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La combinación de una intensa sequía, cortes eléctricos y la escasez de combustible está complicando aún más el acceso al agua potable en Cuba, con unas 300 mil personas afectadas.
Citado por Cubadebate, ante la Comisión de Industria, Construcciones y Energía, Antonio Rodríguez, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) detalló que su organismo opera con apenas el 37 % del combustible requerido, una caída significativa frente al 47 % del año anterior. Esto obstaculiza la distribución de agua por pipas, la potabilización y el mantenimiento de fosas.
Además, los constantes apagones han dañado los sistemas de bombeo, y solo el 38 % de las 486 estaciones principales cuenta con protección contra fallos eléctricos debido a su dispersión geográfica entre las más de 3 mil instalaciones del país.
Santiago de Cuba enfrenta las mayores dificultades. Además, el Instituto de Meteorología pronostica lluvias por debajo del promedio histórico para el resto de julio, lo que podría agravar la crisis hídrica hasta octubre, advirtió el funcionario.
Rodríguez destacó esfuerzos para mitigar el impacto, como la instalación de 766 sistemas de bombeo solares, de los cuales 697 están operativos, beneficiando a 445,201 personas.
El INRH colabora con la Unión de Industrias Militares para reparar 100 motores y avanza en el Programa Integral de Desarrollo Hidráulico. También se optimiza el servicio de pipas y fomenta innovaciones científicas.
¿Alza en las tarifas?
A pesar del deterioro del servicio respecto a 2024, Rodríguez descartó alzas en las tarifas del agua.
La infraestructura heredada de la “política de voluntad hidráulica” ofrece cierto alivio, pero la falta de repuestos y financiamiento, junto con la sequía atípica, limita las soluciones. No obstante, no se especificaron plazos para superar la crisis ni detalles sobre el impacto en otras provincias, lo que añade incertidumbre.
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En cuanto a los combustibles, el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, dijo ayer que ha decrecido la producción de crudo nacional, con el que funcionan las antiguas termoeléctricas cubanas. También se refirió a la caída en las importaciones de fuel y diésel para la generación distribuida, lo que da al traste con la recuperación de capacidad en la misma.
Al respecto, admitió que el aseguramiento del combustible, problema que ha lastrado la generación eléctrica durante todo el año, “continúa sin una perspectiva de solución sostenible”, refiere Cubadebate.
También reconoció que “no hay avances” en la recuperación de los grupos electrógenos “por no poder acceder a los financiamientos”, al tiempo que se quejó de delitos como los “robos en conductores, combustible, aceite de transformadores, angulares y accesorios de electricidad”.