Este pueblito del municipio Mantua casi no se ve en los mapas. Una única calle y varios caminos de tierra son testigos del ir y venir de la gente en Macurijes.
Además de la farmacia, la oficina de correos, el círculo social, la bodega y la escuela, quizás los únicos adelantos que llegaron con la modernidad sean los tractores y luz eléctrica.
El carretón con bueyes, las rastras de madera tiradas por animales y las bicicletas, rompen a ratos la cortina polvorosa que se levanta en el sitio.
La comunidad tiene sus orígenes en el Corral Macurijes, mercedado en fecha tan lejana como 1865. Las personas por aquí viven, en su mayoría, de la agricultura y los recursos forestales.
Macurijes fue convertido en Consejo Popular en 1988. Por su localización, se encuentra ubicado a solo 40 kilómetros de la cabecera municipal. Pero la escasez de transporte en la zona, sobredimensiona la distancia.
Los días son tranquilos. Las verbenas –fiestas populares–, las carreras de caballos, el rodeo y la música campesina, son lo que alegra la vida por los contornos.
Muchos niños se marchan cuando crecen, y regresan solo en ocasiones especiales. Retornan como por inercia, siguiendo el instinto de volver… aunque sea solo por un momento.