En unos días concluirá el segundo mes de la temporada de Grandes Ligas, por eso, es un momento idóneo para analizar sobre varios aspectos interesantes que han marcado este inicio de contienda. Aunque todavía la la resaca del paro patronal y los entrenamientos de primavera recortados siguen afectando la dinámica individual y de los clubhouse, poco a poco las muestras van creciendo y los bateadores se ajustan mientras las temperaturas se vuelven más cálidas en los diamantes de Estados Unidos.
Luego de estos primeros compases hay muchos aspectos para señalar, como el pitcheo de Minnesota, el bateo de Milwaukee y, por supuesto, el inesperado liderazgo de Tyler Ward en promedio de embasado (.481), slugging (.713) y OPS (1.194). Esas son algunas de las líneas más destacadas de la contienda, pero en el presente análisis nos planteamos otras interrogantes.
¿El cubano del bullpen de los Orioles seguirá en la ruta del éxito? ¿Estamos en presencia el mejor inicio de temporada de Mike Trout? ¿Por qué debemos disfrutar de los Cardenales? Sin más, cantemos el primer strike.
Primer strike
Si de sorpresas hablamos en este inicio de campaña, no podemos dejar de referirnos al cuerpo de relevistas de los Orioles, donde un cubano ha brillado con luz propia. Los apagafuegos de Baltimore han pasado de lo ridículo a lo sublime en muy corto espacio de tiempo, para beneplácito del mentor Brandon Hyde. ¿No lo crees? Aquí tienes una prueba.
Del 2017 al 2021, el bullpen de los Orioles fue el de peor efectividad (4.97) de las Grandes Ligas, el que más jonrones permitió (419) y el segundo de más alto promedio de bateo en contra (.259). Por si esto fuera poco, los relevistas de Baltimore solo concretaron el 56% de las oportunidades de salvados que tuvieron, el indicar más bajo entre todos los equipos de las Mayores.
En lo que vamos de 2022, la ecuación se ha invertido. El bullpen de los Orioles es tercero en promedio de carreras limpias (3.06), decimocuartos en average oponente (.225) y en jonrones permitidos (17), además, tiene la quinta mayor cantidad de victorias (11).
Sin embargo, la tarea no ha sido sencilla, sobre todo si tenemos en cuenta que la mejoría de los relevistas no ha venido aparejada de un resultado similar de los abridores. La rotación de Baltimore sigue siendo inestable, lo cual ha provocado que el cuerpo de apagafuegos sea el tercero más trabajador (191 innings) de la campaña.
La incógnita es cómo lo han logrado y qué están haciendo diferente para impactar desde el centro del diamante. La primera respuesta es la profundidad, pues 16 son los relevistas que han visto acción. Estos hombres se combinan para 158 juegos lanzados, cifra que solo ocho equipos superan tomando en cuenta solo el trabajo de sus relevistas.
Por supuesto, la clave del éxito radica solo en la profundidad, también la mano de obra ha mejorado. Ahí podemos incluir el salto de calidad de figuras como Keegan Akin, Jorge López, Dillon Tate, Félix Bautista y, en especial, un lanzador que aún tiene el objetivo de consolidarse en Las Mayores: el cubano Cionel Pérez.
Haré una pausa con el yumurino, cuya efectividad hasta ahora es de 0.66 en 13.2 innings lanzados. Ese indicador es música para nuestro oídos, pero –aquí está la mala noticia–, la sinfonía no suena igual cuando nos percatamos de que ha regalado siete bases por bolas en ese lapso, lo cual dispara su promedio de corredores embasados por entradas en concepto de hits y boletos (WHIP) es de 1.463, considerado alto para los estándares de la liga.
Las métricas predictivas indican que Cionel ha tenido suerte, porque le han pegado muchas conexiones fuertes por el suelo. Sin embargo, no se puede negar que se ha convertido en una pieza fundamental para su equipo, principalmente porque ha logrado retirar al 26.8% de los rivales por la vía de los strikes, cuatro puntos por encima de la media del torneo.
Otro punto a su favor es que ha sido el relevista que ha más jugadas de doble play (cinco) ha generado en todas las Grandes Ligas, igualado con T.J. McFarland, de los Cardenales. ¿Podrá consolidarse el cubano en este año? Al menos está teniendo su mejor inicio de temporada. Ojalá esos rollings sigan saliendo de frente y su tasa de ponches se mantenga sobre la media, y ojalá el control se establezca y pueda terminar un año histórico.
Strike dos
Llegó la hora de hablar sobre el mejor jugador de béisbol en la última década: Mike Trout. Antes de comenzar la temporada, una frase suya inundó las redes sociales: “Estamos cansados de perder”. Ciertamente, los Angels tienen muchas razones para ganar este año, y quizás les bataría con el mero hecho de tener a Trout y a un jugador como Shohei Ohtani. Sin embargo, la realidad nos dice que los halos no llegan a la postemporada desde 2014, y en esa oportunidad fueron barridos 3-0 en la Serie Divisional por los Reales de Kansas City.
Parece ilógico y hasta cierto punto injusto, pero el mejor pelotero del negocio, desde su debut en 2011, solo ha jugado tres choques de postemporada y en ellos, solo consiguió un jit en 12 veces al bate. En cambio, Terrance Gore, tiene una carrera empujada en 102 partidos en MLB y se ha puesto tres anillos de Series Mundiales. Tom Verducci lo escribió en su columna final de la Serie Mundial: “este juego es el mayor recaudador de cuotas que ha existido, y, a veces, no entrega las recompensas”.
Pero el curso de la historia puede ser corregido en cualquier momento, y Trout parece empeñado en lograrlo este año. El patrullero de los Angels solo ha tenido un arranque de temporada tan bueno como el del 2022, especificamente en el 2017, cuando fijó un promedio de bateo de .343 en sus primeros 39 choques, conectó 13 jonrones y remolcó 31 carreras. Cinco campañas después, Mike ha sumado 12 vuelacercas y 26 remolques en los primeros 39 partidos del actual curso, además, su promedio es de .321.
El sábado pasado, Trout bateó de 3-0 con un boleto y le dio una vuelta al cuadro, para su carrera anotada número 1000. Una métrica que nos ayuda a comparar jugadores en diferentes décadas es el OPS+, ya que suma el promedio de embasado de un bateador y el de bases totales y luego ajusta ese resultado al promedio de la liga, tomando en cuenta el factor del estadio donde jugó el pelotero. Si el valor del OPS+ es sobre 100, entonces su rendimiento ofensivo está por encima de la media de la liga, y si es inferior, entonces está por debajo.
Conociendo la anterior definición de OPS+, podemos darle paso al siguiente dato. En la era moderna (desde 1901 hasta la actualidad) solo dos bateadores han conseguido, al menos, 1000 carreras anotadas, 200 bases robadas y un OPS+170 a sus 30 años ¿Quiénes son? Ty Cobb y Mike Trout.
En caso de que no lo tengamos del todo claro, Ty Cobb es el bateador de más alto promedio (.366) en la historia de Grandes Ligas, y uno de los dos mortales que ha sobrepasado la cifra de 4000 jits. Además, es miembro ilustre del Salón de la Fama. Al nivel de este hombre ha rendido Trout, quien igualmente tendrá su placa en Cooperstown.
Pero mientras eso llega, hay que seguir disfrutando de Mike. Quizás sea demasiado atrevido decir que está en el mejor momento de su carrera, porque ya ha ganado tres MVP, pero ahora es un jugador con más experiencia y sabe dosificarse mejor en una campaña tan larga. También la sed de ganar lo impulsa cada día.
¿Será el año de Trout, Othani, Joe Maddon y sus Angels? Dejemos en la sombra esa pregunta, el tiempo dará su respuesta.
Strike Tres ¡Strikeout!
¿Usted es seguidor de los Yankees, Red Sox, Dodgers o cualquier otro equipo que no sean los Cardenales? Perfecto, para gusto se hicieron los colores, aunque, no debería perder la oportunidad de seguir al conjunto de Olíver Marmol en este 2022, y tampoco debería pasar desapercibida la última campaña de Yadier Molina, Albert Pujols y, muy posiblemente, de Adam Wainwright.
Pujols, es el mejor bateador extranjero en la historia de Las Mayores. Molina, uno de los mejores receptores que han pasado por el Big Show y, Wainwright es un lanzador que ha marcado nuestra época. Ellos estuvieron presentes en los dos títulos de Series Mundiales que han alcanzado los Cards en el presente siglo (2006-2011).
Además, a los tres le sobran los motivos para terminar con resultados sobresalientes su último año. La batería de “Yadi” & “Waino” es una de las mejores en los anales de las Grandes Ligas. El pasado 15 de mayo, Adam lanzó seis entradas en las que solo permitió dos carreras contra los Gigantes de San Francisco y se llevó la victoria en ese juego.
Esa victoria fue la 203 que obtienen los Cardenales cuando Wainwright y Molina hacen pareja de lanzador-receptor, quebrando la marca de todos los tiempos que estaba en poder de Warren Spahn y Del Crandall, quienes hicieron historia con los Bravos en los años 50 del siglo pasado.
Pujols, necesita 13 cuadrangulares para empatar a su compatriota Alex Rodríguez (693) y 17 para incluirse en el club de los 700, al cual solo pertenecen Barry Bonds, Hank Aaron y Babe Ruth. También, con 38 remolques más llegará a 2200, territorio exclusivo de Aaron y Ruth. En extrabases, le restarían solo cuatro para alcanzar al gran Stan Musial (1373 a 1377), leyenda de los Cardenales y tercero en el listado histórico de ese departamento. Con total seguridad, pasarán muchos años para observar a un bateador de la talla de Albert Pujols.
Con nuevo manager, el mejor tercera base de MLB (el cubanoamericano Nolan Arenado) y con la mejor defensa de la liga, las expectativas de los Cardenales se elevan hasta las nubes, pero resta mucho camino por recorrer. Al menos, la garantía que tenemos es que estamos viendo por última vez a esos tres jugadores, a esos tres jinetes que han marcado a la franquicia del Busch Stadium.