Fotos: Ricardo López Hevia
Industriales amaneció hoy a una victoria de obtener los boletos a la disputa de la corona del béisbol cubano, por sexta ocasión en los últimos 10 años, tras conquistar el cetro nacional en 2003, 2004, 2006 y 2010, y quedar subcampeón en 2007.
Los leones de la capital cubana doblegaron este martes 6-1 a Matanzas en el quinto partido de la final divisional de Occidente y pusieron el enfrentamiento 3-2 a su favor, a todas luces listo para sentencia.
El desafío, celebrado en el estadio Latinoamericano, tuvo en Industriales a su claro dominador, en gran medida gracias a la actuación de su abridor, el derecho Odrisamer Despaigne, un lanzador de solo 24 años, calificado por los especialistas como uno de los prospectos más talentosos del país.
"El equipo me apoyó a la defensa, me sentí cómodo lanzando y las cosas me salieron bien. Al Latinoamericano los rivales vienen a perder, eso me lo enseñaron desde niño, yo no sentí ninguna presión (ante más de 45 mil espectadores), la presión es para los otros, sentenció Despaigne, quien sin duda integrará las filas del equipo Cuba al III Clásico Mundial".
Despaigne desplegó su joya de pitcheo durante ocho y un tercio de entrada conjugando acertadamente su bola rápida por encima de las 90 millas con sus rompimientos. En ese período propinó cuatro ponches, regaló par de boletos, admitió ocho hits y le marcaron solo una carrera (limpia).
Este éxito representó el cuarto para el diestro capitalino en esta campaña, su número 17 en total en la presente contienda, y el octavo de su carrera deportiva en fases de play off.
Despaigne recibió el apoyo incondicional de sus compañeros de equipo, quienes sentenciaron la suerte del desafío desde el mismo capítulo inicial al fabricar un rally de tres carreras, coronado por enorme cuadrangular del slugger Alexander Malleta, que provocó la explosión del abridor matancero Yohan Hernández, a la postre perdedor del duelo.
Después de esa acción el partido entró en una serie de altibajos pero siempre imperó la ley del más fuerte, o sea, la de Industriales, equipo con más títulos de campeón de Cuba en la historia de las Series Nacionales, con 12.
La designación de mejor bateador del partido se la repartieron Malleta y Juan Carlos Torriente. El primero por su decisivo bambinazo y el segundo por conectar par de sencillos y un jonrón en cuatro veces al bate, con dos carreras impulsadas y tres anotadas.
De esta manera, Industriales se situó a un triunfo de incluirse en la gran final del béisbol cubano, en la que tendrá de rival presumiblemente a Ciego de Ávila, equipo que tiene contra las cuerdas a Granma en la final divisional de Oriente, por tres triunfos contra uno.
Si finalmente industrialistas y avileños avanzaran a la gran final del campeonato, la disputa por el cetro de Cuba sería inédita, ya que estos dos conjuntos nunca coincidieron en esa instancia en las anteriores 50 temporadas del béisbol cubano.