Dick Cheney, exvicepresidente de Estados Unidos durante la presidencia de George W. Bush, entre 2001 y 2009, falleció ayer 3 de noviembre a los 84 años de edad, según un comunicado emitido por su familia.
Cheney, considerado uno de los arquitectos de la llamada “guerra contra el terrorismo” y que fue clave en la guerra de Estados Unidos contra Irak, murió por complicaciones de una neumonía y problemas cardiovasculares, según el comunicado.
Dick Cheney, the hard-charging conservative who became one of the most powerful and polarizing vice presidents in U.S. history and a leading advocate for the invasion of Iraq, has died at age 84. pic.twitter.com/UPjyG10bdd
— The Associated Press (@AP) November 4, 2025
Para CNN se trata del “vicepresidente más poderoso de la era moderna estadounidense” que contribuyó a que el país “se involucrara en la desastrosa invasión de Iraq basándose en premisas erróneas”.
Nacido en pequeño pueblo de montaña
Richard Bruce Cheney nació el 30 de enero de 1941 en Lincoln, Nebraska. Mientras vivía en el pequeño pueblo de montaña de Casper, Wyoming, conoció a Lynne Vincent, su novia del instituto y futura esposa.
Cheney fue admitido en la Universidad de Yale con una beca, pero tuvo dificultades para integrarse y mantener sus calificaciones. Según él mismo admitió, fue expulsado y regresó al oeste para trabajar en las líneas eléctricas.
En un punto de inflexión para Cheney, Lynne le dio un ultimátum; según contó a The New Yorker, ella le había dejado claro que no estaba interesada en casarse con un liniero del condado. Cheney regresó a la universidad y obtuvo una licenciatura y una maestría en ciencias políticas por la Universidad de Wyoming. La pareja se casó en 1964.
11 de septiembre dio lugar a un hombre nuevo
Cheney se encontraba en la Casa Blanca, con el presidente fuera de la ciudad, en la mañana del 11 de septiembre de 2001, cuando los atentados contra el World Trade Center, hecho por el cual estuvo decidido a vengar los ataques de Al Qaeda e imponer el poder estadounidense en todo Medio Oriente con una doctrina neoconservadora de cambio de régimen y guerra preventiva.
Desde un búnker en las profundidades de la Casa Blanca, apunta la cadena estadounidense, Cheney asumió el control de la crisis, dirigiendo la respuesta de una nación afligida y repentinamente en guerra. Dio la orden de derribar de cualquier otro avión secuestrado que se dirigiera a la Casa Blanca o al Capitolio.
Los atentados del 11 de septiembre desencadenaron la guerra de Estados Unidos en Afganistán para derrocar a los talibanes, que daban refugio a Al Qaeda, aunque el líder del grupo terrorista, Osama bin Laden, logró escapar.
Poco después, Cheney presionó para ampliar la ofensiva a Iraq y contra su líder, Saddam Hussein, cuyas fuerzas había ayudado a expulsar de Kuwait en la primera Guerra del Golfo, cuando era jefe del Pentágono durante la presidencia de George H.W. Bush.
“Las agresivas advertencias del vicepresidente sobre los supuestos programas de armas de destrucción masiva de Iraq, sus presuntos vínculos con Al Qaeda y su intención de suministrar armas letales a terroristas para atacar Estados Unidos, desempeñaron un papel fundamental en la preparación del terreno para la invasión estadounidense de Iraq en 2003”, apunta CNN.
Informes del Congreso y otras investigaciones posteriores a la guerra demostraron que, sin embargo, Cheney y otros funcionarios de la administración exageraron, tergiversaron o no presentaron adecuadamente información de inteligencia errónea sobre programas de armas de destrucción masiva que Iraq, en definitiva, no poseía.
Un crítico de Trump
En sus últimos años, Cheney, aun un conservador de línea dura, fue prácticamente marginado de su partido debido a sus intensas críticas al presidente Donald Trump, a quien tildó de “cobarde” y la mayor amenaza que jamás haya enfrentado la república, precisa la fuente.
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En un irónico epílogo a su carrera política, emitió su último voto en las elecciones presidenciales de 2024 por una demócrata liberal, y también miembro del club de los vicepresidentes, Kamala Harris, reflejando así cómo el Partido Republicano populista se había vuelto en contra de su conservadurismo tradicional.
Cheney padeció enfermedades cardiovasculares durante la mayor parte de su vida adulta, sobreviviendo a una serie de ataques cardíacos, para luego llevar una vida plena y vigorosa, y vivió muchos años jubilado después de un trasplante de corazón en 2012 que él mismo calificó en una entrevista de 2014 como “el regalo de la vida misma”. Le sobreviven Lynne, sus hijas Liz y Mary Cheney y siete nietos.












