Prefirió hablarnos del proyecto de su vida en el muro del malecón de La Habana. Quiso estar cerca de toda esa gente que se sienta allí a contemplar la belleza de esa misma Isla, que aparece siempre reflejada en sus canciones. Alexander Abreu dijo tantas cosas en esos quince minutos que dedicó a OnCuba justo antes de partir a la gira europea de su popular banda, un periplo en el que promociona Haciendo historia live, el CD DVD que presentó recientemente a la prensa de la mano de Producciones Abdala y que se venderá a partir de este 8 de agosto en la feria cultural Arte en La Rampa.
Aunque el material retoma el repertorio de ese primer compacto que la orquesta grabó con la disquera Egrem, estas canciones son una muestra de la madurez musical de uno de los grupos más renovadores de la escena sonora contemporánea cubana.
Y el calificativo le queda justo no solo en ese álbum y en “Pasaporte” o “La vuelta al mundo”, también en el sencillo “La sorpresa”, ese sabroso homenaje a Juan Formell que en la actualidad ha eclipsado las redes sociales y que demuestra cómo una agrupación interpreta un clásico de otra similar, manteniendo a la vez su sello, su identidad melódica.
Alexander Abreu rompió el hielo en la conversación con OnCuba ofreciendo detalles de la gira europea que inician este 20 de julio: “Es el periplo de verano que habitualmente hacemos todos los años. Siempre nos encontramos con muchas sorpresas que levantan el trabajo de Havana D’ Primera, como sucede con Barcelona donde siempre hacemos un concierto increíble, con el festival Fiesta de Roma o el Antillas C en Bélgica… Son varios eventos que realmente a lo largo de los años son escenarios para las agrupaciones cubanas”.
“Aunque el público de ese continente consumió mucho el disco Haciendo historia, lo estamos retomando. Cuando uno hace un buen trabajo pues queda y la naturaleza de este audiovisual que está saliendo ahora es muy importante para nosotros, porque cierra un ciclo de cosas lindas que han pasado con el grupo. Buscamos nuevos horizontes dentro de lo que hacemos día a día.
“Nos dijimos: ‘Sí, vamos a promocionar este material en esta gira’. Sabemos que todavía está muy fuerte La vuelta al mundo y que hay canciones de ese disco que no hemos trabajado en vivo, por lo que adelanto que también las incluiremos en el repertorio de este tour”.
Ya que mencionas La vuelta al mundo, se habla de un reencuentro con algunos de los invitados de ese compacto aquí en La Habana, como el nicaragüense Luis Enrique.
“Sí, son planes que están por entrar en el sistema. Hicimos una filmación del concierto que ofrecimos en el Teatro Nacional el año pasado. Fue una presentación magnífica y estamos editando ese material”.
A los seguidores de Havana D’ Primera en Estados Unidos, Alexander les anunció que están armando una gira. “Vamos a ver si en octubre podemos hacer un circuito bien bonito por varias ciudades de ese país, donde hay un público que sigue la orquesta”, dijo.
¿Crees que orquestas como la que lideras puedan formar parte del catálogo habitual de las grandes discográficas en este nuevo escenario que ofrece el restablecimiento de las relaciones entre Washington y La Habana?
No solo Havana D’ Primera, pienso que muchísimas agrupaciones cubanas pueden ser privilegiadas con estas buenas nuevas que están aconteciendo. Ya hay varias orquestas que están en el circuito internacional y tienen un buen momento. Somos una de ellas y podemos hablar de los conciertos que hicimos recientemente en Argentina o esta gira que vamos a hacer por varias ciudades europeas. Realmente reunir 5 mil personas no es fácil y solo se logra con un resultado internacional. Ya hay frutos con esto.
En cuanto a las grandes disqueras hay que ver cómo se abren, con qué naturaleza vienen y así podremos emprender un trabajo que puede ser novedoso para todos nosotros. Creo que en los años venideros todo esto traiga un resultado satisfactorio y se pueda ver el avance y la prosperidad para los defensores de este género.
Muchos sienten que la música popular debe buscar en el ingenio de lo sencillo para mover al exigente bailador cubano, en ello muchos autores insisten en que sus obras también deben hacer meditar. ¿Tú qué opinas?
Realmente soy directo. No rebusco palabras, ni entro en temáticas agresivas. Busco la forma de cantarle a la amistad, al amor, a mi religión, a mi país… En fin, a todas las cosas que hacen que una persona encienda la radio o simplemente ponga un disco en una fiesta y sienta que le trasmito un ciento por ciento de alegría.
“Esa es la única fórmula, el único secreto que tiene Havana D’ Primera. Todo eso se combina con la rumba, el son y el jazz. Hay una complicidad en el escenario, porque nos vestimos de alegría y es el mensaje que le llega al público.
Para nadie es un secreto que ya no somos tan jóvenes. La edad promedio de la orquesta es de 35 años. Aunque la juventud hoy busca muchachos más frescos y la vitalidad en el baile, nosotros tenemos mucha energía musical y realmente con esta factura, le hemos dado la vuelta al mundo. Ya el público ha sabido valorar este trabajo.
Mencionabas lo de la alegría y dejabas fuera la polémica que han generado algunos de los temas del grupo. Te menciono tres: “Me dicen Cuba”, “El paso de la bailarina” y “Trece”.
Faltan más, por ejemplo, “Pasaporte”. Te digo: no hay maldad en ninguna de mis canciones. No existe nada agresivo y el resultado está en mis conciertos. Allí hay tranquilidad, la gente se divierte, no hay energía negativa. Diría que no hay historial «negro» en mis presentaciones y me parece que esa es la verdadera prueba de que ninguna de las temáticas que abordo lleva hostilidad.
Vivimos en un país donde tenemos que pensar qué vamos a hablar, cómo lo vamos a decir, cómo vamos a comunicar. Incluso hay cosas que a veces hay que callar y no hablar para no ser malinterpretados, porque hay un número de personas que malinterpretan y pueden destruir cosas lindas.
Pero a la hora de crear uno no se detiene en eso y por suerte los medios de difusión hacen llegar lo que hacemos al pueblo. No obstante, repito, para nada hay algo hostil, ni negativo en nuestras canciones. Simple y llanamente son vivencias que hemos tenido en un momento dado y cuando se viven las cosas, uno tiene derecho a decir que las ha vivido.
En el caso de “Me dicen Cuba”, gracias a Dios, una “luz” estuvo de acuerdo con la descarga de patriotismo que trae esta canción y hoy por hoy nos identifica en cualquier parte del mundo. Dondequiera que esté un cubano se identifica. Y esa era la intención, una descarga de patriotismo bonita, combinada con la música de este país. Ahí está.
Siempre se te ha visto grabando e interactuando con noveles soneros, ¿es que sientes que ellos son un relevo serio para la música popular, que son capaces de hacer que el género perdure?
En la actualidad existen agrupaciones que realmente tienen una factura muy buena. Es el caso de Emilio Frías, de El niño y la verdad, que tiene un grupo que, en muy poco tiempo, ha adoptado una personalidad propia y ha alcanzado un sello interesante. Le están llegando al mundo entero con mucha fuerza.
Hay agrupaciones de jóvenes que incluso llevan más años en los escenarios que nosotros y hoy en día cuentan con un buen trabajo, como Maykel Blanco y Salsa Mayor, que tiene una factura exquisita.
También están las orquestas que toda la vida han defendido la música cubana, entre ellas Manolito Simonet y su Trabuco y los Van Van. Esta última nunca decae, es la agrupación insignia, el patrón a seguir. De su trabajo depende este género, diría yo. Samuel Formell entiende muy bien el legado que dejó su padre, quien fue el creador que más tiempo estuvo en la preferencia del bailador y esto hace de ese grupo el abanderado de todos nosotros.
Tenemos también a Pupy Pedroso. Es la otra mitad del trabajo del denominado Tren de Cuba. Gracias a Dios que lo tenemos hoy. Sigue defendiendo la música desde su puesto. Contamos con agrupaciones que ahora mismo renacen. Sé que se me quedan muchas por mencionar…
Pienso que las redes sociales han hecho que nuestra música tenga nuevos horizontes y que el circuito que nos sigue empiece a crecer. Solamente necesitamos un poco más de apoyo aquí mismo, en nuestro país, y más locales donde se puedan consumir estas propuestas.
Ya decía en otra entrevista recientemente que es lindo llegar a Lima o Barcelona y ver una docena de grupos tocando la música cubana, pero es triste que en Cuba no pasen estas cosas. Es gratificante llegar a esos países y verlo, mientras que es triste que en el nuestro no tengamos esa posibilidad tan seguido. Porque realmente la música la hacemos aquí y la defendemos desde aquí. Y con un poco más de apoyo podremos seguir haciéndola.
¿Cómo es Alexander Abreu cuando no está pensando en Havana D’ Primera? ¿A qué equipo de pelota sigue? ¿Qué comida prefiere?
Equipo de pelota tengo dos —debo decirlo así—, el que me toca por lugar de nacimiento, el de la ciudad que adoro, Cienfuegos. (Ellos andan ahora por un momento difícil, pero es mi equipo y conozco a mucho de sus jugadores.) El otro es Industriales, porque La Habana me ha cuidado por más de 20 años y soy muy amigo de ese team, me identifico con la garra y la fuerza que le ponen al juego. Si hay una final entre Industriales y Cienfuegos, tendré que decir: “Que gane el mejor”.
De la comida… Soy fanático a la comida cubana, pero en especial a los tamales y a los chicharrones. Esa es mi perdición. Veneno, veneno puro.
Casi nunca hablas de tu vida privada y de esas personas que colaboran muchísimo con tu carrera.
Tengo un hijo precioso, que el domingo cumplió ocho años, y a mi madre, que realmente se mudó hace poco para La Habana. Ya tengo la familia más unida. Eso me da mucha tranquilidad. Tengo a mi esposa, que es la base de todo lo que hago. Me lleva la agenda y lo que tiene que ver con las programaciones del grupo. La naturaleza de Havana D’ Primera está en sus manos. Pienso que ella es el centro de lo que hago y por eso puedo caminar por arriba del mambo.
Gracias a OnCUba por acercarnos más a este grandísismo de la música cubana.
En Holguín no cantó “Me dicen Cuba” en el 2do de los 2 conciertos que dio para reinaugurar el Cabaret Bariay. Para mi esa fue una omisión imperdonable porque esa canción no debería faltar en ninguno de sus conciertos. La alegría y la energía de las que disfruté en esa presentación murieron cuando de buenas a primeras se acabó el concierto y yo me quedé esperando algo que nunca llegó, la más emblemática de sus canciones.