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Los cruces fronterizos ilegales en la frontera de Estados Unidos y México, registraron en el año fiscal 2025 su nivel más bajo en casi cinco décadas.
Según datos de la Patrulla Fronteriza divulgados por CBS y confirmados por la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), durante los primeros ocho meses del mandato del magnate neoyorkino, las detenciones de migrantes en la frontera sumaron menos de 72 000 casos.
Ello contrasta con las 238 000 registradas en todo el año fiscal, cifra que incluye los cuatro primeros meses bajo la Administración Biden.
Se trata del menor número de arrestos desde 1970, cuando se contabilizaron 202 000 detenciones, señaló BBC.
Las cifras reflejan “encuentros” con migrantes, que no necesariamente corresponden a individuos distintos: una misma persona puede aparecer varias veces en los registros si intenta cruzar la frontera repetidamente antes de ser detenida.
En total, durante los cuatro años del mandato de Biden se registraron cerca de 11 millones de encuentros de este tipo.
Política antinmigrante de Trump

La Casa Blanca, a través de su portavoz Abigail Jackson, destacó que estos números evidencian el cumplimiento de la promesa de Trump de asegurar la frontera.
“Como resultado, los estadounidenses están más seguros: inmigrantes ilegales delincuentes y drogas peligrosas ya no cruzan nuestra frontera sin control”, señaló Jackson, insistiendo en que las medidas implementadas por el nuevo gobierno son la clave del descenso de los cruces.
Desde su regreso a la presidencia en enero, Trump ha reforzado la frontera con tropas adicionales, suspendió temporalmente solicitudes de asilo y amplió la capacidad operativa del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para arrestar y deportar inmigrantes indocumentados.
También ha promovido cambios inconstitucionales, como la eliminación del derecho a la ciudadanía por nacimiento.
Especialistas en política migratoria advierten que pese a la disminución de los cruces, se mantiene la necesidad de un marco legal que regule la migración de manera integral, tema que sigue siendo un terreno de disputa entre demócratas y republicanos en Washington.
El debate sobre la seguridad fronteriza y la política migratoria vuelve a situar a Estados Unidos en el centro de la atención regional, mientras el país enfrenta un descenso histórico en la migración irregular, pero con interrogantes sobre los derechos de quienes buscan ingresar al país.












