El primer error fue ir, el segundo, grave, fue sentarme sobre el pasto. El pasto que no era tal cosa sino un tejido mojado y con fango. Tengo la zona baja de la espalda con unos pegotes de tierra como de pintura rupestre. Toda mi culpa, porque por un momento se me subió el hippie que todos llevamos dentro y creí, bobo de mí, que el concierto que se iba a dedicar a los 50 años del disco Sergeant Pepper´s Lonely Hearts Club Band se celebraría a lo grande y que mancharme la ropa no me iba a molestar demasiado; al final, ni lo uno ni lo otro.
Se dice fácil, pero mirémoslo en números y palabras mayores: Señoras y señores, ha pasado medio siglo desde el lanzamiento un primero de junio de 1967 de la más grande reliquia que nos dejara la enorme banda de Liverpool, una sopa magníficamente condimentada con psicodelia y experimentaciones sonoras que viajaron más allá de la música en su estado básico y transportaron hacia lo sideral en un subidón expreso. ¡Un jodido medio siglo de esto se ha cumplido!
Rolling Stone, en 2012, lo nombró “el álbum de rock & roll más importante”, y se puede o no estar de acuerdo, cuando en el género se han gastado tantas genialidades. En ocasiones, pensándolo bien, Pink Floyd, un revólver vuela sesos, ha logrado desarmarme para volverme todo psiquis como ningún otro grupo, ese extraño modo del solipsismo a través del otro.
Pero en el concierto estamos, tarde lluviosa, parque John Lennon, calle 17 entre 6 y 8, Vedado, La Habana, lugar conocido así después de que le hicieran una estatua en tamaño natural del compositor e integrante de The Beatles. La estatua ha perdido los anteojos, se dice que los han robado, ahora posiblemente se los hayan retirado por precaución porque no están. Sin anteojos, Lennon se ha ido de Lennon, sentado en el banco con las piernas cruzadas es otro turista cegato, de los que no ve cambio alguno después del 17D y ahora se rodea de un arroyo de nostálgicos beatlemaniacos y de adolescentes que deben desencogerse un poco cuando suene Lucy in the sky with diamonds porque lo recuerdan de la presentación de la telenovela brasileña Imperio así como el coro de Y dale alegría, alegría a mi corazón, se lo atribuyan algunos a la Charanga Habanera en vez de a Fito Páez.
Hay extranjeros que piensan que los cubanos vivieron décadas sin conocer a The Beatles y que, gracias a la apertura con el gobierno de Obama, pueden armar una algarabía por la libertad del Sargento Pimienta.
Es normal que ocurra ya que siempre ha habido interpretaciones desde el homo sapiens primigenio. Y el rock ha sido en el archipiélago semejante al Bloqueo, digno de juicios encontrados.
Cuando Estados Unidos hacía guerra en Vietnam, los músicos propusieron un pastel de colores, optimismo, amistad y amor. Hoy que el mundo se estremece por el tuit covfefe de Trump más que por los muertos en Siria, los músicos nos proponen ser idiotas, porque vale admitir que en la idiotez está la paz y la sandunga.
En el parque anuncian que van a tocar Los Kents, La Vieja Escuela, La Flota, Sweet Lizzy Project, Gens, Héctor Téllez J.R y la compañía infantil La colmenita. Cuando Juanito Camacho dispara sus ráfagas de conocimiento, cerca de los quioscos y los baños públicos ni se escucha qué viene después. Entre una presentación y otra hay unos huecos de silencio tremendos, digamos unos cinco o diez minutos sin música ni un sonido distinto al murmullo. Y cualquier expectativa se derrumba porque los varios grupos que fueron invitados solo interpretaron los temas del Sgt Pepper´s Lonely Hearts Club Band, y luego el público y el concierto mismo quedaron como en un mal coito: ¿se acabó, qué es un concierto sino el apareamiento de la música en vivo y las sensaciones corporales? Cuando esto falla, tenemos un acto político o un karaoke.
El público tuvo que girar, mirándose las caras, la venta de cerveza fue una chambonada. Empezaba, se cortaba y volvía, se cortaba y no volvía. A un ambiente hippie no puede faltarle, mínimo, la cerveza. Los apelotonamientos iban a los pulóveres de homenaje por veinte pesos cubanos, amarillo de pollito no psicodélico con el nombre de The Beatles, talla XXL, a la medida de los menos. El público tuvo que girar y posarse para las fotos al lado de Lennon en el parque con cara de pocos amigos. Un selfie grupal por aquí y por allá, el desorden de los que no encuentran motivos para sonreír fuera de los encuadres. En esta ciudad casi no queda nada gratis que valga la pena, hay que pagar por que monten un buen número. El homenaje fue lo contrario a la voluntad de The Beatles: Quizás la primera ocasión en que Sergeant Pepper´s nos maltrató como un oficial del Servicio Militar Obligatorio. Se mancharon mi espíritu hippie y mi pantalón. Me vuelco hacia el interior de los corazones solitarios.
No fui. No sé lo que pasó. Pero cómo agradezco la sinceridad de la crónica, y no el alago recurrente que habita casi perenne en los escritos periodísticos sobre los temas culturales en la generalidad de los medios.
Nada sorprende, siempre lo mismo. Mediocridad y mal gusto y si se trata de rock’n roll mucho peor.
Que malo este artículo, por favor, solo piensan en lo malo, el concierto fue un super exito, gente de todas las edades disfrutando. Si este señor esta “amargado” que se vaya a una taberna y se tome unos tragos, no vaya a un concierto que es para personas alegres. Eso no fue lo que sucedió, criticar por criticar, todo el mundo contento con los pullover baratos, asequibles, La estatua no ha perdido ningún anteojo, eso es mentira, una vez se los robaron pero ya no ha pasado más, y debe haber sido un tonto que no se para qué los quería. Si siguen escribiendo cosas como esta nadie los va a leer, porque el concierto se transmitió en vivo para Cuba y el mundo, la gente sabe lo que pasó. Hay que hablar del disco, su valor, hay que hablar de los músicos cubanos, super buenos, talentosos, jóvenes y en Cuba. Hay que hablar de la gente, feliz, eso fue lo que pasó.
Maykel, La Colmenita tocó “Let It Be”, que no es un tema del Sgt. Pepper.
LASTIMA QUE HAYAN PERSONAS QUE SOLO PUEDEN COGER EL LAPIZ O LA PC, O CUALQUIER COSA SOLO PARA CRITICAR. INSATISFACCIONES SIEMPRE HABRAN, PERO MAS CRITICAS DESDEMUSARADAS Y TEMAS TRAIDOS POR LOS PELOS COMO EL DE SIRIA DICE POR SI SOLO DE TU ESPIRITU Y TU INTENSIÓN.
YO LO DISFRUTE DE VERAS CON O SIN CERVEZA, CON IMPACES O NO EN LAS PRESENTACIONES. NADA CADA CUAL VE LAS COSAS DESDE SU PRISMA, PERO LASTIMA QUE ON CUBA PERMITA ANALISIS TAN FUERA DE TONOS…..
Macho no hubieras ido!!!! FYI tocaron canciones q ni siquiera eran de los Beatles… Working Class Hero (Sweet Lizzy) es de Lennon en solitario. Ceo q pa la otra mejor preocupate menos por la cerveza y los Tshirts y mas por la musica y la gente, q por lo menos donde yo estaba la paso bien.
Hey Bulldog- es del Yellow Subarine
Let it be-es del Let it be
Na’mas x arribita xq llegue tarde. Tal vez ni fuimos al mismo concierto
Cada vez peores los articulos en OnCuba…sabra este señor como se organizan los conciertos en que que hay que cambiar de bandas; o sera importante preparar el cespede para que no haya fango o que abunde la cerveza…que triste señores!
No me cuadró para nada ese concierto.
Parecía una cosa para salir del paso, 10 minutos entre canción y canción, ni teniendo ganas de mantener el ritmo se podía. Fue bueno el intento pero no fructificó. Al que no le guste la sinceridad, que no se exponga al público.
No sé de qué disfrute están hablando. No se alejaron 20 metros del escenario, no?
En verdad era a veces aburrido esperar tanto por el cambio de banda, la mayoría del publico no estaba para escuchar los aportes musicales (que por cierto hubo un par de voces jóvenes imponentes, la cantante de los Kent me dejó bien sorprendido) sino para escucharse a si mismos en su algarabía. Es cierto que el pasto estaba húmedo pero eso no debe ser un problema si uno ama el rock y la buena música ya sea de los Beatles de o de David Blanco que por cierto junto a su hermano, X Alfonso y Yisi García sonaron muy bien aunque el audio no estaba bien distribuido, ni la posición del escenario fuese la mejor. Efectivamente pudo y debió haber sido mejor pensado pero tampoco fue el gran desastre que nos quieren trasladar aquí.Yo la pasé bien.
Orlando Nardiz, macho, si tocaron otros temas fueron como tres, en algún punto dejé caer con sutileza que el audio era además deficiente. El Let it be que mencionas lo interpretó La colmenita, no sé si vale referirlo. Para mí La Colmenita sobraba. Pero lo que tocaran o dejaran de tocar ni siquiera es el punto. Sino que, por el tamaño del aniversario, debió ser un concierto a lo grande, extenso y desbordado más de lo que se vio, de lo que ofrecieron que fue algo soso. Como buen concierto —y no voy a mencionar la barbaridad fuera de nuestro alcance de los RS— te pongo el de Habana Abierta en El Sauce, hablo de muchas cosas, de la buena energía incluso, la que está en el aire. Pero tiene razón, en el caso del jueves pasado no estuvimos en el mismo concierto, porque yo sentí que no estuve en ninguno. Lo que se hizo, a mi entender, fue de puro trámite como si se hubiera organizado un acto político a Sgt Pepper, de eso creo que ambos conocemos bastante ¿Le gustó aquello? Cada uno con sus juicios. Hay quienes solo beben y disfrutan del agua aunque el agua no sepa a nada.
Los problemas de organizacion son un problema endemico del cubano, tal vez si hubiese sido en un espacio como fabrica de arte hubiese sido mejor, o los jardines,pero ahi entonces estariamos hblando de los precios, lo cierto es que la lluvia muchas veces influye en la comodidad de la persona , pero lo mas importante fue a entender del autor del articulo es que no estuvo a la altura de lo que se esperaba, la soluciones pensar mejor las cosas antes de hacerlo, y de hacerlo hacerlo bien.