Marius Vizer admira a Cuba y a su pueblo. Nunca lo ha escondido y en reiteradas ocasiones y circunstancias se ha pronunciado al respecto. El presidente de la Federación Internacional de Judo (IJF, por sus siglas en inglés) redobló sus esfuerzos y le concedió a la mayor de las Antillas su primer Grand Prix (GP) en el 2014.
La celebración de aquel encuentro fue un sueño hecho realidad. Sin embargo, el austriaco Vizer, no conforme con ello ni con las múltiples invitaciones a lides foráneas realizadas por la entidad rectora a nuestros deportistas y entrenadores aterrizó otra vez en suelo caribeño para conocer sobre la organización del segundo Gran Premio. Este, incluso, más importante y decisivo.
Vizer, que articula un excelente español, analiza los pormenores de un suceso a celebrarse del 22 al 24 de enero del 2016, un evento que otorgará puntos de oro para el ranking clasificatorio rumbo a la cita bajo los cinco aros en Río de Janeiro, el venidero año.
Tocó territorio nacional y atiborró de preguntas a los encargados de mejorar los detalles que la vez anterior no quedaron perfectos, dialogó con especialistas de la disciplina y se reunió con la prensa en la sede de la batalla que se avecina, la Ciudad Deportiva habanera.
Ante los especialistas el europeo fue enfático y expresó que la IJF ama a Cuba y quiere continuar el apoyo a su judo, pues es cuna de extraordinarios atletas a lo largo de su historia. “En esta Isla, el deporte hace grandes esfuerzos a pesar de las dificultades económicas y pone gran espíritu de lucha para salir adelante”, expresó.
Agregó que esos son valores esenciales en el deporte y por esas razones decidieron de manera conjunta otorgarle a nuestra nación la condición nuevamente, con el convencimiento absoluto de que se ejecutará un buen certamen. Es válido mencionar que la federación invertirá medio millón de dólares en este programa.
Para los cubanos será una lid de un extraordinario interés, debido a la carencia de fogueo que hoy día presentan nuestros exponentes. Súmele la presencia en suelo capitalino de gran parte de lo que más vale y brilla en los tatamis por estas horas.
Precisamente, una de las posibilidades principales que brinda el evento es observar frente a nuestros ojos, a escasos metros, duelos de la élite como los de las anfitrionas Dayaris Mestre, Onix Cortés, Yalennis Castillo e Idalys Ortiz ante la argentina Paula Pareto, la colombiana Yuri Albear, la estadounidense Kaila Harrison o alguna asiática de categoría, por ese orden, sin olvidar, claro está, pugnas siempre interesantes en el sector masculino para los locales, como la del villaclareño Asley González (aún sin encontrar su óptima forma tras su lesión) frente al brasileño Tiago Camilo, un clásico del continente.
El dirigente europeo igualmente busca ampliar el panorama competitivo, alejarse un tanto de las ciudades convencionales, y demostrar que muchas veces con poco se puede hacer mucho. “Aspiramos a incrementar el número de practicantes en todo el mundo y que el judo sea una herramienta para fomentar la amistad entre los pueblos”, manifestó.
La justa será toda una fiesta. Además de los agarres y las volteretas por el aire, se pretende impulsar un programa social y cultural, producir un documental sobre todo lo que acontezca y promover valores turísticos y culturales de este país. También un seminario de preparación a los representantes de las federaciones que asistan al concurso.
Por nuestra parte, el Comisionado Nacional de la disciplina, Rafael Manso, espera una amplia participación de países y competidores, pues simplemente restarían unos meses para el cierre de la clasificación olímpica prevista para mayo. Estima la presencia de alrededor de 50 países y 500 inscritos.
Satisfecho se mostró con otra noticia, y es que del 25 al 27 de enero, recién consumado el GP habrá un campo de entrenamiento con la afluencia de todos los concurrentes al mismo. Idea extra muy bien recibida.
Otro elemento distintivo es que Cuba, en su papel de organizadora, podrá presentar cuatro luchadores por división. Esto significará un fogueo adicional para segundas y terceras figuras, incluso para talentos que pulen detalles técnicos y aumentan su pericia en la categoría juvenil.
Los últimos Campeonatos del Mundo han evidenciado una notable merma en los resultados de las chicas dirigidas por Ronaldo Veitía y los hombres conducidos por Justo Noda, preparadores principales de las selecciones nacionales. Brasil, como organizador hace un par de años de la cita ecuménica, nos arrojó saldo de dos medallas de oro; Rusia regaló solo un título en el 2014; mientras que Kazajstán dejó la casilla dedicada a las doradas vacía en la presente temporada. Solo Idalys Ortiz subió al podio de premiaciones para colgarse una presea de bronce.
Así, no deben existir muchas dudas en que el II Grand Prix de Judo de La Habana será un ambiente favorable para elevar la moral, ganar confianza y mostrar nuestra clase sempiterna en este arte marcial.
El problema de la caida es la falta de competición. No es posible matenerse en la élite sin competir. Cuando una cubana o cubano se presenta en un evento de primer nivel va con 5 peleas o menos en el año frente a contrarios de primer nivel. Mientras China, Japón, Francia, Brasil, Rusia por solo mencionar las principales potencias, llegan con decenas de combates en el primer nivel. Creo que el judo se ha ganado con creces participar en los principales eventos. Se que eso cuesta, pero el Judo se lo ha ganado. No estamos hablando de cualquier deporte.