Lo que iba a ser Oscar nació en el oeste de África. El 10 de octubre, el Centro Nacional de Huracanes lo designó Invest 94L al detectarse lluvias y tormentas eléctricas desorganizadas en su seno. Durante los días siguientes entró en un ambiente desfavorable, lo que provocó varias fluctuaciones y pronósticos reservados acerca de su vida misma.
En efecto, apenas una semana después de salir de su cuna, aquello llegó al norte de las Antillas Mayores. El Centro Nacional de Huracanes observó que las posibilidades de formación de Invest 94L habían disminuido significativamente. Y en cierto punto, varios modelos comenzaron a dejar de mostrar desarrollo tropical en sus pronósticos.
Pero fue, si algo, un rebelde. Contradijo lo que se esperaba y se consolidó de manera bastante acelerada en el norte de Dominicana, convirtiéndose en una tormenta tropical. Entonces fue bautizado: Oscar, un nombre de origen irlandés que se asocia a los guerreros y significa “lanza de Dios”. Su rápida intensificación fue medida por un avión cazahuracanes que, además, encontró lo inesperado: Oscar era más fuerte de lo que se pensaba con vientos sostenidos de unas 80 mph (130 kmph).
Nos mostró entonces otra de sus peculiaridades: su tamaño. Los aviones de reconocimiento descubrieron que la extensión del campo de sus vientos huracanados era solo de 9 a 1 km de ancho. “Esto no solo convirtió a Oscar en el huracán más pequeño de la temporada de huracanes de 2024, sino en el más pequeño jamás conocido, con registros de observación de campos de vientos huracanados que se remontan a mediados de la década de los 60”, estableció el meteorólogo de WPLG-TV Michael Lowry. “Los huracanes tan pequeños son extremadamente raros”, enfatizó.
Finalmente, el especialista añadió un problema técnico: “nuestros modelos de pronóstico global más avanzados y de mayor fidelidad (como el modelo europeo, que se cita con frecuencia) no pueden ‘ver’ características meteorológicas de un tamaño inferior a 9 o 11km (por eso no podemos pronosticar tornados individuales, solo la configuración general que puede dar lugar a grandes tornados), por lo que no es de extrañar que no detectaran a Oscar”.
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El resto es historia. Oscar tocaría tierra dos veces con fuerza de huracán: la primera en Inagua, en Las Bahamas, con vientos de unos 130 km/h, y la otra en Cuba.
En la tarde del 19 de octubre, el Gobierno bahamense emitió una advertencia de huracán para las Islas Turcas y Caicos y el sureste de las Bahamas. Cerraron los aeropuertos, incluyendo el Leon Wilson en Grand Turk, donde se encuentra la capital de las Islas Turcas y Caicos. Oscar derribó algunos árboles, pero tuvieron suerte: causó impactos mínimos en las islas por la marea baja.
Pero no fue esa la situación en Cuba. El 20 de octubre la Defensa Civil estableció la fase de Alerta Ciclónica para las provincias de Guantánamo, Santiago de Cuba, Holguín, Granma, Las Tunas y Camagüey. Pero la difusión de esa información se vio bloqueada por el apagón que entonces padecía toda la isla. Al acercarse al territorio nacional, la estación de Maisí registró una ráfaga máxima de 130 kmph. Sobre las 6 pm, entró como un huracán categoría 1 por el este de la ciudad de Baracoa, donde las olas desbordaron el malecón con las subsiguientes inundaciones a lo largo de la costa. Tenía entonces vientos máximos sostenidos de 110 kmph.
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En materia de daños, informes preliminares indicaron que en Guantánamo más de mil viviendas resultaron afectadas y que se produjeron inundaciones en Baracoa, Imías y Maisí. Las lluvias y los vientos provocaron deslizamientos de tierra, anunciados por los expertos. Y lo más terrible y atípico en la isla: hasta el martes pasado, se reportaron 7 personas fallecidas en el municipio San Antonio del Sur. Y todavía, según medios oficiales, en ese mismo municipio y en el de Imías había zonas inaccesibles con “niveles de inundación no registrados históricamente” y propensas para el hallazgo de otras víctimas mortales.
Hasta ahora se sabe que más de 6 mil personas fueron afectadas, sobre todo en las zonas costeras de San Antonio del Sur y Baracoa. Se reportó la destrucción total de la salinera de San Antonio del Sur. Casi el 50 % de las plantaciones de plátanos fueron abatidas por los vientos.
Oscar fue el huracán más pequeño jamás registrado en la cuenca del Atlántico, concluyeron los meteorólogos. Según los récords, es el primer ciclón en desplegar vientos con fuerza de huracán de menos de 18,5 km de ancho.
Antes de su llegada, el más pequeño fue Marco en 2008. En nuestros tiempos los huracanes están cada día más indóciles.