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En una acción sorpresa, el secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, visitó este lunes Puerto Rico en medio del aumento de la presencia militar estadounidense en el Caribe bajo la coartada de combatir los carteles de narcotráfico.
Mientras, su par venezolano, general Vladimir Padrino López, afirmó que Venezuela se mantiene vigilante y “sin miedo”, lista para defender su soberanía ante lo que califica como una amenaza.
Hegseth llegó al enclave colonial estadounidense acompañado por el general de la Fuerza Aérea Dan Caine, presidente del Estado Mayor Conjunto, para respaldar el entrenamiento de cientos de marines en Puerto Rico, una actividad que comenzó desde finales de agosto, refirió la agencia Associated Press (AP).
La gobernadora Jenniffer González precisó que ambos funcionarios visitaron la Base de la Guardia Nacional Aérea Muñiz, en Carolina, para sostener encuentros con militares y autoridades locales, y para agradecerles su dedicación en la lucha contra el narcotráfico.
Según fuentes militares que prefirieron el anonimato, Estados Unidos se prepara para desplegar 10 aviones de combate F-35 en Puerto Rico para operaciones específicas contra organizaciones dedicadas al tráfico de drogas en la región.
Esta expansión se suma al despliegue de barcos militares en aguas del Caribe, parte de una amplia estrategia contra las redes del narcotráfico, que en días recientes incluyó un ataque estadounidense contra una barcaza proveniente de Venezuela que, según Washington, transportaba drogas de la banda criminal venezolana Tren de Aragua. El ataque dejó 11 muertos.
Contrastes y protestas en Puerto Rico
La creciente presencia militar ha generado preocupación y protestas en Puerto Rico. Cientos de manifestantes se reunieron este domingo en la base de la Guardia Nacional en Carolina, portando pancartas que decían “No a la Guerra” y “No a las bases militares en P.R.”
Organizaciones como Madres Contra la Guerra manifestaron su rechazo a que la isla sea usada como plataforma para posibles operaciones militares estadounidenses en la región.
Este rechazo recuerda episodios históricos como la protesta masiva posterior a la muerte en 1999 del guardia civil David Sanes Rodríguez, quien falleció en un incidente durante ejercicios militares en la isla vecina de Vieques. Su muerte generó un fuerte movimiento contra la militarización de Puerto Rico y la eventual salida de las fuerzas de la isla.

Venezuela en alerta
Desde Caracas, el ministro de Defensa venezolano Vladimir Padrino López ofreció una rueda de prensa en la que calificó el despliegue militar estadounidense en el Caribe como “una amenaza directa” contra Venezuela y denunció que constituye un intento de provocar un cambio de régimen en el país.
“Todo el despliegue de buques destructores, drones y helicópteros está apuntando a Venezuela”, afirmó Padrino. “Nuestro pueblo está en alerta, sin miedo, pero vigilante ante cualquier intento de vulnerar la soberanía nacional”.
De acuerdo con un informe de Telesur, Padrino también detalló un balance sobre las recientes operaciones de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), destacando la incautación de mil 746 kilogramos de drogas —incluyendo 938 Kg de cocaína, 769 Kg de marihuana y 39 Kg de la droga sintética Tusi— además de la detención de 984 ciudadanos y el desmantelamiento de 116 grupos involucrados en el narcotráfico.
En la misma semana, la FANB confiscó 980 toneladas de mercancía de contrabando, más de 172 mil litros de combustible y 79 toneladas de materiales estratégicos como aluminio, cobre y cemento.
El ministro de Defensa insistió en que Venezuela no produce ni consume en gran escala drogas, y que es víctima de grupos armados que operan principalmente desde Colombia. Asimismo, destacó que la ONU reconoció a Venezuela como un territorio libre de cultivos ilícitos.
Condena de narcotraficante en EEUU
Mientras se desarrollan estas tensiones, en Estados Unidos se dictó sentencia contra uno de los barones del narcotráfico, vinculado a uno de los cárteles más violentos de la región.
Eleazar Medina Rojas, alias El Chelelo y señalado como miembro de alto rango del cártel de Los Zetas, fue condenado a más de 31 años de prisión por conspirar en la fabricación y distribución de grandes cantidades de cocaína y marihuana.
El Departamento de Justicia indicó que Medina Rojas deberá pagar decomisos por 26.5 millones de dólares.
Según Matthew R. Galeotti, fiscal general adjunto interino, Medina Rojas usó “violencia extrema” para controlar rutas clave que permitieron contrabandear más de 3 mil toneladas de drogas hacia la frontera sur de Texas, causando devastación en comunidades estadounidenses.