Un personaje peculiar muestra sus “dotes” en La Rampa habanera. No es el tragasables típico de los espectáculos circenses. Este, más bien, es un “snifador” de hierros, de barrenas, clavos y espadas de juguete.
Cada objeto punzante que introduce en su nariz parece tener vía libre. Una nariz que es como un foso infinito. Y no parece que le duela. Se toma su tiempo, para permitir a quienes soportan verlo sin desmayarse, que puedan contemplar todo el espectáculo y que participen también, que empujen un poco más.
Mientras los médicos recomiendan no extraerse “cuerpos extraños” que hayan penetrado por las fosas nasales (por el riesgo de una hemorragia o una herida de difícil sanación) este showman de las herramientas desafía años de historia en la Otorrinonaringología. Tan largos como la palabra son los objetos que hace entrar por su nariz.
En el mundo físico los tragasables se organizan y gestionan eventos para romper récord Guiness. En el virtual, en la galaxia Youtube, abundan grabaciones de los trasiegos más irracionales con objetos por las vías respiratorias. Nuestro personaje no lo sabe ni los ha visto, su originalidad no es sino la sacarle provecho a un “don” anatómico.
A la avenida más céntrica de la ciudad se puede ir a hacer algunas compras, navegar gracias a la WiFi pública, tomar helado, incluso en este discreto invierno cubano… De vez en cuando, sin planificación previa, se encuentra uno con este “artista” (o el loco, como le dicen). Muchos le dejan unas monedas, en pago (si es que lo hay) de su arresto.
Video: Yoe Suárez
qué anormalidad..hay gente para todo