Ayer, 16 de Octubre, se conmemoró el 229 aniversario de la ejecución de María Antonieta, reina consorte de Francia, figura decisiva en el hervor de la Revolución Francesa, mujer que ha inspirado cuadros, obras de teatro, piezas musicales, novelas, vestuarios, y que ha sabido mantenerse en el imaginario popular de casi todo el planeta, a pesar de los años.
Hoy les traigo tres libros que ayudarán al lector curioso a conocer más sobre esa época tan rica e influyente. Se trata de la misma historia, vista desde tres ángulos diferentes y protagonizada por tres mujeres que compartieron tiempo y espacio, pero no posiciones ni intereses, y que, sin embargo, nos tienen todavía debatiendo, investigando, y en el chisme, ¿se imaginan la revista Hola en esa época?. Igual no hacía falta, hubo chansoniers, volantes y periódicos que se dedicaron a seguir los pasos de todos los escándalos palaciegos, exagerarlos y alimentar el morbo de la población. De ahí que sean tan importantes las biografías serias y los proyectos investigativos que pongan luz sobre los rumores, que suelen pegarse más que un chicle en el pelo.
Los que nacimos en los 80tas vimos Los tres mosqueperros, y a raíz de esa serie animada tuvimos un primer acercamiento al misterio y el enredo del famoso collar de diamantes. Pues hoy les traigo un libro que dejará las cosas más que claras al respecto, y si lo lees en el orden que aquí propongo, entenderás mucho mejor y con un punto de vista más enriquecido. De todos modos, también puedes leerlo de forma aislada, que al final lo importante es leer, aprender y disfrutar en el proceso.
He aquí tres libros que se enlazan, para esos lectores amantes del género histórico y biográfico. Dos biografías noveladas: María Antonieta y Madame de Barry; así como un ensayo en el que se estudia la influencia de la condesa de La Motte en el escándalo del collar de diamantes y todo lo que eso provocó.
María Antonieta, de Stefan Zweig
María Antonieta, quien se casó con el delfín de Francia, Luis XVI, a la edad de catorce años, y solo 7 años después pudo consumar el matrimonio a causa de los padecimientos de su esposo, es más conocida por sus escándalos que por esa trayectoria, cuyas raíces y particularidades conocemos en la magnífica biografía que nos dejó Stefan Zweig: “Es en la desgracia en donde más se siente lo que cada cuál es”.
La víctima más famosa de la guillotina, la mujer que llegó de Viena a París siendo una niña y tuvo que crecer en plena corte, noqueada por la frialdad del esposo y sus responsabilidades de Delfina-posterior reina, es retratada por Zweig con una maestría inigualable. Es una de las biografías más completas, sensibles y aterrizadas que he leído. En ella lgramos comprender algunos elementos detrás de los desafueros de esta joven, así como la raíz de obras de arte y arquitectónicas que aún viven para atestiguar un tiempo. (Le Trianon, por ejemplo, que fue construido para ella).
El lector se sorprenderá con detalles que quizás no son tan populares cuando se habla de María Antonieta, y logrará entender mejor que en las clases de historia el por qué de que el pueblo se lanzara a las calles y aguillotinara a los “insensibles” ricos, y con más cizaña a la malcriada escandalosa que los mandó a comer pasteles, y que también “recomendó”: “Si no tienen pan, que les den el hojaldre en lugar del paté”.
¿Por qué se comportaba así en un momento tan difícil? En serio, una de las mejores biografías que leerás jamás. —Claro, diré lo mismo cada vez que se trate de cualquier cosa escrita por Stefan Zweig.
Cuatro libros que te harán amar la literatura de Stefan Zweig
Madame du Barry, de Jean Plaidy
La duquesa Du Barry, amante oficial de Luis XV, descrita por Thomas Carlyle como “la sultana del mundo”, salió de la servidumbre por su belleza y carisma para terminar siendo la favorita del rey, y también querida por sus súbditos, al punto de que estos trataron de ayudarla cuando los revolucionarios franceses empezaron a descolocarles las cabezas a los poderosos come-pasteles con el invento de monsieur Guillotine.
Jean Plaidy la retrata de tal modo que es imposible no caer rendidos ante ella. A mí, personalmente, me cae mejor que la Antonieta, pero a ambas las comprendo, son frutos de sus circunstancias. Aunque debo admitir que quizás la prosa de Plady es más ligera que la de Zweig, y explora con menos profundidad la personalidad de su protagonista.
Du Barry fue enemiga de María Antonieta, por ser la amante de su suegro, porque María Antonieta se dejó llevar por las damas aburridas de la corte que la envenenaron con respecto a esa cortesana que, para colmo, era la favorita del rey, de ahí su título “puesto a dedo”, cuando se trataba de la hija de unos pobretones —una costurera y un fraile— que por su belleza se hizo modelo, cuando las modelos hacían el trabajo de las modelos y los maniquíes a la vez y, al ser notada por el rey, pues, devino “chica Luis XV”, con palacete personal y todo. Ya sabemos que en esa época las amantes reales eran toda una institución y hasta “con derecho” a opinar en cuestiones importantes. Du Barry fue reina “a escondidas”, y sí, pecó de ambición y de ego, pero fue, quizás por su condición de nacida en la pobreza, un poco más comprensiva que su contraparte, la Delfina y futura reina.
Jean Plady reivindica su figura en esta biografía, por la cual nos damos cuenta de la gran mujer que llegó a ser, y de lo injusta que fue la historia con ella al encasillarla en el papel de amante del rey, y nada más.
Detalle: en la historia de María Antonieta, la Madame du Barry es retratada como vulgar e impertinente, y en la de la duquesa es la Delfina, futura reina consorte, quien se presenta como insoportable niñata excéntrica y malcriada, pero estas rencillas son también parte de un complot palaciego que tiene en su sazón un poco de envidia, recelos y hastío: “(…) Todos quieren ver y saber, y hasta se cruzan apuestas sobre cuál de las dos soberanas de Francia impondrá su voluntad, si la legítima o la ilegítima. Versalles, desde hace años y años, no ha tenido espectáculo más divertido…”.
La historia de estas mujeres, al final, tiene un giro inesperado y reacciones más dignas de ambas partes, pero mientras fueron elefantas, cada vez que reñían aplastaban bastante hierba.
La condesa de La Motte, sin embargo, pasa a jugar el mismo papel en la historia de ambas mujeres: una inigualable estafadora que supo abrirse camino desde la indigencia hasta la corte, usando las debilidades y vanidades de todos a su favor. Aunque en la biografía de Du Barry apenas se le nombra, se hace mención al asunto del collar y a lo mucho que hizo sufrir a María Antonieta.
Ahora, sobre el collar y sobre cómo esta pieza enreda a las tres mujeres, tenemos:
María Antonieta y el escándalo del collar, de Venedetta Craveri
Se trata de un ensayo que nos cuenta los pormenores del collar de diamantes que otras tantas obras de ficción ha inspirado. La mejor parte es que es breve y se puede leer en dos sentadas, y un café.
Los joyeros Böhmer y Paul Bessange reunieron los diamantes más grandes y más puros que había en Europa para hacerle un collar a Madame du Barry, ya que el rey Luis XV no se medía a la hora de agasajarla. Ellos calcularon bien e invirtieron “a lo seguro”, pues sabían que el rey le daba a su petit amour lo que sea que ella pidiera. El objetivo era lograr que Du Barry se antojara de tan ambiciosa joya, después de todo, ¿no era ella la sultana del mundo?
El collar en cuestión tenía 2800 kilates, y su valor era de un millón ochocientas mil libras. Ante la muerte de Luis XV y la consecuente coronación de Luis XVI, que volvió a María Antonieta reina consorte, la prenda cambió de favorita, pues los joyeros decidieron apuntar hacia María Antonieta, que era conocida como la devoradora de diamantes.
En el camino hacia su “legítima futura dueña” entra La Motte, el demonio con faldas —estos franceses tenían su gracia para los motes— que quería enriquecerse a costa de algunos como El cardenal de Rohan, la misma reina y el copón divino; por otro lado reclamaba cierto linaje familiar perdido. Pero, si los mismos reyes dijeron del collar: “Está muy caro, qué va” y “Tenemos más necesidad de un barco que de una joya”, ¿por qué se armó tanto revuelo al final? Se trata de una de las grandes estafas de la historia, ¡Ojo! Por parte de Madame La Motte, que por ciertos y determinados fallos no logró salirse por completo con la suya. En el libro también describen minuciosamente el collar, y sí, era una cosa exagerada digna de una diva del pop, como lo fueron estas damas, aunque no hubiese música de ese género en aquel momento.
Algo seguro tenemos en todo esto: no queda títere con cabeza, pero durante la función sí que hubo buena movida, tanta, que se armó la Revolución Francesa, un suceso cuyo radio de acción traspasó las fronteras del país y los cuellos de mucha gente.
Espero que se animen a acercarse a estos hechos de la historia mundial con estas lecturas tan amenas, sí, porque aunque son biográficas son bien amenas.
Hasta la próxima semana.