El Gobierno español suspendió provisionalmente la venta de carne y productos porcinos a Cuba y otros 39 países después de detectar dos casos de peste porcina africana en jabalíes de la provincia de Barcelona.
Aunque temporal, la medida llega en medio de una crisis económica marcada por la escasez de divisas, baja producción nacional y el impacto persistente de las sanciones de Estados Unidos.
La isla, como otros destinos, entran dentro del veto de la importación de carne fresca, embutidos, jamones, grasa, vísceras, semen, lechones y piensos con origen porcino español, según informa La Vanguardia.
China, el principal comprador con 540 mil toneladas y 1100 millones de euros en 2024, solo aplicó el veto a la carne de la provincia afectada, mientras que otros países como Rusia, Brasil, Canadá, Estados Unidos, Japón, México y Venezuela aplican la restricción total hasta que España delimite la zona infectada.
De acuerdo con La Vanguardia, España exporta más de 8 mil millones de euros anuales en porcino, de los que China representa una parte clave al absorber cortes menos demandados como huesos y vísceras.
Ahora, indica el medio, los operadores que vendan a mercados regionalizados deberán añadir garantías sanitarias extras.
La producción nacional
En el último lustro, la carne de cerdo se ha vuelto imposible para la mesa del cubano, envuelto en una inflación que ha triplicado los precios en la isla desde el año 2020. La combinación de la pandemia de la covid-19, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses desde la primera Administración de Donald Trump (2017-2021) y las fallidas políticas económicas y monetarias nacionales han agravado los problemas estructurales de la economía cubana.
De un total de 14 mil productores porcinos en Cuba, solo 1400 mantenían sus convenios con la industria nacional en 2022, una drástica reducción del 90%, de acuerdo con un reporte de la televisión cubana.
Un año antes, en 2021, el ministro de la Agricultura Idael Pérez, señaló que el país contaba con unas 96 mil reproductoras porcinas, de las que solo quedaban 26 mil en 2024 y “no en buenas condiciones”.
Al cierre de 2020 se contabilizaron apenas 93 400 toneladas de carne de cerdo en banda entregadas a la industria, de acuerdo con el Anuario Estadístico de la ONEI. Pero lo peor llegó en cuatro años, cuando decreció todavía más la producción en este renglón (más del 85 %); en 2023 se registró la menor cifra de los últimos 15 años, con 13 300 toneladas.
Si en 2020 el economista Juan Triana refería precios entre 40 y 50 pesos por libra —y en ese contexto pre-Ordenamiento ya resultaba incosteable para no pocos—, la publicación sobre Precios mínimos y máximos de variedades (agosto de 2024), de la ONEI, ubica entre 600 y 700 pesos la libra en la mayoría de las provincias del país, y hasta 850 en La Habana.
Entre las causas de esta caída estrepitosa de la producción nacional, el Gobierno coloca la crisis económica internacional, que ha impactado en el alza de las materias primas, el costo de la transportación marítima y la falta de combustibles.
Exportaciones agrícolas y alimentarias de EEUU a Cuba crecen un 34 % en julio de 2025
Al menos desde Estados Unidos, las exportaciones de productos agrícolas y alimentarios a Cuba registraron en julio pasado un aumento del 34,6 % respecto al mismo mes del año anterior, alcanzando los 42,3 millones de dólares, según cifras oficiales. El dato supone un incremento frente a los 31,4 millones reportados en julio de 2024 y los 32,3 millones de 2023, refirió Cubatrade.
Según Naciones Unidas, Cuba importa el 80 % de lo que consume. El Gobierno ha indicado, además, que dedica más de 2000 millones al año a traer del extranjero los productos que incluye, fuertemente subvencionados, en la libreta de abastecimiento.
Además, el desabastecimiento de básicos en el mercado formal ha disparado los precios en el informal, algo a lo que ha contribuido el derrumbe del peso y la llegada de las pequeñas empresas privadas.








