Que Lester Lescay volaría lejos estaba casi cantado. De niño era explosivo, espigado y muy veloz: el mix perfecto para triunfar en los saltos. Por si fuera poco, tenía, además, la genética de su lado: su tía, Mabel Gay, fue medallista del orbe y durante varios años inscribió su nombre en las principales finales globales del triple.
No extrañó entonces que el destino lo impulsara al estrellato siendo un adolescente: con 15 años logró el subtítulo mundial sub-18 en salto de longitud, a los 16 había superado la barrera de los ocho metros y el día que cumplió 17 (15 de octubre de 2018) se proclamó monarca de los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires.

Todo eso transcurrió en un plazo de 15 meses, entre julio de 2017 y octubre de 2018, período en el que pasó de ser uno de los tantos chicos de la cantera cubana de saltos a uno de los principales referentes de futuro de la longitud en la isla caribeña. “Fue muy rápido, casi no tuve tiempo de asimilarlo, solo saltaba tratando de que una competencia fuera mejor que la anterior”, recuerda Lescay en diálogo con OnCuba.
Su despegue coincidió con la furia de Juan Miguel Echevarría, que en 2018, con solo 19 años, ganó el Mundial bajo techo en Birmingham y de inmediato se colocó como principal figura de la longitud en Cuba. “Es el clásico chico con mucho talento que termina los juveniles sin ser una gran estrella y cuando va al equipo nacional se come el mundo”, asegura Lester, quien tenía todas las papeletas para formar un dupla de infarto con el camagüeyano.
Sin embargo, Juan Miguel tomó la delantera y se afincó entre los mejore del mundo, mientras Lescay tuvo una progresión más pausada, aunque se estabilizó sobre los 8 metros y logró su clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio: “No todos vamos al mismo ritmo, unos explotan antes que otros. A veces se pierde la paciencia muy rápido con los jóvenes, pero uno no puede desesperarse”.
El salto a otra dimensión
Lester Lescay es santiaguero de nacimiento, pinareño por adopción y español por vía conyugal. En marzo de 2022, cuando rompió definitivamente sus vínculos con el Inder luego de una competencia en Belgrado, se asentó en tierras ibéricas junto a su pareja.
“Me quedé en una familia española súper buena que me acogió como uno más. Aquí nunca he pasado trabajo; pero en Cuba tampoco, mi madre me lo dio todo. No fui un niño que pasó trabajo. Simplemente me fui de Cuba porque no quería pasar mi juventud ahí, por tener más libertad”, cuenta en Madrid, donde la fanaticada del deporte rey le tiene mucho aprecio.

Sin embargo, al principio España no lo veía como una potencial incorporación a su selección nacional. De hecho, a pesar de sus marcas, su talento y su historial juvenil, tuvo que esperar a casarse para obtener la nacionalidad y poder oficializar, luego de tres años sin competir por Cuba, su permuta definitiva al elenco nacional europeo.
“A mí no me dieron la nacionalidad por el deporte, como ha pasado en otros casos. El camino ha sido diferente, pero al final he conseguido integrarme bien. He tenido mucho apoyo del club Playas de Castellón, donde me integré casi desde que llegué. Su ayuda ha sido crucial, porque cuando uno emigra no sabe cómo va a vivir. Es mucha incertidumbre y ellos siempre estuvieron ahí para mí”, revela Lescay, quien ya ha cosechado sus primeros éxitos con ese país junto a su entrenador Luis Felipe Meliz.
“Luis Felipe siempre ha estado conmigo también, en los días buenos, en los malos, en los triunfos, en las derrotas. Tengo mucho que agradecerle”, destaca.
Este año ambos se plantaron en el Europeo de pista cubierta celebrado en Apeldoorn, Países Bajos, y conquistaron la medalla de bronce, a solo un centímetro del oro ganado por el “eléctrico” búlgaro Bozhidar Sarâboyukov e igualado con el estelar italiano Mattia Furlani, plata por lograr una segunda mejor marca en su secuencia.
“Ese fue mi debut oficial con España, inolvidable, tanto por la medalla como por haber competido lesionado, casi sin poder correr. Tuve que infiltrarme para saltar. Lo más duro fue no poder disfrutar el evento, pero es un recuerdo feliz por el resultado”.
Presente y futuro: sin límites
Lester Lescay se considera un afortunado. Aunque ha pasado algunos de los típicos tragos amargos de un emigrante, su transición de Cuba a España ha sido llevadera, tanto a nivel personal como profesional.
“Estar con mi esposa, en un ambiente familiar, ha marcado la diferencia. También tuve suerte de que Puma me contratara para empezar. Las cosas han fluido y en este punto me siento muy querido por la gente. Es importante sentir el calor, sentirse querido, incluso en un día en que las cosas no te salen bien”, dice Lescay, justo después de quedar fuera de los ocho punteros en la Primera División del Campeonato Europeo por Naciones celebrado el pasado fin de semana en Vallehermoso.

“Es una lástima que aquí en Madrid no haya logrado dar el salto que los fanáticos estaban esperando. No fue un buen día, pero no por falta de piernas: simplemente no salió. Lo importante era aportarle puntos al equipo. No estoy triste, pero sé que podía haber hecho más. Lo que no podía pasar era dejar sin puntos a España. Por eso, en el tercer intento echamos dos pies atrás para asegurar al menos un salto válido”, explica el santiaguero, que enfrentó las exigencias de una lid mundial.
Por una parte, el griego Miltiadis Tentoglou —verdugo de Juan Miguel Echevarría en Tokio 2020— dominó con la mejor marca del año (8.46 metros). En la segunda y tercera plazas se ubicaron el sueco Thobias Montler (multimedallista europeo) y el italiano Mattia Furlani (monarca mundial bajo techo en esta temporada y bronce olímpico en París).
Saltador cubano estrena nacionalidad española con bronce europeo
Tras este examen, Lester encara el resto de la temporada con objetivos claros:
“Por una parte, está el Mundial de septiembre próximo en Japón, donde iré con todo. Ahí sí no habrá equipo de por medio: seré solo yo compitiendo, y si fallo, el daño será exclusivamente para mí.
Además, quiero superar mi marca personal, que es de 8.35 metros. Buscaba lograrlo aquí en Madrid; sé que estaba en condiciones, pero después de dos fouls tienes que dejar esas ideas a un lado e intentar asegurar en el tercero.
Este año creo que puedo saltar por encima de ese registro, siempre que me mantenga sano y haga las cosas bien, tanto dentro como fuera de la pista. Si me cuido, mis límites están lejos”.