Tras el terrible pelotazo sufrido en un juego de pretemporada y las consecuentes semanas de recuperación y sesiones de bullpen, el supersónico Aroldis Chapman volvió a lanzar en un juego real este jueves, aunque en la clase A de las Ligas Menores.
Según reportes, el zurdo holguinero trabajó en condición de abridor la primera entrada del encuentro que enfrentó a los Dragones de Dayton, sucursal de los Rojos de Cincinnati, con los Lansing Lugnuts, afiliados a los Azulejos de Toronto. En su labor, ponchó a los dos primeros bateadores en conteo de 3-2 y con sendas rectas de 101 y 99 millas por hora, y el tercer out lo consiguió inmediatamente a costa de Mitch Nay, quien logró quitarse el estrucado con una línea corrida al jardín izquierdo que no exigió mucho del defensor.
Chapman, coherentemente con lo demostrado en sus sesiones de entrenamiento tras la lesión, se mostró seguro en el box en lo que fue su primera salida monticular de las cuatro probables que tendrá durante su rehabilitación en las sucursales de Cincinnati. Esta breve actuación, confirma lo planteado en numerosos reportes de publicaciones especializadas que han seguido su evolución y sostienen que el pitcher de los Reds parece estar totalmente recuperado.
No obstante, en declaraciones previas al choque del jueves Bryan Price, mánager de los Reds, en la franquicia no hay apuro con el regreso del “misil cubano” al primer equipo. “Vamos a ir con mucha paciencia…No vamos a ir a ciegas con esto. Veremos cómo se comporta en este partido antes de que anunciemos cualquier noticia. Creo que eso es lo más responsable que podemos hacer”.
En la pasada campaña Chapman archivó cuatro triunfos frente a cinco reveses y 38 juegos salvados en 43 intentos. Su promedio de carreras limpias fue de 2.54 en 63 y dos tercios de innings, con 112 ponches. El pasado 19 de marzo, como relevista frente a los Reales de Kansas City en un partido de pretemporada, fue impactado en pleno rostro por una línea salida del bate del receptor de los Reales Salvador Pérez, conectada sobre una recta de 99 millas por hora. El golpe provocó fracturas encima de su ojo izquierdo y en la nariz, que requirieron de una compleja intervención quirúrgica y el implante de una placa en la región de la frente.