El presidente Emmanuel Macron pasó a ser el principal blanco de las críticas de la oposición en Francia tras la caída del primer ministro François Bayrou, cuarto jefe del Ejecutivo en menos de 20 meses, lo que evidencia una aguda crisis política en el país europeo.
Luego de una histórica derrota en la votación de confianza a Bayrou en el Parlamento —en la que 364 diputados negaron el respaldo mientras solo 194 lo otorgaron—, sectores opositores exigen la salida Macron, a quien acusan de desgastar al Gobierno y causar la incertidumbre nacional.
Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa (LFI), aseguró que el derrumbe de Bayrou es una “victoria y alivio popular” y consideró que el mandatario debe renunciar “por estar ahora en la primera línea frente al pueblo”.
Desde otras agrupaciones opositoras también resonaron llamados a la dimisión presidencial como paso indispensable para restaurar estabilidad política, según reseña la agencia Prensa Latina (PL).
Desencuentros y reacciones en la Asamblea Nacional
La votación negativa en la Asamblea Nacional representa un hito en la Quinta República francesa, nacida en 1958 de la mano del general Charles de Gaulle.
Se trata de la primera vez que un Gobierno pierde la moción de confianza. Con 573 diputados presentes y 558 votos emitidos, la moción solicitada por Bayrou terminó forzando su renuncia, que debía ser presentada este martes ante Macron.
La ultraderechista Marine Le Pen, líder de la Agrupación Nacional, instó a Macron a disolver la Asamblea y convocar elecciones legislativas anticipadas, y advirtió al presidente que de negarse, solo prolongaría el bloqueo político y la inestabilidad.
Desde la derecha conservadora, Éric Ciotti atribuyó la responsabilidad de la “debacle francesa” tanto a Bayrou como a Macron, mientras que los socialistas criticaron al mandatario por continuar dañando al país, aunque sin reclamar abiertamente su renuncia.
Expectativas y candidaturas para reemplazar a Bayrou
Ante la obligación de Macron de nombrar un nuevo primer ministro capaz de obtener la confianza parlamentaria, diversos nombres y escenarios han comenzado a manejarse en los pasillos de la Asamblea Nacional.
Olivier Faure, secretario general del Partido Socialista, aseguró que “es hora de que la izquierda gobierne” y se mostró dispuesto a liderar el nuevo gabinete con el objetivo de “dar esperanza” a los franceses agotados por la coyuntura política.
Faure prometió negociar y buscar acuerdos con el Parlamento, y se mostró optimista ante posibles candidaturas conjuntas con ecologistas, aunque criticó la división de la izquierda causada por el radical de izquierda Jean-Luc Mélenchon.
Por su parte, liderazgos de la extrema derecha dijeron que censurarían de antemano un primer ministro socialista. La Agrupación Nacional mantiene firme su demanda de disolución legislativa como salida.
Mélenchon, por su parte, rechazó apoyar a Faure por considerarlo alineado con Macron, y defendió que el sucesor de Bayrou debería provenir del Nuevo Frente Popular —coalición de izquierdas que incluye LFI, ecologistas y socialistas— para respetar el voto popular de 2024.
Inestabilidad política agravada
Los movimientos y cambios continuos en el gabinete —Bayrou es el cuarto primer ministro en apenas 20 meses después de Élisabeth Borne, Gabriel Attal y Michel Barnier— reflejan una profunda inestabilidad política que ha dejado al Gobierno francés sin una mayoría sólida y a Macron sin un apoyo claro en la Asamblea.
La oposición asegura que la actual crisis en Francia es consecuencia directa de las políticas y liderazgo presidencial que no han logrado cohesionar el espectro político ni responder a las demandas sociales, económicas y de seguridad que atraviesa Francia.
Desde su entorno, Macron ha descartado renunciar y se comprometió a nombrar próximamente un nuevo primer ministro, en un nuevo intento de estabilizar el panorama político de un país cruzado por protestas y huelgas constantes.
Desafíos para Macron
Frente a la caída de Bayrou y el cuestionamiento continuo, Macron, de 47 años, se enfrenta a varios retos importantes.
La necesidad de encontrar un primer ministro que logre el respaldo suficiente en un Parlamento fragmentado, la presión de diferentes fuerzas políticas para elegir perfiles diversos y la exigencia popular de cambios profundos.
Además, la posibilidad de una disolución de la Asamblea y la convocatoria a elecciones anticipadas aparece como una carta todavía no jugada, pero que podría ser decisiva para aclarar la incertidumbre política.
Panorama social empeora
Francia enfrenta una grave crisis social que alcanza niveles no vistos en tres décadas.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (INSEE), en 2024 alrededor de 9.8 millones de personas vivían por debajo del umbral de pobreza monetaria, es decir, con ingresos inferiores al 60 % de la mediana mensual, que equivale a 1288 euros para una persona sola.
Esa cifra representa una tasa de pobreza del 15.4 %, un récord que supone un aumento respecto al 14.4 % de 2022, la mayor subida desde que se implementa el método actual de cálculo en 1996.
Esta situación es resultado de la combinación de varios factores, entre ellos, el fin en 2022 de ayudas creada para contrarrestar la pérdida de poder adquisitivo y un crecimiento de la precariedad laboral, especialmente el aumento de microemprendedores con ingresos muy bajos.
Además, se registra una disparidad histórica en la distribución de ingresos: el 20 % más rico percibe ingresos 4.5 veces superiores al 20 % más pobre, una brecha que no se había visto en 30 años.