“Nada se pierde, todo se transforma”, dice la canción de Jorge Drexler.
Así anuncio que la reseña de hoy es una despedida, no de las tristes, sino de las alegres, porque en este espacio semanal he podido compartir los libros que me han impactado como lector, he sugerido lecturas que se van de lo común, sobre todo para el público cubano, porque hay que ampliar la visión y ver más allá de las propias narices; y he tenido una voz para compartir mis criterios sobre temáticas humanas y literarias.
Son muchas las razones para celebrar este viaje A Librazos.
Por eso, quiero compartirles una lista con pequeñas reseñas de esas novelas que se pueden leer en cualquier época del año. Son de mis favoritas, y te harán reflexionar, reír, emocionarte y entretenerte.
El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger
Novela que aparece en las listas de los mejores libros del siglo XX. Una obra no excenta de escándalos, y que carga con el mito de convertir al lector en criminal psicópata, solo porque el asesino de John Lennon, el presunto asesino de John F. Kennedy y el que intentó matar al presidente Reagan, así como el archiconocido Charles Manson se declararon fanáticos de la novela e influenciados por ella.
Despertó una furia desde su primera edición en 1951, y legiones de jóvenes seguidores se identificaron con el protagonista Holden Caulfield.
Escrita con un lenguaje sencillo, en primera persona, estamos ante una novela de coming of age o de aprendizaje. Abarca una etapa de la vida de Holden, quinceañero rebelde e irreverente que tiene una serie de aventuras en Nueva York tras ser expulsado del colegio, y que se cuestiona los convencionalismos, las costumbres y las reglas sociales de su tiempo. Habla sin tapujos sobre la delincuencia, la sexualidad, la codicia y la toxicidad familiar. Una cosa es muy cierta con respecto a esta novela: te marca.
La conjura de los necios, de John Kennedy Toole
Novela que no deja indiferente, de esas que amas u odias. Título de culto por toda la historia que tiene detrás: el suicidio de su autor por el rechazo editorial —que no fue tal cual—, el Pulitzer post mortem que recibió, la madre del autor y sus escándalos…
La conjura de los necios es una sátira de la sociedad estadounidense. Su personaje inolvidable y único, Ignatius Reilly, es un tipo grotesco, como una caricatura viviente, un incomprendido que lo critica todo con conceptos que distan de la realidad, y por eso vive un montón de situaciones disparatadas. Se trata de un vago con complejo de superioridad que puede ser lo mismo cómico que perverso. El quid de esta novela no está en su trama, sino en el disfrute de las situaciones que se narran, está los diálogos y en lo rocambolesco que es todo. Si la lees en busca de una trama lineal te llevarás un fiasco y te será difícil valorar con justicia una obra que deja imágenes para siempre. Nada que yo diga será suficiente. Hay que leerla.
¡Que viva la música!, de Andrés Caicedo
El mismo día que se publicó esta novela en 1977 su autor se suicidó. Andrés Caicedo, poeta y narrador, dejó a las letras colombianas, y del mundo, una novela única y excepcional, con una narración original, intrépida, gozona, poética, casual, sensual y musical. Una joya de novela cuyo título toma prestado de un tema de Ray Barreto, que aparece en la playlist del final, y que bien recoge la temática de la obra: la historia de iniciación de María del Carmen Huerta, una “mona” —rubia— colombiana que se aventura en las fiestas, el sexo, la música, y la vida real también, pues sale de sus círculos de la alta sociedad de Cali, ciudad coprotagonista, y de sus fiestecitas ambientadas con bandas de rock and roll para entrar en los barrios más bajos y gozar la rumba, la salsa y las drogas.
Todo sucede con música, mediante una voz narradora bien sandunguera, vertiginosa y cautivadora. Es una carta de amor a esas canciones que marcaron al autor. No es una novela juvenil al uso, es toda una novela literaria como ninguna.
Cien botellas en una pared, de Ena Lucía Portela
La autora fue Premio Jaen de Novela en 2002 con este título, uno de los imprescindibles a la hora de hablar de literatura cubana contemporánea. La historia gira alrededor de Zeta, una obesa mujer que vive la crisis de los años 90 en la Cuba del Período Especial, cuyas anécdotas rozan lo ridículo, lo dramático y lo descabellado.
Una novela que rezuma Caribe por todas partes. Con lenguaje fresco, nos relata las problemáticas de una mujer que conoce la violencia, la pasión, el abandono, la ilegalidad, en fin, una sobreviviente. La prosa de Ena Lucía Portela es una maravilla. Las razones para leer esta novela son muchas. Cien botellas en una pared es una de las grandes joyas de las letras cubanas.
Matar a un ruiseñor, de Harper Lee
Publicada en 1960, de éxito instantáneo, ganadora del Pulitzer y ópera prima de la autora, se trata de una novela contextualizada en los años 30 en Alabama, al sur de los Estados Unidos, cuya protagonista es una niña de ocho años, su hermano, otro niño llamado Dill y su padre, abogado defensor de un negro acusado injustamente, lucha agónica para un blanco en el racista sur de esos años.
El retrato del contexto es impecable, abarca la religión, los convencionalismos sociales, la política, el racismo, las relaciones de poder. Sus personajes no tienen desperdicio, incluyendo a los secundarios. Los diálogos son certeros.
El desenlace es sorprendente y algo trágico. Un gran imprescindible que amedrentó a su propia autora, al punto de impedirle escribir otra novela. Ve y pon un centinela es otro título de Lee, publicado en 2015, comercializado como una secuela de Matar a un ruiseñor, pero en verdad se trata del primer borrador de su famosa obra. He aquí un “Librazo” de cinco estrellas.
Las ventajas de ser un marginado, de Stephen Chbosky
Publicada en 1999, la novela cuenta la historia de Charlie a través de sus cartas a un amigo desconocido. ¿Qué tiene de importante la vida de Charlie? Que es un joven con problemas para relacionarse, a pesar de su gran inteligencia, y en este capítulo de su vida, y con el nuevo curso escolar, debe superar el trauma que lo ha llevado a hacer las cosas que ha hecho, y a implicarse más con la vida.
Gracias a la ayuda de profesores y amigos, en especial Sam y Patrick, Charlie verá las cosas de otro modo y reflexionará sobre la familia, la amistad, el amor, el sexo y las drogas. Es fácil encariñarse con Charlie, y en eso ayudan su tono intimista y la belleza de la prosa de Chbosky, que también acompañó a la versión para cine de la historia en 2012, con Logan Lerman en el papel de Charlie, Emma Watson como Sam y Ezra Miller como Patrick. Un libro que toca temas eternos y otros modernos. Totalmente entrañable.
La historia particular de un muchacho, de Edmund White
Otra novela de iniciación sobre un chico muy inteligente, precoz, avispado y sagaz, que nos cuenta en primera persona sobre sus anhelos, fantasías y miedos, ya que lleva oculta —por un tiempo— su homosexualidad; algo que desea curar.
Basada en los años 50 del siglo pasado, la novela hace un estudio sardónico de la sociedad estadounidense de la época, con énfasis en las relaciones de pareja, la hipocresía social, religiosa, política y sexual. También, el interés del autor por otros autores clásicos a los cuales sugiere —y sobre quienes tiene escritos ensayos y biografías—: Marcel Proust, Arthur Rimbaud, Herman Hesse y Thomas Mann.
Con toques autobiográficos, White escribe sobre un tema peliagudo: la sexualidad infantil. No es común el tema de la sexualidad precoz sin abuso sexual de por medio, y en este caso, el chico que protagoniza la historia desea experimentar con hombres mayores, y lo mismo aprende de otro chico tres años menor que de un chapero o que de sus propias fantasías y confusiones con amigos, colegas y conocidos.
Esta es una novela sobre el aprendizaje de la hipocresía, sobre las consecuencias de la represión y sobre lo engañosas que son las apariencias. Una novela sobre la importancia de darse la libertad de experimentar, de ser uno mismo, de quedarse con la culpa y no con las ganas, de meter la pata, si al final, se crece, se aprende, se sale de todo.
Las posibilidades de lecturas son muchas. Tú ve a por lo que te guste y devóralo.
Que 2023 supere para bien 2022. Que muchas cosas buenas nos sucedan, y que sepamos sacar las enseñanzas de las situaciones negativas. El cachumbambé de la vida es así. Recuerden ese proverbio que dice: “Si un problema tiene solución, no hace falta preocuparse. Si no tiene solución, preocuparse no sirve de nada”.
Seamos agradecidos cada día.
Por favor, hazte siempre el favor de leer, mucho o poco, todas las dosis son favorables. Para ayudarte, aquí te dejo unos libros.
Gracias.