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Legisladores demócratas pidieron el cierre de Alligator Alcatraz, el nuevo centro de detención de inmigrantes en Florida, tras una visita dirigida que tuvo lugar el fin de semana.
El gobernador DeSantis ha buscado igualar la línea dura del presidente Donald Trump en materia de inmigración, presentando a su estado como un aliado entusiasta en el plan del presidente para detener y deportar a millones de inmigrantes.
Al menos cinco miembros del Congreso y unos 20 legisladores estatales visitaron el centro de detención durante el fin de semana, la primera inspección realizada por funcionarios electos desde su apertura hace aproximadamente una semana.
Trump visitó el lugar antes de la llegada de los detenidos a principios de este mes, acompañado por DeSantis y la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, y desde entonces han surgido noticias sobre las terribles condiciones de vida.
Si bien los republicanos insistieron en que el centro era apropiado y limpio, y que contaba con personal similar al de cualquier centro de detención, los legisladores demócratas expresaron su preocupación por la calidad de la comida, el agua potable, los mosquitos y las altas temperaturas.
La representante demócrata Debbie Wasserman Schultz calificó el centro como un “campo de internamiento”. “Están prácticamente hacinados en jaulas”, son 32 detenidos por jaula”, declaró en una conferencia de prensa posterior a la visita.
Los demócratas también afirmaron que creían haber recibido una versión “desinfectada” del centro y se quejaron de que no se les permitió hablar con los detenidos ni entrar en las tiendas de campaña donde vivían para que pudieran observar mejor y las condiciones.
Se les mostraron áreas donde se preparaban alimentos y una tienda de campaña donde se brindaba atención médica.
El senador estatal republicano Blaise Ingoglia, aliado de DeSantis, defendió las condiciones como “limpias, con aire acondicionado y bien cuidadas”, dijo que se acostó en una de las camas y le pareció cómoda.
Replicó que, según las normas del ICE, los legisladores podrían hablar con los detenidos si solicitaban a una persona específica por su nombre, con al menos 48 horas de antelación.
A los legisladores visitantes no se les permitió traer teléfonos, cámaras ni ningún otro dispositivo electrónico.
Kevin Guthrie, director ejecutivo de gestión de emergencias de Florida, quien en un momento fue considerado para dirigir FEMA durante la administración Trump, dirigió la visita.
El senador estatal republicano Jay Collins, quien se encuentra entre los candidatos a vicegobernador de Florida, dijo que era similar a las instalaciones que ha visto en situaciones de emergencia y durante su servicio militar.
Señaló que había generadores de emergencia y dijo que la instalación era “superior”. “Esta es una de varias paradas en el camino para las personas detenidas por ICE al regresar a su país de origen”, subrayó.
Sin embargo, los demócratas, incluido el representante Maxwell Frost, acusaron al estado de ocultar condiciones potencialmente peligrosas e insalubres.
En el futuro, Frost dijo que planea presentarse sin previo aviso —una facultad que tienen los miembros del Congreso— y hablar con los familiares de los detenidos.
Alligator Alcatraz ha generado críticas entre los ambientalistas —que han interpuesto demandas para intentar detenerlo—, así como entre legisladores demócratas e incluso algunos republicanos que reconocieron en privado su preocupación por el frágil ecosistema de la zona y sus efectos en tierras tribales.