Los Astros de Houston se colocaron a un paso del título de la Serie Mundial, luego de silenciar por tercera noche consecutiva el Nationals Park, panorama totalmente impensado después de que Washington literalmente destrozara el pitcheo de los monarcas de la Liga Americana en los dos primeros partidos del duelo por el campeonato de MLB.
En la noche que los fanáticos de los Nacionales abuchearon a Donald Trump en su primera visita a un estadio como presidente de los Estados Unidos, los Astros volvieron a atacar temprano al pitcheo anfitrión, que sufrió a última hora la baja del estelar Max Scherzer por espasmos en el cuello.
Y la primera embestida llegó gracias al bate del cubano Yordan Álvarez, quien apareció de titular en el jardín izquierdo luego de dos partidos en la banca, tomando solo par de turnos como emergente.
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A pesar de ese stand by, Álvarez no estaba preocupado por salir de la escena, sabía que el domingo tendría su oportunidad de inicio y no quería desperdiciarla. Para más confianza, su compañero Carlos Correa le había dicho que este era su día.
Y en efecto, el novato tunero tuvo su gran noche en Washington, al pegar tres cohetes y remolcar par de anotaciones con un largo jonrón de más de 400 pies por el bosque central. Ante los envíos de Joe Ross, el abridor de los Nats, Álvarez cortó una racha de 21 partidos sin cuadrangular luego de descoser la pelota en la campaña regular.
De esta manera, Yordan despachó su primer vuelacercas de la postemporada y se convirtió en el cubano más joven en llevarse las cercas en la Serie Mundial, superando a José Canseco.
Por otra parte, también es el pelotero más joven (22 años y 122 días) de la Liga Americana en pegar jonrón durante el Clásico de Otoño desde Tony Kubek (21-358), quien lo logró en 1957, hace 62 años.
Álvarez, de hecho, es el cuarto con menos edad en disparar bambinazo por la Liga Americana en una Serie Mundial, solo superado por Mickey Mantle (20-352), Jimmie Foxx (21-351) y el mencionado Kubek.
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“Nunca pensé que estaría acá en las Mayores, en el gran escenario y haciendo esto”, manifestó Yordan tras el encuentro que pone a Houston a las puertas de su segundo título en tres años.
Pese a batear para .500 en los primeros dos duelos de la Serie Mundial, Álvarez fue a la banca en el estadio de la Liga Nacional, donde no se permite el bateador designado. Básicamente, los Astros no estaban convencidos de las virtudes defensivas del pelotero.
No obstante, el manager AJ Hinch tenía un plan para no mantener a su estrella juvenil en la banca por demasiado tiempo. Así que vio una oportunidad en una noche en que el as Gerrit Cole subió al montículo. El piloto pensó que, como el diestro suele lograr muchos ponches, habría menos pelotas en juego.
Y en efecto, Cole repartió nueve ponches en faena estelar, y Álvarez no tuvo problema con la única pelota que le llegó, una línea al jardín izquierdo.
Además de Yordan, los Astros se apoyaron en el poder de Carlos Correa y George Springer, quienes también pegaron vuelacercas de dos carreras. La otra anotación de Houston la remolcó Yulieski Gurriel, autor de par de inatrapables y jugadas de altura a la defensiva en la inicial.
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Luego de la espectacular remontada en Washington, los Astros tienen en sus manos la oportunidad de coronarse en casa, aunque al parecer los anfitriones afrontan una especie de maleficio en esta Serie Mundial.
Superados por 17-7 de manera combinada en el Minute Maid Park, los Astros anotaron 19 carreras y recibieron sólo tres en la capital estadounidense.
De cara al último partido en la capital, mucho incidió en el aspecto anímico que los Nacionales no pudieran contar con Max Scherzer, quien había superado a Gerrit Cole en el primer duelo de la final.
Scherzer representaba la mayor esperanza de los Nacionales para recuperar la ventaja en la serie. Sin embargo, quedó marginado del encuentro apenas tres horas y media antes de que se realizara el primer lanzamiento.
Un nervio irritado cerca del cuello le restó bastante movilidad al lanzador y podría marcar el final de su campaña.
En cambio, Cole salió en su versión más letal y se redimió tras un primer partido algo titubeante. “Él sabía lo que este juego significaba para esta serie”, dijo el manager de Houston, AJ Hinch. “Así que no había alguien mejor para subir al montículo”.
Los Astros vuelven a Houston con dos oportunidades de obtener lo que sería su segundo título en tres años. Justin Verlander subirá a la lomita el martes, para el sexto encuentro, ante Stephen Strasburg.
Trump en el centro de la atención
Los fanáticos de los Nacionales salieron decepcionados con la tercera derrota de su equipo en casa, pero también algunos se dieron el gusto de “castigar” verbalmente al presidente Donald Trump, quien se presentó en el quinto partido con la intención de no ocupar un papel protagónico.
Trump escuchó abucheos cuando se anunció ante la multitud que el mandatario estaba en el parque. Con traje oscuro y corbata roja, el mandatario llegó al Nationals Park justo antes del primer lanzamiento, poco después de anunciar que las fuerzas estadounidenses atacaron el escondite del líder de Estado Islámico, Abú Bakr al-Baghdadi, quien pereció durante la operación en el noreste de Siria.
Un éxito militar ante uno de los enemigos más buscados por Estados Unidos y sus aliados dio al presidente un raro momento para recibir elogios bipartidistas, incluso en medio de una investigación que podría llevarlo a un juicio político.
El mandatario y la primera dama Melania Trump ingresaron en un palco de los niveles bajos del graderío, a la izquierda del plato, cuando el juego comenzaba. En ese momento, no se anunció formalmente su presencia.
Sin embargo, los fanáticos en la sección que estaba debajo de la suite de Trump voltearon hacia el palco. Algunos le dirigieron saludos, mientras el presidente sonreía y levantaba los pulgares.
Al final del tercer inning, las pantallas del parque mostraron un mensaje que rendía honores a los militares estadounidenses. Hubo entonces ovaciones en el estadio.
Se mostró inmediatamente después la imagen de Trump y su comitiva, mientras se anunciaba en los altavoces del estadio la presencia del presidente. Las aclamaciones se convirtieron en una andanada de abucheos.
“¡Enciérrenlo!”, corearon algunos fanáticos.
Trump no se inmutó y siguió saludando. Luego, algunos espectadores detrás de home mostraron un cartel que decía: “Los excombatientes a favor del juicio político”. Otro letrero decía: “¡Juicio político a Trump!”.
Hasta el domingo por la noche, Trump no había asistido a un juego de las Mayores como presidente, pese a que la Casa Blanca se ubica unos cuantos kilómetros al noroeste del Nationals Park.
y hay muchos Cubanos por alli, que premio!!