En una controvertida acción, el Gobierno Provincial de Cienfuegos y la Dirección de Transporte reintegraron al sistema estatal los ómnibus que operaban bajo la modalidad de arrendamiento privado, luego de que fueran rehabilitados técnicamente por chóferes emprendedores.
Según las autoridades del sector, la medida está orientada a “optimizar el servicio y garantizar su sostenibilidad” a largo plazo, pese a que el pasaje fue rebajado a solo un peso.
La iniciativa, que ya se ejecutó tras casi un año de servicios irregulares por parte de las unidades arrendadas, desató opiniones divididas entre directivos, arrendatarios, usuarios y expertos en transporte público.
En el centro del anuncio oficial está la premisa de que la gestión y el control estatal, tras la reparación y acondicionamiento de poco más de cuarenta guaguas, permitirá fortalecer la planificación de rutas y horarios, así como mejorar la estabilidad y eficiencia del sistema provincial, el cual, como en el resto del país, se encuentra semicolapsado.
Pese a la declaraciones oficiales de buenas intenciones, algunos sectores critican la falta de acompañamiento a los arrendatarios, quienes invirtieron recursos propios en la recuperación de vehículos que se encontraban a punto del desguazadero y temen que la medida no resuelva las deficiencias estructurales del transporte en el territorio.
Reestatización: ¿una decisión puntual o un plan a futuro?
“Esta medida es fundamental para asegurar que el transporte público en Cienfuegos sea sostenible y eficiente a largo plazo”, declaró Roberto Fabelo Martínez, director de Transporte de la provincia.
“Si bien el arrendamiento de guaguas fue una solución temporal en momentos difíciles, comprobamos que el sistema estatal puede ofrecer un servicio más estable y optimizado”, agregó, según el reporte del portal Cubadebate.
Según Fabelo, la reintegración se planificó cuidadosamente para evitar interrupciones y se establecieron acuerdos con los arrendatarios para facilitar la transición. Paralelamente, autoridades provinciales aseguraron que se ofrecen alternativas laborales para quienes resulten afectados por esta medida.
Por su parte, Orlando Valdés Pérez, director de la Unidad Básica Empresarial de Transporte, señaló que de los 42 ómnibus retirados aproximadamente la mitad ya fueron reacondicionados y se han reintegrado a rutas urbanas y rurales, abarcando las necesidades tanto de la ciudad cabecera como de municipios aledaños.
“Trabajamos para que la reintegración se realice de manera ordenada y transparente”, afirmó el directivo, y detalló que se han contratado nuevos choferes y que en algunas de las rutas con mayor demanda se incrementará la cantidad de vehículos para mejorar la frecuencia.
A su vez, Osmany Romero, Coordinador de Programas y Objetivos del Gobierno Provincial en Cienfuegos, reconoció la preocupación de la población y aseguró que “se trabaja incansablemente para garantizar un servicio eficiente, seguro y asequible”, según refirió una nota en Cubadebate.
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Un modelo cuestionado: arrendamiento y sus contradicciones
Desde 2021, ante la crisis de recursos del Estado cubano —incluyendo escasez de combustible, repuestos y falencias del parque automotor— el Gobierno autorizó el arrendamiento de ómnibus a porteadores privados, buscando mantener operativo a un segmento del transporte público.
Eduardo Rodríguez Dávila, ministro de Transporte, explicó en septiembre de 2024 que, aunque el arrendamiento ha servido para poner en marcha medios que estaban paralizados, ha generado “desorganización, violaciones en precios y desregularización que genera incomprensión en la población”.
Al cierre de junio del 2024 se habían arrendado 750 ómnibus y 106 semiómnibus en el país, de los cuales ya estaban trabajando 551 (el 73,5 por ciento) y 49 (el 46,2 por ciento), respectivamente, informó Rodríguez Dávila en su cuenta en Facebook.
“Aunque resulta una pequeña cifra comparada con la totalidad de estos medios existentes en Cuba, los arrendados han jugado un papel activo en las transportaciones tanto locales como nacionales”, admitió el funcionario.
El regreso al sistema estatal busca, según las autoridades, “fortalecer la gestión y el control” para evitar estas indisciplinas y mejor planificar las rutas.
Algunas líneas que estaban muertas, como la 1, 3, 5 o la 207, “revivieron” en la ciudad cabecera, y se reorganizaron recorridos para tocar zonas rurales abandonadas, defendió Valdés Pérez.
Sin embargo, críticos advierten que el esquema estatal tradicional tampoco garantiza abastecimiento de combustible o adecuado mantenimiento, por lo que funcionalidades reales podrían verse limitadas.
Voces encontradas: opiniones desde la experiencia y las redes
El reordenamiento del transporte en Cienfuegos, cuya ciudad tenía cerca de 180 mil habitantes hace tres años, ha generado debates intensos en redes sociales y entre expertos locales.
“Solo deberían revisar el precio, pues un peso es poco frente a la inflación,” comentó Ereny Morales en Facebook, reflejando preocupación por el equilibrio entre precio y sostenibilidad.
Juan Carlos, otro usuario de la red social, manifestó su esperanza en que las autoridades logren gestionar mejor el parque de vehículos: “Aquí hacen falta microbuses, y necesitamos que el Gobierno recuerde que también somos parte de Cuba”, dijo en alusión a la reciente incorporación de tales medios de transporte, sobre todo en La Habana.
También existen críticas ácidas. Daniel Valdés apuntó que para “resolver” el problema del transporte, varios ómnibus pasaban vacíos y no recogían pasajeros adecuadamente, generando injusticias y crisis que afectaron especialmente a los usuarios de menos recursos.
Más allá, el “mediocre balance” de la experiencia privatizadora es subrayado por voces como la de un usuario anónimo que señaló: “Eso se veía venir… les arreglaron los carros y ahora son del Estado de nuevo.”
Algunos recuerdan que los arrendatarios invirtieron en rescatar vehículos prácticamente desahuciados, y ahora temen no recibir compensación por esos gastos.
Otros cuestionan la falta de transparencia en la gestión. Por ejemplo, “Eléctrico” declaró: “Faltó información clara sobre los contratos y las razones legales del reintegro, lo que podría tener implicaciones legales y políticas.”
En tanto, Alicia expresó descontento con la demora en la reactivación del transporte: “Esta medida llegó tarde, la gente lleva meses pagando precios excesivos a motos particulares o caminando largas distancias.”
Geralt de Rodas defendió la medida como positiva, argumentando que al final “beneficia al pueblo honesto y trabajador” y que las guaguas “nunca prestaron realmente servicios priorizando a la población mientras estuvieron arrendadas.”
En contraparte, “el inconforme” sentenció que ni siquiera bajo estos cambios funcionará el sistema: “No funciona ni el capitalismo ni el estatalismo; la corrupción y el mal servicio seguirán igual.”
En un ejercicio de ponderación, Ariel47, un usuario con experiencia en transporte público, expuso que la “falta de control fue el gran error” en el modelo de arrendamiento, que pese a su potencial podría haber funcionado con contratos claros que especifiquen rutas y horarios.
Los usuarios cienfuegueros esperan que esta reestatización no signifique solo “volver a empezar el ciclo de paralización y caos”, sino que sea un verdadero impulso hacia un sistema funcional y sostenible que responda a la demanda creciente después de años de crisis.
Es un modus operandi propio del gobierno de Cienfuegos. Igual pasó con el Club Caribe, el Rústico, la pizzería del Prado, la dulcería por la Empresa Eléctrica, y varios proyectos de desarrollo local culturales a los que ahora les retiraron lo que habían recibido antes como donación por cooperación extranjera de Portugal. ¿O acaso estoy mal informado?
Te “dan la tarea” y “la gran oportunidad” de recuperar algo o desarrollar una idea. Luego que arreglaste el inmueble, el vehículo, lograste una donación, “se toma la decisión en función de los intereses del pueblo” de terminar abruptamente el alquiler, y difícil que recuperes el costo real de los arreglos, y quedarse con los bienes, vehículos o equipos que te donaron a ti, no al gobierno local. Eso no genera confianza. Y la desconfianza no genera producción ni capital . Obviamente quien se atreva luego allí en Cienfuegos a hacer algo junto con el gobierno, o tiene una garantía personal muy alta (influencias, soborno, etc) o planea ganar muy rápido muuucho dinero, o no tiene nada real que aportar y perder. Del maravilloso trabajo que tenían con PDLs y la licitación de locales, van a pasar a un desinterés mayúsculo por encadenarse con el Estado.
Esos Ómnibus de los que hoy presume el gobierno de Cienfuegos, eran Ómnibus en estado de desguase, los cuales llegaron a ese estado porque el gobierno y transporte no tenían recursos, que hace pensar que ahora va a ser diferente?. En pocos días cuando pase el periodo de propaga, ya no tendrán, gomas, batería, aceite o petróleo, comenzarán todos a paralisarse nuevamente, pero cuando eso suceda no creo que ningún privado vuelva a reconstruir un Ómnibus, una vez más el gobierno demostró que hacer algún negocio con el, es fatal, nuestro gobierno no respeta los contratos con instituciones privadas, connacionales o extranjeras, es ése uno de los motivos por lo que en Cuba la inversión extranjera no próspera.
Creo que fué algo premeditado, medios de transporte paralizados, los arriendan, esos arrendadores invierten sus dineros devolver los ómnibus a la calle, los dejan trillar algún dinero y les cierran el contrato.
Muchos ya eran choferes de transporte público.
De dónde salieron los recursos para reparar los ómnibus.
¿Tiene la dirección de transporte con qué mantenerlos de alta? ¿En cuanto tiempo volverán al parqueo montados en burros?
Acaban de darse un tiro en el pie, en poco tiempo ni uno ni lo otro