Un arcoíris para el español

Su consolidación como idioma oficial de España y de sus colonias de ultramar está marcada por maridajes, olvidos y silencios ocurridos a lo largo de varios siglos.

Ilustración: Brady.

En “Los colores del español”, la serie que comienza hoy en estos Apuntes…, repasamos, en toda su diversidad y heterogeneidad, el idioma que hablan casi 600 millones de personas en el mundo.

Según el Anuario del Instituto Cervantes, “El español en el mundo 2023” 1, este idioma es actualmente la segunda lengua con mayor número de hablantes nativos en el mundo (después del mandarín) y ocupa también el segundo puesto como idioma de comunicación internacional, solamente superado por el inglés.

El español está reconocido como lengua oficial en 21 países, pero a la cifra se suman alrededor de 50 millones de hispanohablantes de otras 53 naciones. Entre estos últimos, destacan los más de 41 millones que viven en Estados Unidos.

Por si estas cifras no bastaran para reconocer la fuerza creciente del español como lengua de intercambio a nivel global, se estima que unos 23 millones de alumnos en todos los niveles de educación estudian español como lengua extranjera en unos 111 países. Entre ellos, destacan por sus cifras de estudiantes de los Estados Unidos, Brasil, Francia, Reino Unido, Italia, Alemania y Costa de Marfil.

Además, el español es el tercer idioma más usado en internet, después del inglés y del chino.

Según el Anuario, el número de hablantes seguirá creciendo, al menos durante las próximas cinco décadas, hasta alcanzar una cifra superior a los 710 millones. A ello tributará significativamente el crecimiento de la comunidad hispanohablante en Estados Unidos, que en el año 2060 podrá llegar a los 111 millones y convertirá al país en el segundo con mayor número de hablantes de español del mundo, con un 27,5 % de su población, solo superado por México. 

Sin dudas, estos datos son interesantes para tener una idea de la dinámica del español actualmente. No obstante, el propósito de esta nueva serie a la que hoy damos inicio es mirar con atención no solo al futuro, sino también al pasado, a los orígenes que resultaron de muchas corrientes y tributan hoy a esa imagen caleidoscópica que es el español: una lengua viva, compleja y diversa.

Viaje a la semilla

El nacimiento del español, a partir de la expansión de la norma castellana peninsular por parte del imperio español de ultramar, está atravesado por elementos que tienen un eco en los usos que le damos hoy al idioma: al sur, la influencia de siete siglos de dominio musulmán; al este, el influjo francés y mediterráneo; al noreste, la áspera resistencia de Navarra y el País Vasco; al noroeste y al este, el sólido arraigo de la vertiente galaico-portuguesa. 

La lengua de la región de Castilla fue, además, el resultado de confluencias lingüísticas diversas. Aunque el latín constituyó su base principal, en tanto lengua de la administración romana en la península ibérica, posteriormente la ocupación árabe dejó una huella importante, en particular en el léxico relacionado con la agricultura, la arquitectura o la astronomía. Más limitada fue la influencia germánica, sin olvidar que antes de la llegada de los romanos, esta era una región dominada por pueblos celtas e íberos. La comunidad judía en la península atesoró su propia variante, conocida como judeoespañol o ladino, que también constituyó una referencia lingüística para el castellano.

El proceso de consolidación del castellano como lengua nacional en España es multifacético y tiene lugar a lo largo de varios siglos. Durante la etapa de la Reconquista, los reinos cristianos del norte recuperaron territorios y contribuyeron a la expansión del castellano en la península. Sin embargo, no es hasta el siglo XIII, con el reinado de Alfonso X, conocido como Alfonso el Sabio, cuando su expansión adquiere una dimensión significativa gracias a la promoción de la literatura, la traducción y la recopilación de leyes en castellano, consolidando su uso y prestigio.

La unión entre los Reyes Católicos, en 1469, marcó otro hito crucial para la lengua castellana. Al ser adoptada como la lengua de la corte y la administración, el castellano ganó importancia y se convirtió en la lengua dominante en el ámbito oficial. Justo en el año 1492, en el que coinciden hechos como el “descubrimiento” de América y la expulsión de los judíos de España, es publicada la Gramática Castellana, de Antonio de Nebrija, la cual aportó al castellano el estatuto de lengua con reglas y normas propias.

Al mismo tiempo que ocurre la expansión del castellano en América como parte de la colonización, España vive paralelamente los llamados “Siglos de Oro” de su literatura. Esta etapa, comprendida entre los siglos XVI y XVII, fue una época dorada para la literatura en castellano gracias a la pluma de escritores como Cervantes, Lope de Vega, Garcilaso de la Vega y Calderón de la Barca, quienes aportaron a la lengua nuevas densidades, consolidándola como lengua literaria de prestigio internacional. 

Esa ruta de legitimación tiene un punto culminante en la creación de la Real Academia Española (RAE), en 1713, institución que ha desempeñado un papel central en la evolución del castellano, consolidándose como una institución clave para el establecimiento de las normas que regulan el idioma. Desde ese momento, la RAE ha tenido a su cargo el establecimiento de reglas gramaticales y la publicación de diccionarios que guían el uso “correcto” del español, promoviendo la cohesión y estandarización de la lengua. 

No obstante, vista a la luz del mundo de hoy, la historia de la consolidación del castellano como el idioma de España y de sus colonias de ultramar, es también una historia marcada por olvidos y silencios. En primera instancia de las otras lenguas que coexisten con “el español” (fundamentalmente el gallego, el catalán y el euskera), cada una de ellas con tradiciones literarias, imaginarios y reservas simbólicas propias a través de los cuales se identifica a ciertas comunidades. En segundo lugar, el silenciamiento de las lenguas y las culturas asociadas a ellas en los territorios colonizados por España durante su expansión imperial en varios territorios.

Precisamente a esas distancias y cercanías estaremos prestando especial atención en este nuevo viaje por los colores del español, visitando algunos de los elementos que aportan al gran relato de la evolución del castellano un matiz peculiar y distintivo en cada región.


Nota:

1 El español en el mundo 2023. Anuario del Instituto Cervantes, Instituto Cervantes: Madrid, 2023.




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