Tres menores de edad perdieron la vida este domingo en la provincia de Villa Clara como consecuencia de un rayo.
La tragedia sucedió en horas de la tarde en el municipio Manicaragua, según informó el Gobierno provincial en Facebook.
Los fallecidos son una niña de 14 años y dos varones de 14 y 13 años respectivamente. El mayor de ellos residía en Estados Unidos y se encontraba en Cuba de vacaciones, de acuerdo con el comunicado oficial.
La descarga eléctrica, ocurrida durante una tormenta, también causó lesiones a una cuarta menor, de 14 años, quien fue trasladada al Servicio Integrado de Urgencias Médicas, en Santa Clara, para recibir atención médica.
Una segunda nota asegura que la chica evoluciona favorablemente y que permanece consciente y orientada. De acuerdo con dicho informe, se encuentra ingresada en la Sala de Terapia Intermedia del Hospital Pediátrico José Luis Miranda, donde recibe atención médica especializada.
Las autoridades villaclareñas “han dado seguimiento inmediato a esta situación, brindando apoyo a los afectados y sus familias”, refiere el primer comunicado, que igualmente transmite condolencias a las familias y allegados de los menores fallecidos.
El pasado junio otros dos adolescentes murieron al ser alcanzados por un rayo en Bauta, en la provincia de Artemisa.
Los menores, de 13 y 16 años, jugaban fútbol al aire libre cuando sobre las 5:30 de la tarde recibieron el impacto de una descarga eléctrica previa a la lluvia y fallecieron al momento, de acuerdo con lo informado entonces.
Cuba registra una media anual superior a los 50 fallecidos por impactos de un rayo, según una investigación del Instituto de Geofísica y Astronomía (IGA), que recopiló datos de las últimas décadas en la isla publicados en 2018.
Se trata de la primera causa de muerte por fenómenos meteorológicos en la isla, refiere el informe.
De acuerdo con dicho estudio, el verano es la estación más mortal del año, con julio, agosto y junio con el mayor número de defunciones. Esta etapa es la más peligrosa debido a que el elevado calentamiento del aire en contacto con la superficie terrestre hace que estos hechos sean más frecuentes.