La inflación en Estados Unidos, un tema central de la campaña presidencial, cayó en septiembre respecto al mes anterior, si bien un poco menos de lo esperado: ahora alcanza solo el 2.4 % interanual, frente al 2.5 en agosto. El dato lo dio a conocer el índice IPC publicado hoy jueves por el Departamento de Trabajo.
En un mes los precios aumentaron 0.2% y se mantuvieron al mismo ritmo que en los dos meses anteriores, ligeramente por encima de lo que los expertos esperaban.
A menos de un mes de las elecciones presidenciales, en Estados Unidos hay una brecha entre los datos estadísticos, que dan cuenta de una situación económica relativamente sana, y la sensación de numerosas personas de un fuerte aumento de los precios en los últimos tres años.
La inflación alcanzó un máximo de 9.1 % en junio de 2022, la más alta desde principios de los años 80, impulsada por la recuperación económica luego de la pandemia del covid-19 y de la invasión a Ucrania.
La llamada inflación subyacente, que excluye los precios de los alimentos y la energía, considerados más volátiles, aumentó a su vez 0.3 por ciento en un mes, igual que en agosto, y 3.3 en un año, ligeramente por encima de 3.2 por ciento registrado un mes antes.
En cambio, los precios de la energía siguieron bajando con fuerza, 1.9 % en un mes.
Los precios de la alimentación de los hogares subieron 0.4 % en un mes luego de seis meses de estabilidad casi total.
Los de la vivienda, otro rubro importante que ha subido fuertemente durante los tres últimos años, se han ha ralentizado, alcanzando apenas 0.2 % en un mes.
Estos nuevos datos son los últimos que se publican antes de las elecciones y de la próxima reunión de la Reserva Federal.