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Las autoridades cubanas impulsan el turismo de naturaleza con los criaderos de cocodrilos en las ciénagas de Zapata y Lanier, que combinan conservación e investigación, una atracción para visitantes nacionales e internacionales.
En la Ciénaga de Zapata, ubicada en Matanzas y considerada el mayor humedal del Caribe, con 300 mil hectáreas, los turistas exploran un criadero que alberga cocodrilos cubanos y americanos, sobresaliendo por su rica biodiversidad, señala un reporte de la agencia Prensa Latina.
En la Isla de la Juventud, la Ciénaga de Lanier, un Parque Nacional de 100 km², cuenta con 80 cocodrilos en Cayo Potrero, incluyendo 27 hembras y siete machos reproductores de la especie Rhombifer, agrega el medio.
Este criadero, establecido hace más de 25 años tras la sobrexplotación de los años 50, ofrece visitas guiadas que promueven el aprendizaje sobre estos reptiles prehistóricos, capaces de alcanzar 3.5 metros y velocidades de 80 km/h en tierra.

Ambos centros, diseñados para la recría y estudio científico, responden al creciente interés por un turismo activo que combina aventura y conciencia ambiental.
La recuperación de las poblaciones de cocodrilos, iniciada en los años 60, ha convertido a Zapata y Lanier en destinos clave para viajeros interesados en la fauna y la sostenibilidad.
Aunque no se detallaron cifras de visitantes ni costos de acceso, el auge de estas visitas podría fortalecer el ecoturismo en Cuba, consolidando su oferta de destinos naturales únicos.