Matanzas, uno de los epicentros cubanos de la epidemia del chikungunya, comenzó este miércoles un ensayo clínico con el medicamento Jusvinza para el tratamiento de la poliartritis residual en pacientes convalecientes de tal enfermedad.
De acuerdo con un reporte de la agencia Prensa Latina (PL), el Hospital Clínico-Quirúrgico-Docente Comandante Faustino Pérez, de la ciudad matancera, llevará las riendas de esta investigación de campo, que “tiene entre sus objetivos la evaluación de eficacia del fármaco en la reducción del dolor y la inflamación articular”.
Citando fuentes locales, PL explicó que el estudio incluye a personas que padecieron chikungunya y mantienen síntomas articulares por más de tres meses.
Los pacientes fueron seleccionados con edades de 19 a 80 años y bajo criterios específicos para garantizar mayor efectividad en los resultados del ensayo clínico, refiere el reporte.
El ensayo clínico con el medicamento Jusvinza, desarrollado por el #CIGB para el tratamiento de la poliartritis residual en pacientes convalecientes de chikungunya, inició en #Matanzas , #Cuba
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Jusvinza, a prueba contra el chikungunya
El tratamiento con Jusvinza consiste en nueve dosis subcutáneas distribuidas en seis semanas, en la primera semana se aplican tres dosis consecutivas; en la segunda, dos dosis, y desde la tercera hasta la sexta una dosis semanal, según las fuentes citadas.
De acuerdo con la especialista en Oncología y miembro del Grupo de Investigaciones Clínicas del CIGB Yudisay Reyes, la aplicación del tratamiento puede realizarse de manera ambulatoria u hospitalaria, según la situación clínica del paciente y su lugar de residencia, especialmente en el caso de quienes viven alejados del Hospital Faustino Pérez.
En el diseño de la investigación se tomaron 120 pacientes divididos en dos grupos de 60: uno que recibirá Jusvinza junto al tratamiento convencional y otro que continuará únicamente con la terapia habitual.
Jusvinza es un medicamento cubano desarrollado por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), concebido inicialmente como un péptido inmunomodulador para tratar procesos inflamatorios severos.
Su origen se vincula a investigaciones sobre moléculas capaces de regular la respuesta inmune y reducir el daño tisular en enfermedades autoinmunes y estados de hiperinflamación.
Durante la pandemia de COVID‑19, Jusvinza se utilizó en pacientes graves con resultados alentadores, lo que consolidó su perfil como terapia innovadora dentro de la biotecnología cubana y abrió nuevas líneas de aplicación en patologías con fuerte componente inflamatorio.
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Epidemia en expansión
El ensayo clínico con Jusvinza en Matanzas tiene lugar cuando las autoridades sanitarias de Cuba admiten que el país se encuentra en una “situación complicada” por la epidemia de dengue y chikungunya, y proyectan una evolución “desfavorable” del brote en las próximas semanas.
La viceministra de Salud Pública, Carilda Peña, admitió el pasado martes que la isla afronta una “situación complicada” por la circulación de estas dos arbovirosis, apenas 24 horas después de anunciar por primera vez muertes vinculadas a la epidemia.
A principios de semana, el Minsap confirmó un total de 33 muertos por chikungunya y dengue, de los que 21 eran menores de edad, el primer anuncio oficial de fallecidos en la epidemia.
En tanto, el director de Ciencia y Técnica de la Universidad de La Habana, Raúl Guinovart, pronosticó en una reunión temática de expertos que “el comportamiento de las arbovirosis en las próximas semanas será desfavorable”, según informó en su sitio web la Presidencia.
El gobierno ha reconocido que las estadísticas oficiales son un subregistro ya que un buen número de enfermos no acude a los hospitales para tratarse por la falta de medicamentos en los dispensarios.
Autoridades prevén una evolución desfavorable de la epidemia de dengue y chikungunya a corto plazo
El chikungunya más allá de Cuba
El virus del chikungunya fue identificado por primera vez en 1952 en Tanzania, en la región de Makonde, de donde proviene su nombre: “chikungunya” significa en esa lengua “doblarse por el dolor”, aludiendo a la postura encorvada que adoptan los pacientes por la intensa artralgia.
Se trata de un alfavirus transmitido por mosquitos del género Aedes (principalmente Aedes aegypti y Aedes albopictus), los mismos vectores del dengue y el zika. Desde su descubrimiento, la enfermedad se ha caracterizado por brotes epidémicos con fiebre alta y dolores articulares debilitantes, lo que le ha valido también el apelativo de “fiebre quebrantahuesos”
El chikungunya permaneció circunscrito a África y Asia durante décadas, pero desde su reemergencia en 2004 se ha extendido a más de 115 países.
Hoy se reportan brotes recurrentes en América Latina, África y el sudeste asiático, con transmisión activa durante todo el año en zonas tropicales y subtropicales.
En la Región de las Américas, por ejemplo, la Organización Panamericana de la Salud notificó más de 410 000 casos en 2023, con Brasil como epicentro regional, y cifras igualmente elevadas en 2024.










