“El mundo puede estar atravesado por la locura pero mi objetivo es provocar felicidad en la gente”. Cimafunk articula la frase mientras finaliza un nuevo EP con cuatro canciones que deben salir al ruedo próximamente.
El músico trabaja además en varias colaboraciones, prepara el engranaje de su “maquinaria funky” para asistir a grandes festivales, y está inmerso en un proceso creativo con sus músicos por el que nunca había pasado.
Todo confirma la filosofía de este artista que ha conocido un resonante éxito en muy poco tiempo y que se ha convertido en una especie de workaholic de la creación musical.
“Ahora mismo estoy trabajando en un EP de cuatro canciones que no demorará mucho en salir. Disfruto trabajar con mis músicos con los que no había compartido el proceso de grabar canciones, porque cuando empezamos ya había estrenado Terapia. Estamos tratando de sintetizar todo lo que habíamos hecho en vivo. Esta experiencia ha sido muy saludable. Estoy aprendiendo mucho todos los días”.
Este nuevo material será la segunda producción que estrenará tras su primer disco Terapia.
Su álbum debut, junto a su incombustible proyección escénica, lo colocó definitivamente en el campo de visión del público cubano y de la escena internacional.
Su nombre apareció remarcado en las listas de las revelaciones musicales del pasado año, elaboradas por publicaciones internacionales de prestigio y fue fichado por la empresa Magnus Media, de Marc Anthony.
Pero nada parece importarle tanto a Cimafunk como crear música para dispersar la niebla de la incertidumbre.
En otras palabras: darle el poder a la gente de ser feliz con sus canciones y al mismo tiempo ser feliz él mismo en ese proceso recíproco de entregar su contagiosa perspectiva sonora.
Y eso no es un detalle menor en su carrera. El propio músico lo ha reafirmado durante varias entrevistas. “Yo quiero que la gente se la pase bien con mis canciones, en mis conciertos. Todos tenemos problemas, pero al menos en ese momento en que escuchan mis canciones, quiero que las personas puedan ser felices”, ha dicho.
Cimafunk ha escalado en numerosas ocasiones a los escenarios estadounidenses. En Nueva Orleans ha entablado vínculos de amistad y profesionales con un puñado de músicos de esa ciudad norteamericana.
Ese intercambio se transformó finalmente en un viaje de ida y vuelta, cuando dos bandas de altura de Nueva Orleans aterrizaron en La Habana para integrar el cartel del recién concluido festival Jazz Plaza.
Tank and the bangas, The Soul Rebels, y los músicos de la fundación Trombone Shorty, se unieron junto a Cimafunk en conciertos que le prendieron fuego a los escenarios capitalinos, con un sonido que evidenció el cruce de caminos entre la tradición y la contemporaneidad de Nueva Orleans y la fuerza latente en las prácticas culturales de ese planeta musical.
“Cantar con los grupos de Nueva Orleans en Cuba fue un regalo. Ya yo había compartido con Tanks en Nueva Orleans. Tuvimos tremenda energía y hablamos mucho sobre los puntos en común que tenemos”, dice Cimafunk.
No lo menciona directamente pero uno de los propósitos de este despliegue en común fue enlazar las raíces culturales que unen a las dos ciudades. Para el músico se trató ante todo de un descubrimiento, que al final, se convirtió en una nueva épica en las relaciones entre ambas escenas.
“Ellos están muy conectados con su raíces y eso también nos identifica a nosotros. En Cuba tenemos una raíz muy marcada y siempre el público internacional se da cuenta de donde uno viene. Los grupos de Nueva Orleans se conectaron mucho con Cuba y descubrieron muchas cosas en común que ellos no conocían. Estamos muy conectados musicalmente y eso se percibió durante los conciertos”, dice el músico y cita un referente histórico.
“En Nueva Orleans también existieron cimarrones y su arquitectura es muy parecida a la de Cuba. Todos estaban muy felices y orgullosos de sus raíces y de tocar en Cuba. Fue todo una locura. Una locura muy reconfortante y educativa”.
Nadie sabe hasta dónde puede llegar la energía creativa de Cimafunk. Por lo pronto, ya tiene fijado un espacio en el cartel del festival Lollapalooza, uno de los festivales internacionales de rock de mayor empuje a celebrarse del 27 al 29 de marzo del 2020 en Argentina.
En el evento participarán bandas como Guns N’ Roses, The Strokes, Lana del Rey, Los Fabulosos Cadillacs, Gwen Stefani, y Armin Van Buuren. Su concierto está programado para el viernes 27.
“Lollapaloza es descomunal. Es algo que todavía no he podido asimilar. Es brutal llegar ahí donde está toda la gente latina y grandes grupos y darles mi música. Es un regalo para mí y un orgullo ir a tocar ahí”, comenta.
La nominación que obtuvo a los Urban Music Awards 2020 corrió como la pólvora. Compitió en la categoría de Artista del Año de Sudamérica, junto a otros cantantes como Bad Bunny y Becky G.
“No sabía que estaba nominado. Me avisaron de pronto. Es muy importante haber estado ahí representando a mi tierra”, indica y explica que le gustaría decirle a Bad Bunny que cante en Cuba.
“Que vaya a Cuba y haga algo de música. Que goce y explore todo tipo de música y haga algo que la gente no espere. Eso es lo que le diría a Bad Bunny”, comenta el músico.
“Me nominaron por lo que hice y por lo que mi equipo hace conmigo. El esfuerzo está dando frutos y eso para nosotros es muy reconfortante. Somos mucha gente trabajando y colaborando para hacer la música. Fue un impulso para todo lo que hacemos. Estamos llamando la atención y la gente cuando se entera de lo que hacemos se conecta porque hay mucha información sobre música de Cuba que ha salido hacia todo el mundo. Y las personas lo reconocen”.
En Miami, por razones obvias, ha encontrado también un escenario natural para su música. El público lo sigue y ha mantenido colaboraciones con artistas y grupos radicados en esta ciudad estadounidense. Uno de esos proyectos es el que que ha venido realizando junto la orquesta de cámara Nu Deco Ensemble. Terapia sinfónica”, ha llamado a la colaboración con los virtuosos músicos de este ensemble.
“Ellos me hicieron el regalo de invitarme a su concierto en noviembre en The North Beach Bandshell. Fue una gran experiencia además por la calidad que tienen los músicos del grupo. Queremos ahora buscar la manera de que vengan a compartir su música en Cuba. Todos estamos muy embullados con eso”.