El reconocido actor estadounidense Gene Hackman y su esposa, la pianista Betsy Arakawa, fueron hallados muertos este miércoles.
Los cuerpos de Hackman, de 95 años y ganador de dos premios Oscar, y Arakawa, de 63 años, fueron encontrados en su casa en Santa Fe, Nuevo México, informan despachos de prensa que citan fuentes policiales.
El sheriff del condado de Santa Fe, Adan Mendoza, confirmó la muerte del actor de Hollywood y su esposa, así como de su perro, aunque sin especificar las causas del fallecimiento.
Según la autoridad, de momento no existen indicios de que la muerte se deba a un acto criminal o haya sido provocada por otra persona.
“Se trata de una investigación en curso, pero en este momento no creemos que haya habido ningún delito”, comentó el sheriff.
El actor de 95 años Gene Hackman, ganador de dos Óscar, y su mujer, la pianista Betsy Arakawa, hallados muertos en su casa en Santa Fe, en Nuevo México, según confirma la policía a la prensa local.https://t.co/fkx2XKNsgn
— EFE Noticias (@EFEnoticias) February 27, 2025
Un actor legendario
Tras conocerse la muerte de Hackman, numerosas personas y publicaciones han lamentado la noticia y han destacado la carrera del actor, para muchos una figura ya legendaria del cine estadounidense.
Nacido el 30 de enero de 1930 en San Bernardino, California, Eugene Allen Hackman desarrolló una reconocida exitosa carrera en la industria cinematográfica. En especial se le recuerda por como uno de los intérpretes más versátiles y populares de su generación.
Saltó a la fama con la película Bonnie and Clyde, de 1967, y desde entonces hasta su retiro dos décadas atrás, encarnó diversos personajes y brilló en filmes como The French Connection, The Conversation, Mississippi Burning, Unforgiven y The Firm.
Fue nominado cinco veces al premio Óscar, que ganó en par de ocasiones. Además, recibió dos Baftas, cuatro Globos de Oro y un premio del Sindicato de Actores.
Tras alejarse de las cámaras desde 2004, se dedicaba a escribir novelas y pintar cuadros en la localidad estadounidense de Santa Fe, donde vivía junto a su esposa, una antigua pianista de música clásica, y se mantenía alejado de la escena pública.