La Conferencia de Financiamiento para el Desarrollo tendrá lugar entre el 16 y el 17 de mayo de 2024 en La Habana, convocada por el Ministerio de Economía y Planificación (MEP ), el Banco Central de Cuba (BCC) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Se trata de “una oportunidad de conectar instituciones financieras internacionales, actores de la cooperación y organismos gubernamentales para identificar fuentes e iniciativas innovadoras para financiar el desarrollo en el contexto cubano”, delineó un comunicado de la agencia de la ONU con sede en la capital cubana.
En el foro participarán “actores institucionales estratégicos para la financiación al desarrollo”, entre ellos el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF).
#Cuba representada en la Asamblea Anual de Gobernadores del #BCIE por la VPP del Banco Central de Cuba, Yamile Berra, la experta Maritza Martinez y el embajador en Honduras Juan Loforte. pic.twitter.com/0GvMMSH0Lx
— Embacuba Honduras (@Embacubahondura) May 10, 2024
Igualmente, intervendrán bancos de desarrollo nacionales de América Latina, fondos internacionales de financiamiento climático, empresas extranjeras radicadas en Cuba y agencias del Sistema de Naciones Unidas.
“El evento será una puerta abierta para identificar oportunidades de financiamiento a las que pudiera acceder Cuba, establecer alianzas que faciliten ese acceso y conocer experiencias internacionales de éxito que puede ser factible aplicar en el país…Acompañar a Cuba en ese camino es una prioridad,” aseguró la fuente.
Iniciativas del PNUD
El PNUD ha promovido en la isla varias iniciativas en alianza con instituciones nacionales y otros socios de la cooperación, entre ellas en el ámbito de las finanzas ambientales.
En ese sentido se ubican incentivos financieros para el manejo sostenible de tierras y la implementación, por primera vez en Cuba, de un procedimiento de Pago por Servicio Ambiental (PSA) por remoción de carbono forestal.
Asimismo, la creación de un marco habilitador para la gestión integral de las finanzas ambientales y la identificación de soluciones financieras en apoyo a la transición energética en Cuba.
La colaboración del PNUD se extiende también a lograr una mejor gestión de los fondos públicos y a una experiencia piloto de otorgamiento de microcréditos a micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs); con un enfoque inclusivo que prioriza a mujeres y jóvenes en condiciones de mayor vulnerabilidad.
Estado financiero
Entre 2019 y 2022, Cuba experimentó pérdidas de más de 3 mil millones de dólares en los ingresos externos.
En 2023, el Producto Interno Bruto (PIB) del país decreció entre 1% y 2%, lo que significa que el PIB actual es alrededor de un 9% inferior a los años previos a la pandemia.
“Esto ha sucedido en medio de un contexto en el que han aumentado los costos de acceso a financiamiento, se mantienen las sanciones de Estados Unidos al país, la inclusión unilateral de Cuba en la lista de estados patrocinadores del terrorismo y persisten los impactos negativos de la COVID-19 en la economía”, perfiló el comunicado de la agencia de la ONU.
Según la CEPAL y otros organismos internacionales y locales, las necesidades cubanas de financiamiento de la Agenda 2030 en 2018 duplicaban las capacidades de acceso a recursos del país.
“Tomando en cuenta los duros impactos en los años siguientes sobre la economía, esta brecha puede ser hoy mucho mayor”, supone la agencia de la ONU.
Una economía maniatada
Al estar marginada de los grandes circuitos y organismos financieros del mundo- Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo, entre otros- Cuba no puede colocar (vender) deuda en los mercados internacionales, a lo que se suma el insuficiente volumen de inversiones directas.
“A diferencia de otras naciones, Cuba depende para financiarse esencialmente de ingresos corrientes, como exportaciones y remesas”, lo que se traduce en una incapacidad permanente para gestionar sus necesidades de importación, incluso algunas de carácter básico, como los combustibles.
“Esta situación limita al país en sus posibilidades de avanzar en la recuperación económica y, por tanto, de impulsar proyectos y políticas de mayor alcance para la producción de medicamentos, alimentos, tanto como a la capacidad de responder a los desafíos climáticos, entre otros”, acotó el PNUMA.