Más allá del túnel de la bahía habanera, entre el Reparto Camilo Cienfuegos y la conocida Playa del Chivo, se halla la Batería de Costa No.1. Fue construida a fines del siglo XIX para reforzar la defensa de la capital cubana, aunque poco pudo hacer para impedir la derrota de España en la llamada Guerra Hispano-Cubana-Norteamericana.
Situada en el hoy municipio de Habana del Este, la batería presenta un diseño semisoterrado y se edificó siguiendo las más modernas técnicas de ingeniería militar de su época. En ella se usó el emplazamiento cubierto, con fosos, nichos, trincheras y la utilización de piezas de gran eficacia, al tiempo que, por su frente, se situaron macizos de tierra con espesores de 10 a 12 metros para contrarrestar la artillería enemiga.
Entre sus elementos más significativos está también el uso, por primera vez en Cuba, del llamado cemento Portland, introducido en la década de 1880 en la arquitectura, sobre todo de tipo militar, y que luego se utilizaría ampliamente en Cuba durante la centuria siguiente.
El valor histórico y patrimonial de la Batería N.1 es enaltecido, además, por ser la única obra representativa del tercer sistema defensivo de La Habana (1895-1898) que se mantiene en pie y ser considerada por los especialistas como única de su tipo en la cuenca del Caribe. A ello une la presencia todavía en el lugar de piezas de artillería originales, así como otros valores arqueológicos y vestigios de canteras en su entorno.
Y, por si fuese poco, al ser parte del sistema de fortificaciones coloniales integra el conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1982, a la par del centro histórico habanero, hecho del que este año se cumplen ya cuatro décadas.
Por todo lo anterior, parecería lógico que este lugar fuese hoy un espacio privilegiado para conocer de primera mano la historia de sus muros y cañones, pero no es así. Sitio habitual de prácticas de artillería a lo largo del siglo XX, luego convertido en museo e integrado al Complejo Morro-Cabaña, la batería sufriría, como muchas edificaciones habaneras, de la desidia de los hombres y los zarpazos del mar y el tiempo.
Golpeada por el abandono, devenida en punto de encuentros sexuales furtivos, el pasado año fue noticia el comienzo de un proyecto para su rehabilitación con vistas a convertirla en un museo de sitio y el centro de un área de valor patrimonial, arqueológico, histórico y natural. Entonces, con el concurso de varias entidades, entre ellas la Oficina del Historiador de la Ciudad y el gobierno de La Habana del Este, se iniciaron trabajos de limpieza y chapea de la zona, y renació la esperanza.
Sin embargo, luego de este necesario y esperanzador ajetreo, que cambió la imagen que por años lució el lugar, esta semana el escenario parecía mucho más tranquilo. Hasta allí fue nuestro fotorreportero Otmaro Rodríguez y no halló trabajadores laborando, y tampoco ningún celador. Sus imágenes dan entonces testimonio del estado actual de la batería, una joya del patrimonio habanero que merece que su proyectada rehabilitación sea finalmente terminada para dejar atrás de una vez los fantasmas de la incertidumbre y el desamparo, y ver cumplido su añorado rescate.
Puedo ayudar a que actualicen la información
Ya falleció Eusebio Leal, eso no le interesa a nadie.
Hay muchas cosas por rescatar. En Santiago de Cuba existen lugares así -relacionados con el sistema defensivo-, en total abandono. He podido apreciar el estado en que se encuentran.
Si fuera la Batería No. 1 de costa la única que ha Sido descuidada no habría problema. Es la batería y es también muchas otras edificaciones emblemáticas del país