Más de una semana después del azote del huracán Oscar al extremo oriental de Cuba, lluvias y deslizamientos de tierra siguen afectando la zona y complejizando las labores de recuperación.
En los últimos días han vuelto a producirse precipitaciones intensas en Baracoa, Imías, y el resto de los territorios golpeados por Oscar que, aun cuando se degradó a tormenta tropical durante su paso por la región, descargó con furia sus aguas y provocó inundaciones catastróficas.
Las nuevas lluvias han vuelto a causar inundaciones en suelos ya totalmente saturados, según confirman reportes de prensa desde la zona afectada, al tiempo que han provocado deslizamientos en las vías de acceso, donde se sigue trabajando para mejorar las condiciones.
Según confirma una publicación en el perfil de Facebook de Eduardo Rodríguez Dávila, ministro cubano de Transporte, “por las lluvias sostenidas han continuado ocurriendo algunos deslizamientos en La Farola”, el conocido y peligroso viaducto que da acceso a Baracoa.
“Apreciamos muchos deslizamientos, y tramos invadidos por rocas producto a los deslizamientos; agua estancada por obstrucciones de los drenajes; y socavaciones en el borde de la vía”, informa el reporte dirigido al ministro por un grupo de trabajo en la zona.
No obstante, la nota asegura que “están creadas las condiciones con máquinas ingenieras para el trabajo de desobstrucción de la vía, para mantener el tráfico del viaducto y la comunicación entre municipios”, si bien alerta de las dificultades derivadas de la situación.
“Hasta tanto mejoren la condiciones meteorológicas y se reduzca el riesgo de deslizamientos y deslaves, se evaluará limitar el paso de los carros con cargas de mayor tonelaje, previa consulta con el Consejo Provincial de Defensa, y se continuará utilizando como vía alternativa el tráfico de las cargas por el municipio de Moa”, asegura.
Con antelación, el propio Rodríguez Dávila había informado sobre la llegada a Baracoa de una donación del Programa Mundial de Alimentos (PMA), en una caravana de cinco camiones.
El viaje, reseñaba el mensaje, se realizó desde Holguín a través del enlace entre Baracoa y Moa, y tuvo que “sortear las dificultades provocadas por las intensas lluvias que aún persisten y la mala situación del vial, como ya es conocido, por lo que el trayecto fue muy lento”.
Por su parte, el diario local Venceremos informó este martes sobre la construcción de vías alternativas para el enlace de territorios incomunicados por Oscar, una labor acometida por brigadas de Guantánamo y otras provincias cubanas.
Diversos reportes de la prensa oficial dan cuenta igualmente de trabajos recuperativos y distribución de alimentos y donaciones “aún bajo las intensas lluvias”.
También entidades del Estado, organizaciones no gubernamentales, e iniciativas privadas y ciudadanas, han seguido informando en las redes de la repartición de ayuda en territorios afectados, en no pocos casos intrincados en la geografía guantanamera.
Entre los que acometen esta solidaria labor se cuenta el cineasta guantanamero Daniel Ross, quien junto a amigos ha llegado a lugares de difícil acceso a repartir donaciones y productos comprados con dinero donado por otras personas y ha visibilizado en sus redes la situación de sitios y familias afectadas por el fenómeno meteorológico.
El centro de Oscar entró en Cuba el domingo 21, cuando era un huracán de categoría 1 en la escala Saffir-Simpson, aunque sus efectos —en particular las fuertes lluvias— venían sintiéndose ya desde el día anterior. Su llegada coincidió con un apagón masivo por el colapso del sistema eléctrico de la isla, lo que provocó problemas para las comunicaciones en la zona.
Oscar tocó tierra cerca de la ciudad de Baracoa y se convirtió en tormenta tropical antes de salir al día siguiente por un sitio próximo a Gibara. En más de un día azotó con fuerza al extremo oriental de Cuba y en particular a los municipios de Baracoa, Maisí, Imías y San Antonio del Sur.
Si bien todavía no se ha ofrecido un recuento total de los daños, hasta el momento se reporta la muerte de al menos siete personas y afectaciones significativas en las viviendas —con más de 10 500 casas dañadas en mayor o menor magnitud—, la infraestructura vial, eléctrica y de comunicaciones, y en la agricultura, en productos como el plátano, las hortalizas, el café y el cacao.