Santa Bárbara volvió a convocar este 4 de diciembre a creyentes y personas de toda Cuba, en una fecha en la que confluyen la tradición católica y la religiosidad afrocubana.
En la isla, la devoción a la mártir cristiana se entrelaza con el culto a Changó, uno de los orishas más venerados de la Regla de Osha o santería. Su figura, asociada a la fortaleza y al rayo, conserva un firme arraigo en la espiritualidad popular y el imaginario colectivo de los cubanos, lo mismo en la isla que fuera de ella.


Este jueves La Habana fue otra vez epicentro de las celebraciones a Santa Bárbara, especialmente en el Santuario Nacional en Párraga. Allí, como cada año, llegaron vecinos, familias y devotos de distintas partes de la ciudad, muchos vestidos de rojo y con flores y velas en las manos.
La misa central reunió a un grupo de fieles que colmó la iglesia, aunque con una concurrencia visiblemente menor que en años anteriores, según visitantes habituales. Aun así, el ambiente mantuvo la emotividad y devoción de siempre pese a las dificultades actuales del país.


Como no podía ser de otra manera, la celebración estuvo marcada por la severa crisis económica y energética en Cuba que limita el transporte, afecta rutinas básicas y multiplica las preocupaciones de la población. A ello se une este año la epidemia de arbovirosis que golpea a varias provincias, especialmente a La Habana, donde los reportes de contagios continúan en aumento.
En este difícil escenario, las peticiones de los creyentes volvieron a centrarse en asuntos personales y también en las muchas dificultades que atraviesa la isla. En los bancos y también desde el púlpito se pidió por la salud, la prosperidad, la comprensión, la reunificación familiar, y afloró el deseo de seguir adelante y encontrar un poco de alivio en medio de la crisis y la incertidumbre.


Aun con menos público, la fe se manifestó con intensidad en el Santuario Nacional. Las ofrendas, flores y velas acompañaron la imagen de Santa Bárbara, mientras las personas oraban en silencio en una mezcla de agradecimiento, preocupación y esperanza. Tampoco faltó la procesión alrededor del santuario, en la que los devotos volvieron a acompañar la imagen de la santa.
Así, pese a las carencias y limitaciones de la crisis, la celebración de Santa Bárbara volvió a mostrar el arraigo profundo de esta devoción en la vida cubana. Para muchos creyentes, la fecha de ayer sirvió como un espacio de adoración y desahogo necesario en medio de un año especialmente difícil, tal como lo muestran las imágenes del fotorreportero Otmaro Rodríguez.

















