China reportó ayer lunes un aumento en los casos del nuevo virus, empañando el optimismo sobre que las medidas de control de enfermedades que han dejado aisladas varias ciudades grandes pudieran estar funcionando. En Japón, mientras tanto, se reportaron docenas de casos nuevos en un crucero en cuarentena.
Las cifras en la China continental subieron en 97 muertos, hasta un total de 908. En las 24 horas hasta la medianoche del domingo se identificaron 3.062 nuevos casos, un aumento del 15% respecto al sábado que rompió una tendencia a la baja. Un portavoz del gobierno había dicho el domingo que los descensos previos mostraban que las medidas de contención estaban funcionando.
El operador de un crucero en cuarentena en Yokohama, cerca de Tokio, dijo que se habían identificado otros 65 casos a bordo, elevando el total a 135.
El gobierno japonés estudiaba hacer pruebas a los 3.711 pasajeros y tripulantes del Diamond Princess, lo que requeriría que todos siguieran a bordo hasta tener los resultados. Las autoridades sanitarias estaban teniendo problemas para entregar los medicamentos solicitados por más de 600 pasajeros.
“Hacemos todo lo posible por mantener a todo el mundo con buena salud”, dijo Kato.
La cifra de muertos ha superado las 774 personas que se cree murieron en la epidemia de 2002 y 2003 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS, por sus siglas en inglés), otro brote viral iniciado en China. El total de 40.171 casos confirmados del nuevo virus supera de lejos a los 8.098 que enfermaron de SARS.
Se han confirmado más de 440 casos fuera de China continental. Al menos 910 personas han muerto, incluidas dos personas en Hong Kong y Filipinas.
El gobierno británico declaró el virus como una “amenaza grave e inminente para la salud pública”, lo que según dijo permite a las autoridades detener de forma forzosa a personas infectadas si es necesario. Un hombre británico que se contagió en Singapur en enero parece estar relacionado con al menos otros siete casos confirmados en Europa.
China ha construido dos hospitales para pacientes del virus en Wuhan y enviado miles de médicos, enfermeras y otros trabajadores sanitarios a la ciudad de 11 millones de personas. La mayor parte del acceso a Wuhan se suspendió el 23 de enero y las restricciones se han ampliado después a otras ciudades, hasta afectar a 60 millones de personas.
Los negocios en China empezaban a reanudar sus operaciones tras el feriado del Año Nuevo Lunar, que se amplió para evitar desplazamientos en un intento de contener el virus, pero afrontaban duras pérdidas.
Zhang Peng, que trabajaba para una firma de streaming, o videos en vivo por internet, iba a su oficina en Beijing por primera vez desde el feriado. La empresa comprobaba que los empleados no tuvieran fiebre y repartía mascarillas.
“Creo que la situación es bastante buena ahora”, dijo Zhang. “Hoy fui a trabajar en metro y pasé varios controles en la estación. Y mi empresa hizo un buen trabajo de prevención y control”.
Iris Ke, que trabaja para una empresa de publicidad, dijo que tenía pensado esperar a la semana siguiente para volver a la oficina.
El banco central de China anunció un fondo de 300.000 millones de yuanes (43.000 millones de dólares) para ofrecer préstamos a bajo interés a productores de material médico y fármacos, u otras empresas implicadas en la lucha contra el virus.