El deseado y necesario fin de la guerra en Ucrania entraña una significativa paradoja. Nadie podía suponer que algún día, en el contexto de un conflicto armado, Rusia y Estados Unidos, archienemigos desde hace más de cien años, se coaligaron para imponer a un tercer país, por añadidura el segundo más grande de los eslavos, una paz gravosa.
El presidente Donald Trump tiene razón al afirmar que: “La guerra en Ucrania no debió comenzar”. Lo asisten razones obvias: Ucrania no puede ganar esa guerra y Rusia no necesita lo que reclama. No le hacen falta territorios ni su seguridad depende de concesiones de otros.
Ningún país, ni todos juntos, pueden retar militarmente a Rusia ni a los Estados Unidos. Ello se debe al poderío sustentado por la tríada nuclear que solo ellos poseen. 5500 ojivas nucleares en Rusia y 5044 en Estados Unidos y suficientes misiles portadores, además de aviación estratégica y temibles flotas de submarinos nucleares.
Pamplinas aparte, ninguno de ellos necesita que otro le garantice su seguridad.
La literatura registra evidencias de que las superpotencias se pueden confrontar y resistir militarmente, pero no vencerlas. Entre otros eventos, se recuerda la batalla de las Termópilas, un angosto desfiladero donde una tropa de 7 mil guerreros griegos y espartanos enfrentaron la invasión de unos 250 mil efectivos persas. Finalmente, traicionados, los defensores perecieron.
Del mismo signo fue la resistencia de Numancia, localidad hispana cuyos habitantes resistieron la invasión romana hasta la inmolación. En América conocimos el sacrificio de Tupac Amaru, el martirologio de los niños héroes de Chapultepec y, durante la Guerra Patria librada por la Unión Soviética, el impar heroísmo de los defensores de Brest, frente a la invasión nazi, precisamente en Ucrania.
Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, ha presentado un plan de paz para Ucrania de 28 puntos, que Moscú asiente y Zelenski acepta negociar. El líder estadounidense Trump quiere acabar la guerra en Europa no por simpatías ni conmiseración con alguno de los contendientes, sino porque el conflicto estorba los negocios.
28 puntos de Trump para la paz en Ucrania
1. Confirmación de la soberanía de Ucrania.
2. Acuerdo de no agresión entre Rusia, Ucrania y Europa.
3. Garantías de que Rusia no invadirá países vecinos y que la OTAN no se expandirá más.
4. Diálogo permanente entre Rusia y la OTAN, con la mediación de Estados Unidos, para resolver los temas de seguridad y crear las condiciones para una desescalada.
5. Garantías de seguridad para Ucrania.
6. Limitar el tamaño de las fuerzas armadas ucranianas a 600 mil efectivos.
7. Modificar la Constitución de Ucrania para establecer que no se unirá a la OTAN mientras la OTAN incluye en sus estatutos que Ucrania no será admitida.
8. La OTAN no posicionará tropas en Ucrania.
9. Los aviones de combate europeos se estacionarán en Polonia.
10. Estados Unidos recibirá una compensación por las garantías de seguridad. Si Ucrania invade Rusia, perderá la garantía. Si Rusia invade Ucrania, además de una respuesta militar coordinada y firme, se reinstaurarán todas las sanciones globales, se revocarán el reconocimiento de los nuevos territorios y todos los demás beneficios de este acuerdo. Si Ucrania lanza un misil contra Moscú o San Petersburgo sin razón alguna, la garantía de seguridad se considerará inválida.
12. Se adoptará un paquete global de medidas para reconstruir Ucrania, incluyendo la creación de un Fondo de Desarrollo de Ucrania, la reconstrucción de las infraestructuras gasísticas, la rehabilitación de áreas dañadas por la guerra, el desarrollo de nuevas infraestructuras y la reanudación de la extracción de recursos minerales y naturales, todo con un paquete especial de financiación elaborado por el Banco Mundial.
13. Rusia volverá a formar parte de la economía global, con el probable levantamiento de sanciones, la reintegración en el grupo G8 y la firma de un acuerdo de cooperación económica a largo plazo con Estados Unidos.
14. Se invertirán 100 mil millones de dólares en activos congelados rusos en iniciativas lideradas por Estados Unidos para reconstruir e invertir en Ucrania, con Estados Unidos recibiendo el 50% de los beneficios de esta operación. Europa añadirá 100 mil millones de dólares para incrementar el monto de la inversión disponible para la reconstrucción de Ucrania. Se descongelarán los fondos europeos congelados y el remanente de los fondos rusos congelados se invertirá en otro vehículo de inversión ruso-estadounidense.
15. Se establecerá un grupo de trabajo conjunto ruso-estadounidense sobre temas de seguridad, para promocionar y garantizar el cumplimiento de todas las cláusulas de este acuerdo.
16. Rusia recogerá en su legislación su política de no agresión hacia Europa y Ucrania.
17. Estados Unidos y Rusia acordarán extender la validez de los tratados sobre no proliferación y control de armas nucleares, incluyendo el Tratado START I.
18. Ucrania acepta ser un Estado no nuclear de acuerdo con el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares.
19. La central nuclear de Zaporiyia se reactivará bajo la supervisión del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), y la electricidad producida se distribuirá de forma equitativa entre Rusia y Ucrania.
20. Ambos países se comprometen a implementar programas educativos en las escuelas y la sociedad destinados a promover el entendimiento y la tolerancia.
21. Crimea, Lugansk y Donetsk serán reconocidos de facto como rusos, incluso por Estados Unidos. Jerson y Zaporiyia quedarán congelados en la línea de contacto, lo que comporta un reconocimiento de facto de esa línea de contacto. Rusia renunciará a otros territorios acordados que controla fuera de las cinco regiones. Las fuerzas ucranianas se retirarán de la parte del óblast de Donetsk que controlan actualmente, que será usada después para crear una zona de amortiguamiento.
22. Tras ponerse de acuerdo sobre futuras disposiciones territoriales, tanto la Federación de Rusia como Ucrania se comprometen a no cambiar esas disposiciones por la fuerza. Ninguna garantía de seguridad será aplicable si se rompe ese compromiso.
23. Rusia no evitará que Ucrania se sirva del río Dniéper para sus actividades comerciales y se alcanzarán acuerdos sobre el libre transporte de grano en el mar Negro.
24. Se establecerá un comité humanitario para resolver sobre intercambios de prisioneros, la devolución de restos mortales, rehenes y civiles detenidos, y se instaurará un programa de reunificación familiar.
25. Ucrania celebrará elecciones dentro de 100 días.
26. Todas las partes involucradas en este conflicto recibirán una amnistía completa por sus acciones durante la guerra y aceptan no hacer ninguna reclamación o considerar ninguna queja en el futuro.
27. Este acuerdo será legalmente vinculante. El Consejo de Paz, dirigido por el presidente estadounidense Donald Trump, se encargará de supervisar su implementación. Se impondrán sanciones si se viola.
28. En cuanto todas las partes hayan aceptado este memorando, el alto al fuego entrará en vigor inmediatamente después de que ambas partes se hayan retirado a los puntos acordados para empezar a implementar el acuerdo.
Ahora falta la aquiescencia de las partes. Estados Unidos no necesita más, Rusia parece servida, mientras Ucrania debe aceptar la cruel evidencia de los hechos y, viendo la copa medio llena, asumir que la historia le concede una tercera oportunidad. La primera fue la desaparición del Imperio Ruso, la otra el colapso soviético y ahora el fin de la guerra. Hay tela por donde cortar. Luego les cuento. Allá nos vemos.
Este texto fue publicado en el diario ¡Por Esto! Se reproduce con la autorización expresa del autor y los editores. Lea el original.












