas.
Mucho tiene que ver en estos éxitos el hecho de realizar un trabajo dosificado y específico según su función, sin apenas alterar la cantidad de entradas de labor por muy compleja que sea la situación de su equipo.
Sin embargo, a raíz de su más reciente salida de cinco outs para sellar el pase de los Yankees de Nueva York a la Serie de Campeonato, algunos piensan que Chapman puede haber sido sobreutilizado en su carrera en las Mayores, pensamiento que está muy lejos de la realidad.
Para desmontar esta tesis hay que sumergirse en los números del lanzallamas holguinero, quien comenzó a trabajar regularmente en las Mayores en el 2011, la primera de nueve temporadas consecutivas con al menos 52 salidas.
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Desde sus inicios (2010), Chapman suma un gran total de 550 juegos, todos en función de relevista, los cuales ha aprovechado al máximo, pues hasta la fecha es el sexto apagafuegos en activo con más rescates en MLB, superado por Francisco Rodríguez (437), Craig Kimbrel (346), Fernando Rodney (327), Kenley Jansen (301) y José Valverde (288).
Solo en temporada regular, el zurdo de 31 años ha registrado un gran total de 223 salidas perfectas (40.5 %), es decir, sin que se le embase ningún contrario, amparado en su intimidante velocidad y en una estrategia cada vez más propensa a mezclar su recta con envíos rompientes.
¿Es real la sobreutilización de Chapman?
La idea de que Chapman ha sido sobreutilizado viene, probablemente, de un cruce de palabras con Joe Maddon, su manager en los Cachorros de Chicago durante la segunda mitad de la campaña del 2016, cuando ganaron la Serie Mundial.
Dos meses después del triunfo, el “Misil Cubano” dijo que Maddon no debió colocarlo con cinco anotaciones de ventaja en el sexto partido de la discusión de la corona ante los Indios de Cleveland, solo unas horas después de haber realizado la salida más larga de su carrera (salvado de ocho outs y 42 pitcheos) en el quinto desafío.
“Creo que él me usó incorrectamente (…) Estuve lanzando sin necesidad, en un juego bastante abierto y me hizo salir al noveno, algo que no tenía que pasar porque ya teníamos ese juego del lado de acá”, enfatizó Chapman.
Maddon, por su parte, puso paños tibios a la situación y respondió que nunca hubieran ganado sin el concurso y apoyo del cubano, quien, además, siempre estuvo al tanto de las estrategias del equipo.
“Prometo que todo lo que hicimos, lo hicimos con su consentimiento antes de cada juego”, aclaró el capataz.
Si vamos a los números, nos daremos cuenta de que, salvo esa situación puntual con los Cachorros, Chapman no ha tenido realmente una sobrecarga de trabajo en MLB.
Por ejemplo, en su carrera, solo ha realizado 40 salidas (7.3 %) de cuatro o más outs, y esa cifra disminuye mucho más –hasta 24 juegos (4.4 %)– si tenemos en cuenta su labor desde que se estableció como cerrador a tiempo completo en mayo del 2012. Por si fuera poco, en esos 40 partidos de trabajo “excesivo”, no ha permitido anotaciones en 35 de ellos.
Pero hay más datos reveladores en este sentido.
Chapman nunca ha enfrentado a más de diez bateadores en un partido –algo que ha pasado apenas en dos ocasiones–, de hecho, suma solo 27 duelos (4.9 %) con más de seis rivales.
El 45.6 % de sus salidas (251 choques) han sido con dos o más días de descanso, y en 297 juegos con un día o menos de 24 horas de descanso le batean para un débil .144/.243/.210.
En diez años en las Mayores, el cerrador tiene dos partidos con 40 o más pitcheos, y 23 en los que ha sobrepasado los 30 envíos… eso es solo el 4.5 % de sus 550 salidas.
El antillano acumula apenas 13 rescates de cuatro o más outs en temporada regular. Tres de ellos fueron de cinco outs y solo uno de seis.
¿Sobreutilización? Realmente no es tan claro ese término.
¿Cambia la historia en postemporada?
Triunfar en octubre no es tan sencillo como parece. En los duelos más importantes del año, cuando se define la suerte de toda una campaña, es el doble de complicado salir airoso, algo que Chapman sabe perfectamente.
El cerrador holguinero ha trabajado en 29 partidos de postemporada, solo siete han sido perfectos, y ha desperdiciado cuatro de sus 12 oportunidades de salvamento (dos terminaron en derrotas de sus equipos), lo cual implica un 66 % de efectividad, por debajo de su 90 % de efectividad en serie regular (273 rescates en 305 opciones).
Además, en play off disminuyen casi en un 10 % (del 64.1 hasta el 54.7) sus lanzamientos en strikes respecto a la temporada regular, factor que está directamente vinculado a situaciones de mayor tensión y a una carga de trabajo superior, con nueve partidos de cuatro o más outs (31 %), y 19 duelos en los que ha realizado, como mínimo, 20 pitcheos.
Es evidente que cuesta mantener un nivel superlativo, aunque Chapman, independientemente de esos números, ha logrado imponer su calidad en distintos trances de la postemporada.
Por ejemplo, el zurdo ya tiene una Serie Mundial y es el lanzador con mejor promedio de ponches (12.97) en las Mayores, considerando solo los partidos de play off.
En esa instancia, además, ha permitido apenas un jonrón –de Rajai Davis en el séptimo juego de la Serie Mundial del 2016–, y ya suma ocho rescates, válido para incluirse en el Top-10 histórico que lidera el Inmortal Mariano Rivera (42), como nos advirtió hace un par de días el colega Michel Contreras.
El objetivo de Chapman, quien recién asustó a sus fans y compañeros por un golpe recibido en su mano izquierda durante las celebraciones del pasado lunes, es subir en esa lista, en la que se encuentra a solo a tres salvados de Jason Isringhausen y Robb Nen, quienes cierran el Top-5. Cuando los alcance, podrá perseguir, entonces, el sueño de subir al podio de rescates en postemporada, integrado ahora por Rivera, Brad Lidge (18) y Kenley Jansen (16).
No obstante, el cubano –que aseguró estar listo para el cierre de campaña– cambiaría casi todos esos premios por sacar el último out de una Serie Mundial, sin importar que deba hacerlo en un relevo “largo”.