Posiblemente muchos en La Habana no sepan dónde queda el barrio de San Martín; nunca hayan pasado por él, o ni si quiera hayan escuchado su nombre.
San Martín es uno de esos barrios “escondidos” de la capital cubana. Un lugar al que no suele llegarse por casualidad —aunque se puede—, si no porque se va a su encuentro, a la búsqueda de alguna dirección o persona directamente y, de repente, se entra, como si nada.
Si piensan que es un barrio alejado, distante del corazón de la ciudad, se equivocan. Se ubica en el Cerro, cerca de avenidas muy transitadas y de sitios emblemáticos de la urbe como la Plaza de la Revolución José Martí y el estadio Latinoamericano, y también de otro barrio similar: El Platanito.
Su nombre lo debe a la calle de igual nombre, que atraviesa el barrio desde la calle Marta Abreu hasta la Calzada de Infanta —o viceversa—, al tiempo que sus restantes límites los conforman otras conocidas arterias de la zona: la avenida 20 de mayo y las calles Zaldo y Amenidad.
A pesar de su céntrica localización, San Martín no es el sitio favorecido constructivamente que algunos pensarían. Ha crecido —hasta donde lo permiten sus fronteras— al parecer más por la voluntad y los recursos de sus propios habitantes que por un diseño urbanístico planificado.
Es un laberinto de calles estrechas, muchas sin aceras, de tierra o mal asfaltadas; con casas levantadas de a poco, con lo que se ha podido, junto a otras de placa, de mejor hechura y más de un nivel; y hasta de algunos edificios, vestigios de un plan de viviendas que aparentemente no terminó.
San Martín es un barrio encerrado en sí mismo. Además de la calle que le da nombre, su otra entrada “desde el mundo exterior” es Línea del Ferrocarril —llamada así por una antigua línea—, que une Zaldo con 20 de Mayo y tiene a una bodega y un sempiterno basurero como su cara y cruz, como dos puntos de obligada referencia justo donde es interceptada por la vía principal.
Por este “escondido” barrio del Cerro estuvo días atrás nuestro fotorreportero Otmaro Rodríguez. Sirvan entonces sus imágenes como carta de presentación de una comunidad habanera que, con sus contrastes y luchas cotidianas, se afana, como todas, por seguir adelante en medio de la crisis.
San Martin o Las Tablitas. En el mismo corazón del Cerro. Que lastima como se deteriora nuestra Habana y no hay perspectivas de que mejore.
y asi mismo envejece la vida de sus habitantes. Que deterioro el fondo habitacional para la gran mayoría de los cubanos que vivimos de nuestro trabajo .