El presidente Vladimir Putin advirtió este jueves que autorizar a Ucrania a usar armamento occidental de largo alcance contra objetivos en territorio ruso significaría que la OTAN está “en guerra con Rusia”.
Esa decisión “cambiaría de manera significativa la naturaleza misma del conflicto” y obligaría a Moscú a tomar “decisiones apropiadas en función de las amenazas que enfrentemos”, añadió el presidente en declaraciones a la televisión estatal.
Hace meses que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reclama a los aliados occidentales el permiso para disparar contra Rusia misiles occidentales, incluidos los ATACMS estadounidenses de largo alcance y los Storm Shadows británicos.
De acuerdo con el líder ruso, un sí occidental arrastraría a los países que suministran a Kiev misiles de largo alcance directamente a la confrontación militar, ya que los datos de blancos por satélite y la programación real de las trayectorias de vuelo de los misiles tendrían que ser realizados por personal militar de la OTAN, toda vez que Kiev no tiene las capacidades propias.
“Así que no se trata de permitir o no al régimen ucraniano que ataque a Rusia con estas armas. Se trata de decidir si los países de la OTAN participan o no directamente en un conflicto militar”, afirmó Putin .
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, discutió este jueves en Polonia, un país miembro de la OTAN, los pedidos de ayuda militar de Ucrania.
La cuestión será abordada este viernes en Washington durante la entrevista entre el presidente Joe Biden y el primer ministro británico, Keir Starmer, los máximos involucrados en el conflicto en el este europeo.
Rusia contrataca en Kursk
Poco antes de la intervención televisiva de Putin, el ejército ruso anunció haber recuperado “diez localidades en dos días” en la región fronteriza de Kursk, donde las tropas ucranianas lanzaron el mes pasado una incursión de contrapeso para dividir las fuerzas rusas en el frente de más de mil kilómetros.
La agrupación militar Séver (Norte) lanzó hace dos días un contrataque que le ha permitido reconquistar localidades como Snagost, Biajovo y Gordéevka, precisó un comunicado ruso.
Según Ucrania, en una ofensiva relámpago lanzada a principios de agosto sus tropas tomaron unas cien localidades y casi 1 300 kilómetros cuadrados de territorio ruso.
Sin embargo, la incursión no redujo, como pretendía uno de sus propósitos, la presión de las tropas rusas en el este de Ucrania.
Las tropas de Moscú se acercan cada vez más a la ciudad de Pokrovsk, un importante centro logístico de la cuenca del Donbás. Una vez conquistado, permitiría a Moscú acceder a más territorio ucraniano.
El gobernador de la región de Donetsk, Vadim Filashkin, reportó la destrucción del sistema de suministro de gas. “Cada día que pasa, hay menos tiendas en Pokrovsk y las condiciones de vida son cada vez más difíciles”, dijo en Telegram.
La agrupación militar Séver (Norte) lanzó hace dos días un contrataque que le ha permitido recuperar localidades como Snagost, Biajovo y Gordéevka, precisó un comunicado ruso.
Asimismo, esa fuente precisó que más de 12 500 militares ucranianos han perecido desde el inicio de su incursión en la provincia rusa de Kursk.
En total, durante las hostilidades en la línea de operaciones de Kursk “el enemigo perdió además 101 tanques, 42 vehículos de infantería, 83 blindados de transporte de tropas, 669 vehículos de combate, 410 autos, 92 piezas de artillería, y 26 lanzacohetes múltiples”, señalaron los militares en una página de Telegram.
Ucrania derriba avión militar ruso sobre el mar Negro
Soldados de una unidad de operaciones especiales de la inteligencia militar ucraniana (GUR) derribaron con un lanzamisiles portátil (MANPADS) un avión de combate ruso Su-30SM que volaba sobre el mar Negro. Su costo ronda los 50 millones dólares.
Por su parte, Rusia lanzó en las últimas horas contra territorio ucraniano 5 misiles de distintos tipos y 64 drones kamikaze iraníes Shahed, según dijo la Fuerza Aérea de Kíev en su comunicado de este jueves.
De acuerdo con esa fuente, fueron derribaron 44 drones; en cambio, ninguno de los misiles, entre los que había dos proyectiles balísticos Iskander-M que fueron dirigidos al óblast norteño de Cherníguiv, pudieron ser derribados.