El Tribunal Supremo permitió este jueves al Gobierno de Donald Trump continuar con la deportación a Sudán del Sur de ocho inmigrantes, entre los que se encuentran dos cubanos.
Los cubanos, identificados como Enrique Arias Hierro y José Manuel Rodríguez Quiñones, forman parte de un grupo que ha pasado más de un mes bajo custodia en una base militar en Yibuti, por una orden judicial, según recuerda un reporte de EFE.
La nueva decisión del Supremo anula una moción emitida por el juez federal Brian Murphy, de Massachusetts, que mantenía detenida la deportación del grupo. Dicha moción fue presentada el mismo día en el que la máxima corte permitiera a la Casa Blanca deportar migrantes a terceros países.
#ÚltimaHora | Corte Suprema da luz verde al gobierno de Trump para deportar inmigrantes a Sudán del Sur.
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— Univision Noticias (@UniNoticias) July 3, 2025
De los ocho deportados, solo uno es de Sudán del Sur y el resto son, además de los cubanos, de México, Laos, Birmania y Vietnam.
El caso Sudán
Murphy había determinado en mayo que la Administración de Trump violó una orden que le impedía deportar a los ocho inmigrantes a un país donde pueden ser torturados sin darles la oportunidad a una defensa legal adecuada.
Debido a ese fallo, los ocho inmigrantes y once agentes migratorios estuvieron en una base aérea de Yibuti, donde, según los abogados del Gobierno, corrían peligro por estar expuestos a un posible ataque de Yemen, además de riesgos a su salud por condiciones “deplorables”.
Pero, después que la Corte suprema permitiera el pasado lunes 23 de junio al Gobierno reanudar las deportaciones expeditas de migrantes a países distintos al de su origen, defensores de este grupo pidieron a Murphy que continuara deteniendo la deportación, orden revocada este jueves.
Dos disidencias, pero gana el Gobierno
Las juezas Sonia Sotomayor y Ketanji Brown Jackson discreparon de la decisión de la mayoría del Supremo.
La legislación estadounidense estipula que el Gobierno no puede deportar a migrantes a terceros países donde podrían ser torturados o estar en riesgo. El Departamento de Estado considera a Sudán del Sur como un país peligroso debido al conflicto armado, recomienda a los estadounidenses no viajar allí y a inicios de mayo retiró del país a su personal no esencial.
El caso de Sudán del Sur es el más reciente choque entre el Gobierno y el poder judicial, a raíz de las medidas cada vez más agresivas para cumplir con la promesa de Trump de llevar a cabo “deportaciones masivas”.
Para acelerar las deportaciones, Washington busca acuerdos con otros países para que acepten a migrantes expulsados del país.