Ethel Caterham, una mujer británica que ha capturado la atención mundial, es hoy la persona más longeva del planeta, con 116 años que celebró el pasado 21 de agosto. Su vida es un testimonio de resistencia y sabiduría.
Nació en 1909 en la localidad de Shipton Bellinger, en el condado de Hampshire, Reino Unido, tan solo cinco años antes del estallido de la Primera Guerra Mundial. De tal modo, Caterham ha sido testigo de más de un siglo de historia muy convulsa y cambios muy profundos en el modo en que la sociedad occidental vive.
Se convirtió en la persona más longeva del mundo, según el Gerontology Research Group, tras el fallecimiento de Inah Canabarro, una monja brasileña de 116 años.
A los 18 años, en 1927, Ethel viajó a la India para trabajar como niñera para una familia británica y regresó a Inglaterra tres años después. Conoció a su esposo Norman, un militar británico, en 1931, y juntos vivieron en lugares como Hong Kong y Gibraltar. Criaron a sus dos hijas en el Reino Unido. Ambas ya fallecieron.
El matrimonio de Ethel se prolongó por 49 años, el mismo tiempo que ha durado su viudez. Norman falleció en 1976.
“He viajado por todo el mundo y he acabado en esta preciosa casa, donde todos se desviven por mí y me dan todo lo que quiero”, dijo en una entrevista con la BBC en 2020, refiriéndose al hogar de ancianos donde reside.
¿Qué hacer para lograr una vida larga?
Cuando se le pregunta sobre el secreto de su extraordinaria longevidad, Ethel Caterham ofrece una perspectiva sorprendentemente sencilla y profunda: “Aceptar todo lo que venga: lo bueno y lo malo”.
Desde su residencia Hallmark Luxury Care Homes en Billericay, al este de Londres, su principal consejo es evitar conflictos.
Quizás su secreto para una vida tan larga es afrontar todo “con calma”. “Nunca discuto con nadie, escucho y hago lo que me gusta”, dijo según The Guardian.
A diferencia de muchos consejos de longevidad que se enfocan en dietas estrictas o regímenes de ejercicio intensos, Ethel da más importancia a una actitud positiva y la moderación en todo.
Es sabido que la salud mental y emocional juega un papel crucial en la extensión de la vida. Pero su modo de vida también refleja una notable independencia y adaptabilidad. Tras enviudar, según cuenta la revista National Geographic, Ethel no se dejó vencer por la soledad; continuó manejando su automóvil hasta los 97 años y jugando al bridge, un juego de cartas que la mantuvo social y mentalmente activa.
Cuando cumplió 115, el hogar de ancianos donde reside dio a conocer un mensaje en el que reconocía su “fortaleza, espíritu y sabiduría”.
“Ethel, la última persona sobreviviente contemporánea de Eduardo VII, marcó este increíble día rodeada de sus seres queridos más cercanos. En su honor, también hemos renombrado parte de nuestro jardín en Lakeview a “Ethel’s Garden”, un tributo duradero a su notable vida. Es una inspiración para todos nosotros. ¡Brindemos para celebrar tu extraordinario recorrido!”
La microbiota de un bebé
María Branyas Morera, nacida en Estados Unidos, vivió hasta los 117 años y murió en España en agosto de 2024.
Al parecer, consiguió vivir muchos años dado que sus células se mantenían extraordinariamente jóvenes.
El profesor de genética de la Universidad de Barcelona, Manel Esteller, encabezó un estudio del microbioma y el ADN de María Branyas, algunos años antes de su muerte, y determinó que los genes que heredó permitían que sus células se comportaran como si fueran 17 años más jóvenes. Específicamente, su microbiota fue comparada con la de un bebé.
Además de su dotación genética, los investigadores dieron cuenta de rasgos de un estilo de vida saludable que también contribuyó a la longevidad de esta supercentenaria e incluía una dieta mediterránea, no beber alcohol ni fumar, caminatas frecuentes y estar rodeada de familiares y amigos.
En enero de 2023 Guinness World Records reconoció a María Branyas como la persona más anciana del mundo tras la muerte, a los 118 años, de la monja francesa Lucile Randon.
“Orden, la tranquilidad, la buena conexión con la familia y los amigos, el contacto con la naturaleza, la estabilidad emocional, no tener preocupaciones, no arrepentirse, mucha positividad y mantenerse alejado de las personas tóxicas”, reconoció María Branyas como las razones de su larga vida, en entrevista publicada en el sitio web Guinness World Records.
“Creo que la longevidad también tiene que ver con la suerte”, dijo Branyas.
La longevidad no solo se mide en años, sino también en la calidad de vida, y ello está profundamente implicado con la capacidad de adaptación y la sabiduría acumulada a lo largo del camino.