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Francia vive un frágil momento político luego de que Sébastien Lecornu, el cuarto primer ministro en menos de un año, renunciara menos de 24 horas después de haber anunciado la formación de su gabinete.
Esta abrupta salida añade presión al presidente Emmanuel Macron, quien enfrenta oposición desde diversos frentes y un Parlamento dividido, desencadenando inquietud entre inversionistas y ciudadanos.
Renuncia tras inestabilidad y falta de consenso
Lecornu, estrecho colaborador de Macron, declaró que ya no existían las condiciones para continuar en el cargo tras múltiples bloqueos en negociaciones con fuerzas políticas, sindicatos y actores sociales sobre temas como el presupuesto y reformas sociales.
A pesar de haber intentado construir una hoja de ruta común, enfrentó una resistencia política significativa, incluyendo la desaprobación abierta por parte del líder conservador Bruno Retailleau, cuya organización política rechazó la inclusión de ciertos ministros en el gabinete.
Reacciones políticas y demandas de elecciones anticipadas
La renuncia fue recibida con inmediato impacto por la oposición. Marine Le Pen, líder de la Agrupación Nacional, exigió la disolución del Parlamento y elecciones anticipadas, aprovechando la crisis para ampliar su fuerza política de ultraderecha.
La izquierda, por su parte, impulsó la idea de crear una coalición unificada que incluya socialistas, ecologistas y comunistas para enfrentarse al Gobierno. Esta fragmentación política ha dejado a Macron cada vez más aislado y sin un camino claro para estabilizar su administración.
Profundización de la crisis económica y social
Esta crisis política coincide con una delicada situación económica para Francia. El país arrastra una deuda pública que superó los 3 300 billones de euros, equivalente al 114 % del Producto Interno Bruto (PIB) , lo que genera preocupación sobre la capacidad del Gobierno para manejar su presupuesto.
Lecornu enfrentaba la difícil tarea de aprobar un presupuesto con una coalición minoritaria en la Asamblea Nacional, donde las fuerzas políticas están altamente fragmentadas.
Paralelamente, las recientes protestas masivas en las calles, lideradas por sindicatos contra los recortes presupuestarios, han evidenciado el descontento social y la oposición a las políticas oficiales. La renuncia añade incertidumbre al futuro político y económico, con temores de un estancamiento prolongado.
Macron bajo presión y posible giro político
Ante la dimisión de Lecornu, Macron pidió al ex primer ministro llevar a cabo negociaciones de emergencia para intentar formar una plataforma de estabilidad antes de decidir si convoca nuevas elecciones parlamentarias.
Sin embargo, fuentes cercanas advierten que las opciones para Macron son limitadas: persistir en una coalición inestable, enfrentar elecciones que podrían favorecer a la extrema derecha o incluso considerar su propia renuncia.
Los datos de encuestas indican que casi la mitad de los franceses responsabilizan a Macron por la crisis actual, y más del 50 % apoyan su salida como forma de desbloquear la situación.
Un inestable escenario parlamentario
La Asamblea Nacional francesa quedó severamente fragmentada tras las elecciones anticipadas del año pasado, sin que ningún bloque lograra mayoría absoluta.
Los grupos de extrema izquierda y extrema derecha cuentan con más representantes que los centristas y conservadores aliados de Macron. Esta inestabilidad obliga al presidente a buscar coaliciones complejas que han demostrado ser frágiles y difíciles de mantener.
La renuncia de Lecornu marca un punto álgido en el deterioro del panorama político en Francia, que acumula en menos de dos años cinco primeros ministros, una señal de la profunda división y crisis de gobernabilidad en el país. La escena está abierta a un posible cambio radical, con llamados a elecciones anticipadas o incluso a la salida de Macron.
Mercados ante la crisis
Mientras tanto, la incertidumbre política influye en mercados y ciudadanía, que observan con preocupación cómo Francia navega en aguas turbulentas, con desafíos económicos, sociales y políticos que requieren soluciones urgentes y consensuadas.
Este lunes, el euro bajó y se cambió por debajo de 1,17 dólares tras la sorprendente y rápida dimisión del primer ministro francés, Sébastien Lecornu.
El Banco Central Europeo (BCE) fijó este lunes el cambio de referencia del euro en 1,1678 dólares.
En paralelo, la prima de riesgo de Francia subió con fuerza y la rentabilidad de su deuda soberana a diez años se acercó al 3,6 %.
La próxima semana será decisiva para definir el rumbo de Francia, con negociaciones en curso y la expectativa de que Macron anuncie los pasos a seguir en medio de una crisis que marca el final de una era y el posible comienzo de una nueva etapa para la nación gala, que posee la séptima economía a nivel mundial.